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Los aviones lanzan
sus bombas sobre las ciudades, los tanques cierran las salidas de las
poblaciones y encañonan con dureza los edificios públicos
palestinos, los buldózeres destrozan antenas de emisoras radiales,
un hombre joven cubre su cuerpo de dinamita y se explota dejando a su
alrededor otros cadáveres tan jóvenes como él o ancianos
como sus abuelos. El conflicto de casi cien años en el ámbito
geográfico de Palestina sigue destilando muertos, angustias y desesperanzas.
El problema colonial sigue vigente. La lucha entre intereses políticos
se trasluce como siempre a costa de los ciudadanos inocentes. El Medio
Oriente es la zona donde los conflictos parecen irresolubles.
El actual gobierno israelí, con su táctica de hacer valer
la fuerza sobre la inteligencia, lleva con ímpetu la acción
de encrespar las acciones armadas hacia una nueva guerra abierta y sin
eufemismos. La Autoridad Palestina, y Arafat en su dirección, encaminaron
sus esfuerzos a la búsqueda de un estado plausible, pero este camino
no ha estado falto de acres críticas de activistas políticos
e intelectuales palestinos, la cual se dirigió a enfatizar las
expresiones poco democráticas y los efectos de corrupción
económica. Y la impaciencia crecía. Y los efectos de la
constitución de asentamientos judíos en territorio palestino
aumentaron los conflictos y los asentamientos siguieron creciendo de igual
medida. Más, muertos, más sangre, la palabra paz la envuelven
en la bandera de la guerra para hablar de esta. La paz de los sepulcros.
Los hombres, género masculino, continuan en su tarea de no entenderse.
En medio de este griterío doloroso las mujeres, algunas, quieren
retomar el rumbo de un pensar dirigido a lo humano, y no a la bandera
nacional. Buscar soluciones en medio del fragor de la guerra: ciertas
mujeres israelíes encuentran la indispensable necesidad de decir
un no a lo que acontece e influye básicamente en su sociedad.
Son ejemplos para Israel, mujeres como Nurit Peled, destacada activista
por la paz, madre que perdió en un atentado palestino en 1987,
a su hija de 14 años, la periodista Amira Haas que no deja de decir
las verdades de la ocupación en territorio palestino, por otra
parte, un sinnúmero de mujeres de todas las edades que forman parte
de movimientos feministas, pacifistas, antimilitaristas, y es alrededor
de este movimiento que presentamos un tejido de opiniones del cual todas
son dueñas. Sostuvimos conversaciones con varias mujeres, como
Lilli Traubmann, miembra de "Mujeres por la paz"; Java Tournansky,
académica universitaria; Marcela London, escritora para niños
y Lea Zemel, reconocida abogada defensora de presos políticos palestinos.
El mar es un buen elemento para recordarnos que tan frágiles y
temporales somos los seres humanos. Parte de lo que aquí se escribe
lo escuchamos a orillas del Mediterráneo. Testimonios que, sin
duda, son una aproximación a un fragmento de historia en que estas
mujeres, de diferentes generaciones y países de origen, con ilusiones,
angustias vividas; huidas de dictaduras o por migración deseada
a un nuevo país, o bien, nacidas en Israel, comparten la angustiosa
piel de esa realidad.
***
Hace apenas unos días, en diciembre, el Parlamento Europeo entregó
el "Premio Andrei Sajarov" a la Coalición de Mujeres
por una Paz Justa, por el trabajo que esta organización israelí
ha venido realizando en la lucha a favor de la paz desde distintos ámbitos
y con diferentes acciones ¿Quiénes conforman la Coalición
y cuáles son sus acciones?
La Coalición de Mujeres por una Paz Justa la conforman varias organizaciones,
entre ellas se encuentra Majson Guosh, que es un grupo de mujeres que
empezaron sus actividades en Jerusalén, como observadoras en las
barreras militares que impiden el paso de palestinos a territorio israelí
y asimismo, dentro del propio territorio palestino. Estas barreras impiden
realmente a los palestinos ir a alguna parte. Para Lilli Traubman, esto
es "algo difícil de creer. Se han formado como especie de
pequeños guetos, de los cuales sólo se puede salir para
ir a otros mediante un permiso que, no obstante, los libra del maltrato
y humillaciones de los soldados que se encuentran en las barreras militares".
