Semana Santa
Rescata Museo del Carmen tradición en peligro
de morir
En
el siglo XVII y hasta mediados del XIX era práctica común
de las familias católicas mexicanas que en el sexto viernes de cuaresma
se levantaran altares para conmemorar los siete dolores de la Virgen.
No obstante que aquella práctica rememoraba sucesos
tristes, también era ocasión para reunir a familiares y amigos
que acudían a admirar el altar y a degustar los platillos preparados
ex profeso.
Los investigadores Reina Cedillo Vargas y Antonio Gudiño
Garfias, en su estudio titulado El altar de Dolores y las procesiones
de Semana Santa refieren que el centro de la conmemoración era
el sermón, en el cual se rememoraban los dolores de la Virgen.
Los tres primeros dolores que padece María sucedieron
durante la infancia de Jesús: María escucha la profecía
de Simeón al presentar al niño en el templo; luego cuando
huye a Egipto con su hijo y José, y después cuando busca
al Niño Dios perdido en Jerusalén.
Los restantes ocurrieron en un solo día. El viernes
de la pasión, cuando María encuentra a Jesús camino
al Calvario; al situarse a los pies de Jesús crucificado; cuando
lo recibe en su regazo descendiendo de la cruz, y finalmente cuando sepultan
el cuerpo de Cristo en espera de la resurrección.
A partir de la promulgación de las Leyes de Reforma,
apuntan los investigadores, los altares de Dolores fueron perdiendo importancia
en México, y para el último tercio del siglo XIX sólo
en las vecindades se levantaba uno pequeño. En la actualidad, sólo
en algunas iglesias y museos, como el Nacional del Virreinato, la Pinacoteca
Virreinal y del Carmen se erigen esos altares.
En las consideraciones finales de su investigación,
Cedillo Vargas y Gudiño Garfias, señalan, sin establecer
asimetrías, que tanto los altares de Dolores como las procesiones
de Semana Santa han ido perdiendo su presencia y su significado, sobre
todo por la merma del fervor religioso.
En recuerdo a una antigua tradición que se niega
a morir, durante esta Semana Santa se exhibe en el Museo del Carmen (Revolución
esquina Monasterio, San Angel) el tradicional altar de Dolores, acompañado
de 22 acuarelas de Alicia Leyva.