Karen
Patterson
Arte
contemporáneo y de vanguardia en China
Entre
la construcción de nuevas carreteras, instalaciones deportivas,
unidades habitacionales y la restauración total de la capital artística
y cultural de China justo a tiempo para la Olimpiada del 2008 es difícil
imaginar que haya un arte escénico próspero y vigoroso en
Beijing. En ocasiones puede resultar un poco abrumador encontrar algo de
entretenimiento, sobre todo tomando en cuenta el tamaño de la ciudad
y la barrera del lenguaje; sin embargo, para aquellos interesados en descubrir
el arte chino hay muchas cosas en proceso, accesibles para los que decidan
explorar por debajo de la superficie de las farsas de los espectáculos
locales o de la sección "¿Qué hacer?" de cualquier
guía turística.
Cuando se piensa en el arte chino, inevitablemente
vienen a la mente bellos dibujos a tinta o al gouache de paisajes
naturales agua, árboles, montañas escarpadas y un viejo
sabio sentado en contemplación. De manera alternativa, hay caligrafías
en rollos de pergamino, escrituras expresivas y elegantes con una historia
de cientos de años. Más aún, para los que siguieron
los movimientos políticos y culturales de China durante los turbulentos
años sesenta y setenta, el arte chino puede ser algo semejante a
los pósters de propaganda gubernamental que mostraban al Gran Dirigente,
Mao Zedong, conduciendo a los trabajadores del campo hacia la revolución,
mientras una chimenea de reciente construcción se hace humo en el
fondo. No obstante, hoy todos esos ejemplos son reliquias del pasado, puesto
que el arte y los artistas chinos han llegado muy lejos desde entonces.
Los artistas individuales contemporáneos y de vanguardia en China
han gozado del éxito y del reconocimiento de su habilidad para expresarse
en los medios elegidos, y han participado en exhibiciones de arte de renombre
internacional, como la Bienal de Venecia de 2001.
La
pintura al óleo, vista en China como una forma de arte más
conservadora y "occidental", es el producto de la suspensión del
estilo ideológico de los últimos cincuenta años, y
ha entrado en una nueva era por sus propios méritos. Desde finales
de los noventa ha aparecido en escena una "nueva generación" de
pintores, que han creado expresiones valientes y enérgicas a sus
reacciones contra lo que sienten son los cambios más impresionantes
en la sociedad, siempre dentro del contexto de sus situaciones personales.
Uno de estos pintores, Liu Fei, en su serie Tomando su foto, examina
el papel cambiante de las mujeres en la sociedad china contemporánea.
A once mujeres que no podían sonreír en público sin
cubrirse la boca, Fei las toma en una casi exagerada sonrisa mostrando
los dientes, sin las manos en la cara, con la cabeza rasurada como signo
de rebelión contra el papel y la posición tradicionales de
las mujeres en la sociedad china. El elemento contradictorio en los trabajos
es digno de mención, puesto que la ropa es la misma que usaban las
niñas en edad escolar a principios de los años veinte, que
sugiere que tal vez la sociedad es incapaz de cambiar completamente de
la noche a la mañana, y que elementos modernos y tradicionales pueden
coexistir mientras China continúa en un sendero de apertura y reforma.
Sobreviviente exitosa de la era posterior
a Mao, la escultura es otra forma de arte que ha experimentado enormes
cambios en estilo, aplicación y contenido en años recientes.
No sólo han cambiado los materiales del bronce y el mármol
al vidrio, resina acrílica, piel animal, metal, madera, papel, ladrillos,
partes del cuerpo, textiles y más, sino también los rostros
de personajes aprobados por el Estado a ciudadanos comunes. En sus nuevas
esculturas/instalaciones de fibra de vidrio pintada, reunidas bajo el nombre
Trabajadores migrantes en la ciudad, Liang Shuo retrata con exactitud
la condición actual de los trabajadores migrantes que han inundado
ciudades como Beijing, Shangai, Guangzhou y Shenzhen en los últimos
años. Estos migrantes rurales han cambiado las ciudades que habitan
y también se han convertido en una población alienada que
vive como intrusos entre los sitios de construcción. La mayoría
de los habitantes de las ciudades está demasiado ocupada haciendo
dinero como para fijarse en los hombres y mujeres que también comen,
duermen y viven en la misma ciudad. El éxito del trabajo de Liang
no sólo es su descripción exacta, sino que ha extendido los
límites del modo en que la condición humana ha sido representada
tradicionalmente: los retratos de hombres "ordinarios" en realidad nunca
habían llegado a incluir a los trabajadores migrantes... hasta ahora.
A pesar de que la fotografía ha
estado presente en China casi durante el mismo tiempo que en Occidente,
recientemente se ha hecho de un popular séquito de artistas que
la han convertido en su herramienta o medio de expresión preferido,
y fue sólo hasta la década de los noventa que la fotografía
conceptual empezó a ser mucho más aceptada de la misma manera
por artistas, coleccionistas y críticos. Actualmente, esta forma
de fotografía no se refiere tanto a la destreza per se; más
bien es sobre la ejecución de una idea. Wang Qingsong es uno de
los artistas que ha usado este medio cada vez más frecuentemente
para explorar y expresar ideas sobre la comercialización y la occidentalización
de la sociedad china moderna aunque en una forma algo satírica.
