Primer caso en el que la firma estadunidense arrastra a una empresa mexicana
Enron invirtió 27 mdd en Tribasa
La constructora se asoció con la eléctrica en 1999; Nafin informó de actos fraudulentos
Era la punta de lanza para que la compañía de EU pudiera penetrar en América Latina
ROBERTO GONZALEZ AMADOR
La inminente quiebra de Triturados Basálticos y Derivados (Tribasa), la segunda constructora más importante del país, constituye el primer caso en que el colapso de la firma energética estadunidense Enron arrastra a una empresa mexicana, afectada desde hace tiempo por una persistente debilidad financiera y operaciones fraudulentas.
Los problemas financieros de Tribasa, que tuvo un espectacular auge en el sexenio del ex presidente Carlos Salinas, comenzaron en 1995, a consecuencia de la crisis que afectó al país y a partir de entonces inició su declive 
hasta que, en 1999, firmó un contrato de asociación con Enron para realizar varios proyectos en México, Centro y Sudamérica, en lo que constituía el mecanismo ideado por los accionistas de la constructora mexicana, encabezados por David Peñaloza Sandoval, para sacar a flote a la empresa.
"Tribasa era la punta de lanza que buscó Enron para penetrar en América Latina y ahora el colapso de la firma estadunidense arrastró a la compañía mexicana", comentó este viernes un empresario ligado al sector energético que pidió el anonimato.
El jueves, La Jornada dio a conocer que Tribasa había iniciado la suspensión de pagos ante la imposibilidad de cumplir en tiempo con sus compromisos financieros. Esta operación representa el comienzo de una posible declaración de quiebra.
La suspensión de pagos es el último capítulo de una historia en la que, incluso, existe la sospecha de operaciones fraudulentas por parte de los propietarios de Tribasa.
A principios de este año, Nacional Financiera (Nafin) hizo pública la presunción de que Tribasa y David Peñaloza habían cometido un quebranto del patrimonio de la empresa por hasta 22 millones de dólares. El empresario no ha aparecido públicamente desde entonces.
Una fuente judicial comentó ayer que la Procuraduría General de la República desconoce el paradero de Peñaloza, aunque aclaró que oficialmente no es buscado por la justicia federal. No existe hasta ahora una denuncia formal de fraude, sino sólo la petición de Nafin de que se investigue el posible quebranto.
Pero el hecho que terminó por dar la puntilla a Tribasa es el desplome de Enron, empresa estadunidense envuelta en escándalo de fraude y manipulación de estados contables que la llevaron a la bancarrota.
Desde 1999, Enron se convirtió en socio de Tribasa en una alianza estratégica para realizar proyectos conjuntos de infraestructura en América Latina. Por la asociación, la empresa mexicana obtendría de su contraparte 27 millones de dólares, aunque algunas estimaciones no oficiales indican que las aportaciones de Enron alcanzarían hasta 60 millones de dólares.
Enron está detrás del proyecto que desarrolla Tribasa para construir un oleoducto de mil kilómetros desde Nuevo Teapa, Veracruz, a la refinería de Cadereyta en Nuevo León, y otro de 273 kilómetros de Cadereyta a Matamoros, Tamaulipas. El costo estimado de este proyecto es de 100 millones de dólares, y su realización constituía una de las principales obras a cargo de la firma mexicana.
