Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 27 de marzo de 2002
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  La Jornada de Oriente
  Correo Electrónico
  Busquedas
  >

Política

Miguel León-Portilla

Humanistas aporreados

Al hablar aquí de humanistas me refiero a quienes, de muy variadas formas, se dedican al estudio, investigación o creación de lo que, sobre todo en su aspecto espiritual, concierne a los seres humanos. Son así humanistas los filósofos dedicados a especular sobre la problemática moral y existencial humanas. Lo son también los historiadores que se proponen esclarecer las significaciones de los tiempos pasados. A estos humanistas deben sumarse los que cultivan las ciencias sociales, juristas, antropólogos, sociólogos, politólogos y, por supuesto, los artistas cuyos empeños se traducen en una amplísima gama de creaciones, desde las literarias, hasta las de las artes plásticas, la arquitectura, la música y la danza. Detengo aquí la enumeración, a sabiendas de que no he mencionado a otros humanistas.

Hablo de humanistas porque muchos, de los no muy numerosos que hay en México, y que laboran con sacrificio y casi siempre con escasos reconocimiento y remuneración, están siendo aporreados. Podrán algunos preguntar, Ƒpero quién o quiénes son los que los aporrean y por qué? La respuesta, dura y dolorosa, es que los que los aporrean, en el sentido de "molestan y fastidian", son precisamente quienes tienen el encargo de apoyarlos y favorecerlos.

Esta es la historia: el Sistema Nacional de Investigadores (SNI), creado para apoyar los trabajos de investigación en ciencias, humanidades y tecnología, adoptó recientemente varias medidas que han perturbado en alto grado a aquéllos a cuyo servicio se halla. Una medida fue no cubrirles a tiempo, sin aviso alguno, en dos ocasiones, el subsidio o complemento salarial correspondiente.

La otra medida fue posponer la publicación de las convocatorias para renovación y nuevo ingreso en el dicho sistema. Cuando, con retraso, aparecieron al fin las convocatorias, se cambió el procedimiento. Se exigió que toda la documentación de los interesados, que muchas veces consistiría incluso en libros de su autoría, debía transmitirse en discos compactos. La documentación exigida iba a duplicar en muchos casos la que estaba ya en posesión del SNI, por ejemplo, actas de nacimiento, diplomas de grados obtenidos, certificados de adscripción, etcétera.

Ello implicó realizar nuevas pesquisas y arduo trabajo de escaneo. Pero lo peor no fue esto. Resultó que, cuando el investigador humanista creía haber alcanzado lo que se le exigía y trataba de transmitirlo con su computadora a las terminales del SNI, éstas no daban entrada a su documentación por no tener capacidad suficiente para atender a todos los solicitantes, o por hallarse cerradas.

Ante las muy justificadas protestas de los solicitantes, el SNI dio marcha atrás y aceptó que pudieran entregar en persona sus discos y otros documentos. Hubo la circunstancia de que en varios casos los discos compactos proporcionados por el SNI resultaron defectuosos y sólo registraron una parte de la documentación. Ello obligó a acudir al soporte tradicional, pero siempre efectivo, del papel.

Esfuerzos innecesarios, preocupaciones y grandes pérdidas de tiempo han sido consecuencia de la arbitrariedad e incapacidad de la burocracia del SNI. Esta, además, extremó su desdén, por no decir desprecio, hacia nuestros humanistas y probablemente también respecto de los científicos, cuando acudieron a sus oficinas para hacer entrega de lo solicitado. La ineficiencia apareció al no facilitar la recepción de la documentación, obligando a los que acudían a hacer largas colas y perder en ocasiones varias horas, esperando al rayo del sol y sin tener ni una triste silla para sentarse. ƑEs así como una dependencia gubernamental, creada para apoyar la investigación y la creación, en un país que tanto las requiere, trata a humanistas y científicos?

Me han dicho, y como no puedo demostrarlo, lo referiré como un rumor, que un alto funcionario del SNI, al hablar de los humanistas, dice que no son sino "humanoides". Grandes humanistas ha habido en México, desde Nezahualcóyotl, Alva Ixtlilxóchitl, Bernardo de Balbuena, Juan Ruiz de Alarcón, Sor Juana, Sigüenza y Góngora, Clavijero, y tantos otros de los siglos xix y xx, Ƒfueron ellos "humanoides"?

ƑEs que acaso el SNI es incapaz de reconocer el valor de la investigación y la creación?

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año