Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 29 de marzo de 2002
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Cultura
Obra representada por la legendaria compañía alemana Talia Theater

Infierno, el libro del alma recrea a un Dante Alighieri atormentado por su propio drama

Asistencia masiva durante la primera función en el Jorge Eliécer Gaitán, de Bogotá

Partituras del compositor de los filmes de Kusturica hicieron el aporte auditivo

ARTURO JIMENEZ ENVIADO

Santafe de Bogota, 28 de marzo. En fenómeno masivo -en el contexto de las elites que en todo el mundo representan los consumidores culturales- se convirtió en la primera representación en esta capital de Infierno, el libro del alma, basada en la Divina Comedia, de Dante Alighieri, y dirigida por el esloveno Tomaz Pandur.

Esta obra, traída por la legendaria compañía alemana Talia Theater -fundada en 1843-, parte del universo creado por Dante, pero en realidad es una versión desarrollada por Pandur en colaboración con Livia Pandur.

Largas filas para conseguir boleto y para ingresar pese a ya tenerlo, reventa, caras largas y hasta de angustia para quienes no pudieron entrar, se observaron anoche a las afueras del Teatro Jorge Eliécer Gaitán de la vieja zona centro de esta ciudad, cuya tranquilidad en estos días santos hace olvidar por un momento las turbulencias del país: militarización, paramilitarización, guerrillas, narcotráfico, inseguridad y la sospecha de ciertos sectores de que los resultados de las próximas elecciones nacionales podrían exacerbar aún más los ánimos.

Fusión de una idea medieval y lo moderno

Los privilegiados que ocuparon las mil 700 butacas de la sala (más las decenas de sillas de plástico colocadas en los pasillos) pudieron ver, previo cierto caos organizativo del arranque, un infierno en el agua, cuyo mayor aporte podría ubicarse en lo visual, gracias a la escenografía de Marina Hellman, quien fusionó la idea medieval del infierno con recursos contemporáneos:

infierno2Un chapoteadero-escenario rodeado por tres niveles, circulares, de balcones plateados y con paredes corredizas; dos largas escaleras metálicas, una góndola veneciana, actores semidesnudos o con capas negras que lo mismo se sumergían o ascendían a los pasillos, un túnel oscuro e insondable, lluvia y la dicha muy subjetiva de observar a Dante Alighieri en escena.

Un Dante contado en su propia historia e infierno, acompañado por el filósofo Virgilio y en una puesta en la que también tuvo cabida la figura de su amada Beatriz Portinari. Un Dante atormentado por su propio drama: personal, creativo, existencial.

Pero el aporte también fue en lo auditivo: un ensamble de tuba, chelo y percusiones, un coro sacro, una mezcla de cantos estridentes, música balcánica étnica y ritmos contemporáneos. Son piezas creadas por el bosnio Goran Brecovic, compositor de los filmes de Emir Kusturica.

Viajar por la propia conciencia: Pandur

No obstante que el efecto dramático logró transmitirse en buena medida, quedó la sensación de que éste pudo ser mayor de haberse cuidado la traducción simultánea en pantalla, la cual adoleció de cortes y asincronía.

Sin embargo, plantea el Thalia Theater: ''Para Dante (el infierno) era un buen lugar para conducir a sus rivales y a los hombres de su tiempo, a quienes juzgaba de un modo implacable. Pero en este Infierno, el libro del alma, de Tomaz Pandur, los destinos no pertenecen a la Florencia del siglo XIV, sino a la Europa del siglo XX, ya sea Hamburgo o Belgrado.

''El viaje no presenta una versión mítica y alucinante de la guerra de los Balcanes. Y también la mirada de Pandur se proyecta sobre los culpables de los genocidios, que deben ser enviados a las ardientes pailas del infierno."

La acotación a lo anterior sería que esa referencia contemporánea no se apreció con claridad, o por lo menos quedó marginada ante las peripecias de Dante Alighieri. Aunque cabe aclarar que esta puesta es parte de una trilogía que incluye Purgatorio y Paraíso, las cuales acaban de estrenarse en Hamburgo, sede de la compañía Talia Theater.

Una declaración de Pandur a la prensa colombiana podría poner las cosas en su lugar. ''El infierno, el purgatorio y el paraíso no son lugares a los que la gente va después de la muerte sino que son estados de la mente. Cada uno vive esos tres estados cada día. No quiero traducir una obra literaria sino llevar a la gente en un viaje a través de sus conciencias".

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