En su obra más reciente, creó una serie de tres fotografías
que pretendían examinar la siempre creciente brecha entre los habitantes
del campo (considerados pobres, sucios y retrasados) y los de la ciudad
(considerados ricos, limpios y educados). El pasado describe a entusiastas
trabajadores en una pose revolucionaria, reminiscencia de la estatua de
los sesenta de Mao Zedong, cubiertos de suciedad de la cabeza a los pies
y empuñando pistolas y palas; El presente muestra a los mismos
trabajadores cubiertos en pintura plateada, empuñando las herramientas
de su sitio de trabajo que se usan y se ven en las calles de hoy, pero
visiblemente menos fastidiados que en el pasado; El futuro presenta
a los mismos trabajadores cubiertos en oro, empuñando objetos tan
alejados del trabajo y del esfuerzo como sea posible, sugiriendo una vida
de comodidad en los años venideros.
Creado
inicialmente por un grupo de artistas reaccionarios a las limitaciones
a los que los sometían las galerías en China durante los
primeros años de los noventa, el arte del performance se ha convertido
en una forma artística aceptada y respetada que rápidamente
está acaparando la atención internacional
no así la atención de las
autoridades chinas locales. Expresiones personales de sexo, violencia y
muerte son temas recurrentes en este género y, como consecuencia,
las exhibiciones de performance a menudo son clausuradas, los artistas
detenidos y las propiedades confiscadas. Más aún, las exhibiciones
de performance son "clandestinas": fecha, hora y lugar sólo se anuncian
uno o dos días antes. A pesar del silencio, todavía hay un
gran séquito de artistas, espectadores y "grabadores" (videocamarógrafos
y fotógrafos que registran el evento y crean un producto comercializable)
que acuden a echar un vistazo a las últimas ejecuciones de ideas
provocadoras. Li Wei, un joven artista de Hubei, fue parte de una exhibición
recientemente presentada en las afueras de Beijing, en un estudio manejado
por una comuna artística. Para Ambiente transparente, el
artista se sentó muy derecho en el hoyo de una excavación
en el suelo mientras un espejo gigante lo rodeaba, y permitía que
su cabeza permaneciera sobre el suelo. Tenía colocada una burbuja
de resina acrílica, lo que creaba un ambiente transparente para
su cabeza, su canario amarillo y una sola rosa roja. A pesar de la lluvia,
el aire y el frío, permaneció en el "ambiente" por cuatro
horas mientras los miembros de la audiencia lo miraban, tomaban fotos,
lo ignoraban o se divertían viendo sus reflejos desde diferentes
ángulos. Un comentario, quizá, de la delicada naturaleza
de nuestra propia supervivencia y de cómo creemos que tenemos la
vida comprada hasta que nos vemos forzados a una posición comprometida,
como Li Wei y su "ambiente".
El
arte en video, como parte del arte de los Nuevos Medios, también
se ha hecho muy popular desde mediados de la década de los noventa,
y resulta completamente diferente de otras formas artísticas ya
que es repetitivo, desafiando así la característica de "una
sola vez" del arte del performance, la pintura, la escultura y las instalaciones.
Puesto que se trata de un medio relativamente flexible, las posibilidades
de su aplicación son infinitas, y es obvio que se está expandiendo
con cada artista, exhibición y año. Los artistas que recurren
al video experimentan activamente con sus propias percepciones y reflexiones
de la sociedad en la que viven, y con temas universales para la humanidad,
aun para los chinos, en el campo de expresión. Tal es el trabajo
del artista de instalaciones de video Yang Zhenzhong y su obra Sé
que voy a morir. Durante el video de treinta y dos minutos, se graba
a gente china de un amplio espectro de la sociedad repitiendo el mismo
mantra: "Sé que voy a morir." En contraste con nuestras nociones
sobre cuándo muere la gente, la mayoría de los participantes
están lejos de ser de edad avanzada. Dado que los chinos no son
religiosos en un sentido cristiano, resulta sorprendente la relativa calma
de los participantes hacia la muerte. El éxito de este trabajo reside
en la forma especial en la que el artista captura la expresión local
de una verdad universal e innegable.
Por lo general, el arte chino contemporáneo
y de vanguardia ha cambiado vertiginosamente en un periodo de tiempo relativamente
corto y en un clima de aceptación y libertad nunca antes visto en
el país. Estas expresiones artísticas funcionan como un barómetro
de las modificaciones económicas, sociales y políticas que
se están llevando a cabo no sólo en China, sino en todo el
resto del mundo. Del mismo modo en el que no debemos ignorar a esta nación
conforme va entrando en una nueva era de cambios, debemos poner atención
a la pluralidad de la comunidad de artistas chinos en cuanto a que dan
respuesta a preguntas surgidas de la actual situación de globalización
y, a su vez, continúan desafiando a los espectadores haciendo preguntas
agudas sobre sí mismos. Para mayor información sobre el arte
chino contemporáneo y de vanguardia, contactar:
www.chinese-art.com
www.redgategallery.com www.courtyardgallery.com
Karen
Patterson es canadiense, vive en Beijing y es una fotógrafa y escritora
ocasional.
Traducción
del inglés de
Gabriela
Valenzuela Navarrete
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