Las mujeres observadoras empezaron a organizarse para acudir a las barreras
militares y con algunas cámaras fotográficas documentaban
lo que pasaba. Estas mujeres, "tratan de darle cierto límite
a la impunidad del poder militar".
Otro grupo es el que se agrupa alrededor de la revista feminista Noga,
publicación israelí que tiene ya varios años en circulación
y la que se presume de ser excelente y única en su género
ya que retoma una visión feminista radical.
Por otro lado, esta el grupo NELET (Nashim leman democracia: Mujeres por
la democracia), que es una agrupación de mujeres judías
y árabes israelíes que empezaron durante la primera intifada,
en diciembre de 1988, a realizar un trabajo conjunto.
Mujeres de negro, conocida agrupación que reúne a mujeres
que desde la primera intifada hasta nuestros días, se manifiestan
en diversos puntos del país. Actualmente lo hacen en nueve puntos
de Israel en donde confluyen tanto mujeres israelíes-judías
como israelíes-palestinas.
El grupo Mujeres y madres por la paz, salió de "Las cuatro
madres" que eran el grupo de mujeres que lucharon para salir de Líbano
y cuando se logró la demanda, ese grupo de disolvió y se
conformó esta agrupación.
Nuevo Perfil (New Profil), es un grupo de mujeres feministas que luchan
en contra del militarismo de la sociedad israelí y por la búsqueda
de una laicización de la sociedad israelí. Ha sido el primer
grupo en Israel que ha llamado abiertamente a no prestar servicio militar
por cuestiones de conciencia.
El Movimiento de Mujeres Democráticas de Israel, es un frente de
mujeres ligado al partido comunista israelí que desde hace cincuenta
años, conformaron el primer movimiento israelí de mujeres
árabes y judías dentro de Israel. Hoy en día hay
muy pocas mujeres judías ahí. La mayor parte son árabes.
Y finalmente, Mujeres por la paz (Bat Shalom), que es un movimiento feminista
pacifista, nacido como consecuencia de otra organización que participó
en una reunión internacional entre mujeres árabes e israelíes,
en la que se llegaron a acuerdos políticos y a raíz de estos
surgió Bat Shalom en Jerusalén Occidental y el Centro de
Mujeres Palestinas de Jerusalén, en Jerusalén Este.
¿Cuál es el interés por conformar
organizaciones en las que participen solamente mujeres? Creemos que este
interés se basa en la necesidad de que las mujeres debemos perseguir
la paz y la igualdad social desde nuestro ser mujeres. El sentido social
en la lucha por la paz es esencial. Sin duda, estas mujeres no quieren
llegar a una paz desde la perspectiva de los Acuerdos de Oslo, que proponen
un nuevo Medio Oriente, producto de la globalización, sino a una
paz que traiga un cambio social, donde haya valores humanos, valores de
igualdad y una sociedad diferente a la militarista: una sociedad civil.
La necesidad de una sociedad civil se filtra en el actuar cotidiano de
parte de la sociedad israelí. Hoy en día puede verse en
la prensa del país, que un sector cada vez más amplio de
jóvenes mujeres se han negado a participar en el ejército
por razones básicamente pacifistas que son acogidas con recelo
por la otra parte de la sociedad israelí. Asimismo, se dan casos
de muchachos que se niegan a realizar el servicio militar, sin embargo,
esta expresión, aparentemente, no tiene un tono marcadamente político,
sino por la sencilla razón de que quieren vivir su vida. No desean
perder tres años de su vida. Estos chicos te pueden decir que su
posición no es por la paz sino que más bien, han decidido
negarse en función de que no quieren ir a morir y con ello, dejar
de vivir su vida. Quizá no se dan cuenta de que sí es por
la paz.
Pero ¿cómo ha repercutido el hecho de negarse
a realizar el servicio militar, en el pensar cotidiano de la gente?
En algunos círculos se percibe más que en otros, por supuesto.
