Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 31 de marzo de 2002
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Política

Durante el foro mesoamericano exigieron agua, luz y tierra para los pueblos

Se manifestaron 98 organizaciones del mundo contra el Puebla-Panamá, el Colombia y ALCA

Se oponen a la construcción de represas a costa de los ríos y pueblos de la región

Claman por aplicar la justicia a los responsables de los genocidios de Estado

HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO

San Cristobal de las Casas, Chis., 30 de marzo. En el contexto de la creciente resistencia indígena a los planes transfronterizos de desarrollo en México y Centroamérica, 98 organizaciones de diversos países, reunidas en la Cooperativa Unión Maya Itzá, Guatemala, en el Foro Mesoamericano por la Vida, se manifestaron contra los planes de construcción de represas a costa de los grandes ríos y los pueblos de Mesoamérica, al tenor de "agua, luz y tierra para los pueblos". También se declararon en contra de los planes comerciales, como el Puebla-Panamá, diseñados y acordados a espaldas de las comunidades que se verán afectadas.

Según el foro, que sesionó del 21 al 23 de marzo, "entre 40 y 80 millones de personas en el mundo han sido desplazadas por la construcción de estos proyectos, que han sido en su totalidad para beneficiar a grupos de poder económico con el apoyo de las instituciones financieras internacionales y multilaterales, y se vinculan altamente con las nefastas acciones preparadas por el Plan Puebla-Panamá, el Plan Colombia, los tratados comerciales y el Area de Libre Comercio de las Américas.

"Hemos constatado que estos proyectos incumplen en su totalidad la legislación ambiental y de recursos naturales en los niveles nacional e internacionales, lo que nos obliga a adoptar medidas de lucha de resistencia y a reiterar la validez de las propuestas alternativas que vayan desde los pueblos".

El foro mesoamericano acordó oponerse a la construcción de represas, "debido a que alteran y desvían el cauce natural de los ríos, inundan, afectan y desplazan a las personas de sus comunidades en su área de influencia, destruyen lugares sagrados e históricos, además de que causan la muerte de los ecosistemas y su gran biodiversidad".

Violación a la autodeterminación de pueblos indígenas

La construcción de represas debe detenerse, dijeron, pues "viola flagrantemente la autodeterminación de los pueblos en nuestros territorios, afectando además el patrimonio y la cosmovisión de los pueblos indígenas de la región".

Las 98 organizaciones presentes llamaron a todos los pueblos latinoamericanos "para continuar la resistencia popular contra la construcción de represas y las políticas neoliberales complementarias". Asimismo, repudiaron y condenaron a las instituciones que han financiado estos proyectos (Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo, Banco Centroamericano de Integración Económica), a los gobiernos que los avalan y a las trasnacionales "vinculadas a este sucio negocio" (AES, Unión Fenosa, Endesa, Harza, entre otras).

Enfatizaron, en particular, su rechazo a la construcción de cualquier represa sobre el río Usumacinta, entre México y Guatemala, "porque dañaría seriamente a las comunidades de su área de influencia y a los ecosistemas". Del mismo modo rechazaron cualquier proyecto relacionado con generación eléctrica en el marco del Plan Puebla-Panamá.

Determinaron que "el plan de desalojo de las montañas mesoamericanas, especialmente de las que integran el corredor biológico mesoamericano, es parte inseparable de los planes regionales para la ocupación de las cuencas y construcción de represas".

Por todo lo anterior, el foro exige en su declaración: "justicia pronta y cumplida a los responsables de genocidios de Estado y la correspondiente reparación de daños causados a los afectados y afectadas por las represas ya construidas; y el cese de la persecución, intimidación, desapariciones forzadas, amenazas de muerte y estrategias de desarticulación en las comunidades y organizaciones". Demandaron a los gobiernos nacionales detener la imposición de proyectos que no provengan de las comunidades y pueblos.

Los delegados, reunidos en el Petén guatemalteco, expresaron su solidaridad con los movimientos latinoamericanos que luchan contra las represas: Usumacinta en Guatemala-México; Chaparral en Frontera Intibucá El Salvador-Honduras; Itzantún y El Cajón en México; La Maroma en El Salvador; Susuma en Honduras; El Tigre, en la frontera El Salvador-Honduras; Chalillo en Belice; Bayano y Tabasará en Panamá, y Guaigüi en República Dominicana.

Finalmente, manifestaron su rechazo a los proyectos complementarios a las represas, relacionados con biopiratería, tratados comerciales y propiedad intelectual.

Firman organizaciones de Belice, Bolivia, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Panamá y República Dominicana. Participaron además organizaciones de Estados Unidos, España e Italia.

Cabe señalar que sólo el medio centenar de organizaciones de México y Guatemala, muchas de ellas en profundos procesos de resistencia, sumaban más de la mitad de los participantes en el foro, y procedían de todas las áreas indígenas de ambas naciones.

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