Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 14 de marzo de 2002
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Sociedad y Justicia

Se realiza en Tlaxcala simposio de bioética; lo inauguró el gobernador Alfonso Sánchez

Respeto a la dignidad humana, pide Luis Morales

El presidente de la CEM demanda "leyes más justas, que defiendan y armonicen la vida"

LA JORNADA DE ORIENTE

Yauhquemehcan, Tlax., 13 de marzo. Jerarcas católicos, encabezados por el presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Luis Morales Reyes, criticaron a los científicos "que sin principios morales ni orientaciones éticas" tienen la capacidad de "manipular a su antojo la propia vida humana, llegando a excesos que parecían definitivamente superados con la desaparición de los totalitarismos nacionalistas, y a planteamientos nuevos que ponen en riesgo el desarrollo natural de la persona y su entorno propio, la familia".

Para los representantes de la Iglesia católica presentes en el Simposio Nacional de Bioética, con sede en el Seminario de Tlaxcala, la difusión en medios de comunicación "de hechos negativos" como la práctica y la legalización del aborto, la eutanasia y la clonación de seres humanos "parece indicar que estamos perdiendo, a manos de una mentalidad adversa, la batalla por la vida. Aun así, queremos promover a tiempo y a destiempo el Evangelio de la vida".

En la inauguración del simposio, a cargo del gobernador Alfonso Sánchez Anaya, el arzobispo Morales Reyes, junto con los obispos Francisco Javier Chavolla Ramos, Daniel Medina y Jacinto Guerrero Torres, llamó a "construir, promover y alentar la cultura de la vida" y terminar "con la anticultura de la muerte, que agobia a nuestros pueblos".

El presidente de la CEM aseveró que "uno de los aspectos más fascinantes, y al mismo tiempo, más delicados de la ciencia contemporánea, es el conocimiento sobre el hombre mismo". No obstante, acotó que todo progreso "tiene límites marcados por la naturaleza de la realidad humana, y del universo en que habitamos".

Morales Reyes cuestionó el que movimientos sociales "de gran alcance" se expresen "cada vez con más fuerza y con toda razón para que la ciencia y el desarrollo respeten el entorno de la vida vegetal y animal, pero lo verdaderamente sorprendente es que no se procure con la misma intensidad la defensa y el cuidado del mismo hombre, de su dignidad y desarrollo, del respeto a la vida y de la realización de la justicia".

El también arzobispo de San Luis Potosí reclamó: "Son menos los que toman la causa del hombre, desde el punto de vista de su dignidad inherente a su condición racional y a su innegable dimensión espiritual. Ellos, además, en el contexto de la cultura dominante, por lo general tienen que hacerlo a contracorriente, con un ambiente adverso. No hay la misma preocupación por lo que contamina y destruye los valores morales; no hay la misma sensibilidad para defender la vida humana desde su concepción hasta su conclusión natural. Más aún, quienes toman esta causa deben enfrentar a menudo hasta legislaciones y grupos sociales contrarios".

Sostuvo que integran algunos de estos grupos "científicos sin principios morales, que manipulan a su antojo la vida humana". Morales Reyes calificó a esta actitud "como una parte de la cultura moderna de la muerte. La mentalidad antivida, decía el Episcopado Latinoamericano en 1992, además de la eutanasia prenatal, lleva a la eliminación de los niños apenas en formación y de los ancianos y enfermos estimados como inútiles, defectuosos, o carga para la sociedad".

Entonces Morales Reyes trajo a colación el documento Donum vitae, el cual establece que más allá de los debates científicos "y de las mismas afirmaciones filosóficas en las que el magisterio no se ha comprometido expresamente, la Iglesia siempre ha enseñado que al fruto de la generación humana, desde el primer momento de su existencia, se ha de garantizar el respeto incondicional que moralmente se le debe al ser humano en su totalidad".

El respeto a la vida, advirtió, es una de las tareas irrenunciables de la sociedad y de los fieles católicos, aunque "no siempre sean bien comprendidas o aceptadas nuestras acciones en defensa de la vida y en favor de la dignidad que entraña la persona humana".

"El no de la Iglesia (católica) al aborto y a la eutanasia, dice el pasado Sínodo de Obispos, es un sí a la vida, un sí a la bondad radical de la creación, un sí que puede alcanzar a todo ser humano en el santuario de su conciencia, un sí a la familia. Demos una aportación positiva a nuestro mundo y a la cultura mexicana, sin rencores, sin amarguras, sin derrotismos, con una profunda generosidad y convicción por el bien de todos, pero con un decidido empeño para que las visiones reduccionistas del hombre no determinen los criterios sociales y jurídicos que nos rigen".

Luego, en conferencia de prensa, Morales Reyes pidió a los legisladores del país que escuchen "esta voz que se eleva y nos tomen en cuenta para hacer leyes más justas, que defiendan y armonicen la vida. Nosotros denunciamos todo aquello que manipule la vida sin principios éticos; el aborto y la eutanasia matan esa vida, por eso la Iglesia denuncia esos ataques a la vida. šQueremos ser escuchados!"

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