Una de las señales de repercusión fue el hecho de que el
año pasado se realizó una semana de actividades alrededor
de los actos de negativa, organizado por la Universidad Hebrea de Jerusalén
y por New Profile. Sin embargo, es difícil saber hasta dónde
repercute. Lo que se sabe es que repercute. Es visible que cada vez hay
más y más gente que no quiere ir al ejército, tanto
mujeres como hombres. No se puede olvidar, nos dice Lea Zemel, "que
la retirada del Líbano fue en gran parte realizada, por efectos
de la lucha de mujeres". Que se fue realizando muy lentamente, madurando
casi en silencio, hasta que se materializó en la exigencia de muchas
madres, la de salir de los territorios del Líbano. Y eso se aceptó.
"Dolía, muchos soldados murieron, además la sociedad
comenzaba a ver esa ocupación sin razón alguna. Yo no sé
si esto puede darse con relación a los territorios palestinos,
pero, por lo menos, se puede decir que existe el potencial de lucha en
las mujeres".
Cada viernes, se reúnen en acción de protesta
las llamadas "Mujeres de Negro" en Jerusalén y en varios
puntos de Israel. ¿ Cuáles fueron las motivaciones personales,
sociales y las demandas para la realización de este tipo específico
de protesta?
Mujeres de Negro comenzó en Jerusalén con el comienzo de
la primera intifada en diciembre de 1988. Varias mujeres de Jerusalén
decidieron reunirse para tratar de hacer algo con la situación
que se estaba dando. Entonces decidieron vestirse de negro y pararse en
una plaza importante de la ciudad una vez por semana. Decidieron hacerlo
el día viernes, entre una y dos de la tarde, y manifestarse vestidas
de negro, en silencio y mostrando pancartas que decían en principio
¡No a la ocupación! Posteriormente, fueron ampliándose
las demandas y las consignas, dependiendo de los distintos momentos y
lugares en donde estas manifestaciones se desarrollaban. Mujeres de Negro
no era ni es propiamente una organización, sino una manifestación
constante de mujeres.
En estos momentos se han recrudecido las acciones del
terrorismo del estado israelí, por un lado, y el de los extremistas
palestinos, por el otro. ¿Qué opinión se tiene hacia
estos terrorismos?
Lo que Israel hace es terrorismo y muchas veces son crímenes de
guerra. Un Estado tiene toda la responsabilidad sobre lo que su ejército
hace, en el caso de la parte palestina no puede haber un ente que se haga
responsable de las acciones terroristas porque no es un Estado, si lo
fuera, otra cosa sería. El terrorismo, por su parte, lo único
que va a traer será cada vez más y más terrorismo.
La situación de hambre entre la población palestina es cada
vez más difícil, además está el hecho que
se da en los bloqueos militares. Hay que pensar en las mujeres que han
dado a luz en estas paradas militares porque no les permiten ir al hospital
y entonces la humillante situación es que tiene que abrir las piernas
ahí y parir al lado de los soldados. Pero la falta de asistencia
sanitaria no sólo la han resentido las mujeres embarazadas sino
también niños, niñas y las personas mayores que por
falta de atención algunos de ellos han muerto frente a los soldados.
Véase como se vea, eso es terror y el terror del Estado es más
fuerte que el otro. Sin duda, ninguno de los dos terrores nos va a llevar
a ninguna parte. Es cierto que nunca se ha conseguido ninguna independencia
sin luchar nada, porque así es lamentablemente, pero tal y como
está hoy en día la situación, nos está llevando
a un fascismo. La gente tiene miedo.
¿Cómo se expresan psicológicamente
y anímicamente en la población la sensación creciente
del miedo ante las acciones del terror, y de qué forma ha influido
en la vida cotidiana de los ciudadanos y las ciudadanas ese agrietamiento
de la tranquilidad personal?
La gente se ha ido a los lugares muy oscuros. Se fue hacia el nacionalismo
extremo por la falta de confianza, manejando la idea en general de que
todos los palestinos son unos asesinos, todos están sedientos de
sangre y por supuesto, nunca se podrá hacer la paz porque ellos
no quieren la paz. Ya lo dijo Barak, manipulando y engañando, de
que ellos no quisieron aceptar todo lo que Israel en su momento les quiso
dar. Y la sociedad se lo cree y está convencida de que así
fue.
