Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 9 de marzo de 2002
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Cultura
Muestra sobre ese arte religioso en la representación de Quintana Roo en el DF

La iconografía de la Iglesia ortodoxa rusa es una tradición más didáctica que de culto

Andrei Rubliev, Teófanes el Griego y Simón Ushakov, máximos exponentes del género

La exhibición incluye 36 tablas en madera con hojas de oro y 33 objetos de ese credo

ARTURO GARCIA HERNANDEZ

Aunque poco conocida en México, la tradición iconográfica de la Iglesia ortodoxa rusa es una de las más antiguas y apreciadas del mundo. Con una raíz griega y otra bizantina empezó a desarrollarse en el siglo XII, con la construcción de los primeros monasterios en la antigua Rusia, donde además de su misión espiritual desempeñaron un papel vital como centros de cultura y enseñanza. Fue justo en esos recintos donde se fraguó la iconografía religiosa rusa, que se ha mantenido viva y productiva hasta nuestros días, de la cual actualmente se puede ver una muestra en la sede de la representación del gobierno de Quintana Roo en el DF.

Algunos historiadores de arte suelen identificar cinco escuelas de la pintura rusa: la de Kiev o rusobizantina, que es de transición (siglos XI y XII); la de Novgorod, rusa ya propiamente dicha (siglos XII al XIV); la de Moscú (siglo XV), la de Stroganov (siglo XVI) y la escuela de Moscú (del siglo XVII).

De acuerdo con información ofrecida por Marinela Barrios Otero, directora de Cultura y Relaciones Públicas de la representación estatal, en la iconografía rusa ''los sombríos colores bizantinos tienden a desaparecer poco a poco, haciéndose cada vez más vivos y alegres. Es así como se va consolidando el estilo ruso, a través de una paleta de colores puros, intensos, excepcionalmente vibrantes".

Por su parte, el especialista Otto Demus ha escrito que ''en las pinturas de iconos rusos, el dogma bizantino se convierte en oraciones y la representación se convierte en leyenda. Historias claramente relatadas sin moral romántica, ascetismo sin martirio, santos sin demonios, luz sin sombra, visión sin ocultación mística; estas son las nuevas facetas que surgen en formas cada vez más claras".

Pese a la importancia que la Iglesia ortodoxa rusa da a la iconografía, cabe subrayar que las imágenes no son objeto de culto; su función, por así llamarla, es más bien didáctica y de sensibilización hacia la doctrina.

Virtuosismo y perfección técnica

Uno de los máximos exponentes del arte religioso ruso es Andrei Rubliev, autor de La Santísima Trinidad, considerada una de las obras maestras de esta escuela artística. A este nombre, Barrios Otero agregó los de Teófanes el Griego y Simón Ushakov: los tres ''fueron las figuras cumbre de este género y sus obras son una combinación de virtuosismo y perfección técnica".

En la muestra abierta la noche del jueves en la sede de la representación de Quintana Roo en el Distrito Federal, se exhiben 36 tablas en madera con hojas de oro y 33 objetos que forman parte del culto religioso, todos producidos por la casa Sofrino, empresa artística de la Iglesia ortodoxa rusa. Se trata -siguiendo la descripción de Barrios Otero- de cálices, candelabros, patenas, copones, incensarios, lámparas y cruces procesionales, profusamente decorados con filigrana de oro, esmalte, perlas, y piedras semipreciosas, ''con un gusto verdaderamente exquisito. De manera especial sobresalen los conocidos huevos de Pascua al estilo de Fabergé, el genial joyero de la dinastía Romanov".

La exposición Iconos -excepcional en un país donde la Iglesia rusa cuenta con apenas 50 mil fieles -fue inaugurada en un acto al que asistió el nuevo presidente del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Roberto Madrazo, en lo que parece ser su primera actividad cultural en esta etapa de su vida política. Le acompañaba, sonriente y muy de cerca, el escultor Sebastián. Estuvieron presentes, además, el gobernador de Quintana Roo, Joaquín Ernesto Hendricks Díaz; el actor Enrique Rocha; el arzobispo de la Iglesia ortodoxa rusa, Antonio Chedraui; y el representante de la Iglesia anglicana, Sergio Carranza. A última hora llegó el obispo de Ecatepec, Onésimo Cepeda.

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