Participarían 37 instituciones involucradas
en el tema
Proponen crear programa integral para atender a niños
de la calle
LAURA GOMEZ FLORES Y ANGEL BOLAÑOS SANCHEZ
Ante
la situación de abandono y agresiones en que se encuentran más
de 14 mil niños y jóvenes que viven y/o trabajan en la calle,
37 instituciones civiles y ciudadanas propusieron establecer un programa
de atención que no sólo incluya su integración a la
sociedad y su alejamiento de las adicciones, sino también líneas
de trabajo comunitario para prevenir esa problemática en zonas de
alto índice de expulsión.
Alma Rosa Colín, representante del colectivo Niñas
Callejeras, señaló que no existe una política de atención,
pese a la existencia del Instituto de Asistencia e Integración Social
(IAIS), que en lugar de cuidar que se respeten sus derechos ha permitido
que se vulneren en los centros a su cargo. Como sucedió en Villa
Margarita, donde se registraron casos de acoso sexual, los cuales "hemos
exigido que se investiguen y la respuesta fue el cambio de dirección,
cuando lo que se requiere es atacar el problema a fondo, con programas
y supervisión. Por ello la solicitud a la Comisión de Derechos
Humanos del DF para que continúen las pesquisas y se castigue a
los responsables", dijo a nombre de las 37 organizaciones que conforman
la red In Topilhuan.
En conferencia de prensa, informó asimismo que
presentarán una denuncia en contra de la revista Proceso,
por falsear información en torno a una niña de la calle llamada
Maribel, a quien acusan de prostituirse para comprar drogas, "lo cual no
es cierto y ha provocado que sus posibilidades de recuperar a su hijo de
13 meses de edad sean mínimas".
Señaló que las dependencias locales y federales
que han colaborado en su tarea son pocas comparadas con aquellas que la
han obstaculizado, por lo cual la red instauró el premio
La calavera negra, que será entregado el próximo 6 de abril
al IAIS, por su falta de conocimiento y sensibilidad; al DIF nacional,
por su falta de visión y perspectiva, y al ERUM por su discriminación
y negligencia para atender a esos niños.
Indicó que también recibirá la distinción
la directora de Desarrollo Social de la delegación Cuauhtémoc,
Virginia Jaramillo, por las constantes agresiones y amenazas de desalojo
en su contra, sin dar alternativas ni tener una política clara de
atención.
Por su parte, Salvador Bretón, de la asociación
Niños y Jóvenes de Indios Verdes (Nijive), indicó
que a partir de que se logró la destitución de un policía
preventivo por agredir a menores en situación de calle en la zona
de Indios Verdes, prevalece una situación de no violencia en la
relación de los uniformados con el grupo de niños y adolescentes
que viven y trabajan en los cruceros de las avenidas Lindavista y Ticomán
con Insurgentes Norte.
Dijo desconocer la presunta agresión que sufrieron
los menores por parte de policías de la SSP, por la cual la Comisión
de Derechos Humanos del DF determinó iniciar de oficio una investigación
a fin de determinar si se violaron sus derechos.
Recordó que el 23 de enero pasado autoridades delegacionales
intentaron desalojar al grupo de Lindavista y se llevaron sus pertenencias,
y un mes después procedieron igual con los de Ticomán. Sin
embargo, finalmente se llegó a un acuerdo para que mantengan limpias
las zonas.
El representante de Nijive, organización que desde
hace varios años realiza trabajo de calle, consideró que
la intención del delegado Joel Ortega Cuevas es mantenerlos semiocultos,
pues se trata de una zona muy transitada; "nosotros nos opusimos, pues
no es ocultándolos como se soluciona el problema".
Lo que se requiere es establecer mecanismos de corresponsabilidad,
no sólo de las instituciones, los particulares y las autoridades,
sino también de los niños y jóvenes; trabajar con
ellos para que "vayan tomando conciencia y comiencen a elaborar sus planes
de vida", expuso.
Explicó que al estar en una zona cercana a la Basílica
de Guadalupe, pasa mucha gente bien intencionada, que los ayuda con ropa
y alimentos, situación que sin embargo podría resultar contraproducente,
pues los arraiga en la calle. Lo mejor, sugirió, es canalizar esa
ayuda de manera que se les comprometa a que asuman compromisos; como por
ejemplo, que no se droguen.