Existe la idea en un amplio espectro de la opinión
pública,, que el no haber llegado a los acuerdos de paz entre Barak
y Arafat fue responsabilidad de la negativa palestina. ¿Qué
hay detrás de este hecho, qué tanta verdad hay, qué
pasó?
Nosotras vemos todo el proceso en su conjunto desde que empezaron los
acuerdos de paz hasta que reventaron, vemos un proceso de humillación
todo el tiempo, humillación de Israel hacia los palestinos. Vemos
un proceso de empobrecimiento, del cierre que empezó después
del proceso de paz. No hay que olvidar que para la mayoría de la
gente la paz es poder trabajar para poder vivir. Realmente no importa
tanta política ni que Arafat se siente con Rabin o Barak. La gente
quiere vivir bien. Pero la firma de los acuerdos no significó que
los palestinos pudieran entrar a Israel para trabajar y vivir bien. Los
bloqueos siguieron existiendo. También las humillaciones. Pero
sin duda, estos acuerdos de paz, basados principalmente en acuerdos militares,
no podían llevar a ningún proceso de paz.
El problema actual es la continuación del conflicto
entre los deseos de un pueblo en emigrar que se encuentra con otro en
ese mismo territorio. Cuando llegaste a Israel, ¿qué sabias
de la existencia de los palestinos?
Java llegó de México en 1958. Han transcurrido mas de 40
años. Al llegar ella, nada sabía de la existencia real de
los palestinos. El proceso de reconocimiento fue lento al inicio. Pero
la dinámica de la vida, las guerras, el acentuamiento del conflicto
y sus hijos que paseaban por el país, fueron los que le hicieron
conciente de las condiciones de vida miserables de los palestinos en Israel,
y por lo tanto, le hicieron tomar conciencia del hecho de la existencia
de un pueblo.
Para ella, "uno de los elementos más terribles que ha existido
en el ámbito del sionismo, ha sido la función del Keren
Kayemet, la institución responsable de la adquisición de
tierras en los tiempos antes y después de la fundación del
Estado, y creo que su función, vista a la luz de hoy día,
fue la que posibilitó los inicios del conflicto. Era la compra
de tierras que debían de estar vacías de campesinos palestinos.
Ahí inició el conflicto".
Marcela llegó de Argentina en 1963. Han transcurrido casi 40 años.
Al llegar ella, a trabajar y vivir en el kibutz Bahan, nada sabía
de la existencia real de los palestinos. Su toma de conciencia fue, como
dice ella, en el momento que "perdió la inocencia". Esta
perdida inocencia comenzó a raíz de los hechos desencadenados
después de la guerra de los seis días, en 1967. La cual
consistió en la observación de un ambiente intensamente
xenófobo, anti- árabe y marcado por una explosión
de valores míticos religiosos judíos. Su sensibilidad humanista
la impulsó a buscar respuestas ante la aparición cercana
del pueblo palestino. Como ella dice: "contradictoriamente, la guerra
y la anexión territorial me llevó a conocer de cerca a esas
personas, los palestinos, verlos como humanos y no como enemigos míticos
y lejanos". Su trabajo con maestras palestinas (israelíes
y de los territorios) en expresión artística, la llevó
a experimentar una verdadera cercanía con esas mujeres, haciendo
claro para sí, que eran eso: mujeres como ella misma.
En estos momentos son los hombres los que básicamente
deciden el hacer y quehacer de la guerra, ¿hay una idea, una posibilidad
feminista de solución humana al conflicto? Si la hay y es la única
que permitirá la paz, la solución es el cese de toda acción
militarista. Los hombres hacen la paz con el mismo lenguaje con que se
hace la guerra y yo -Traubman- quiero hacer la paz con otro lenguaje.
Ahora las mujeres, de las dos partes, no son parte de la dirección
de la institución militar, no son parte de ese lenguaje tampoco.
Ella cree que las mujeres tenemos más posibilidades de entrar en
un diálogo basado realmente en el lenguaje de la igualdad, de lo
social, de cooperación y de escuchar y poder dialogar, porque realmente
ese diálogo de hacer la paz sobre la base de la seguridad no va
a llevar nunca a ningún lugar de paz sino a otra guerra con más
represión.
¿Y qué puntos, como feministas, han tocado
básicamente en el interior de la sociedad israelí y si estos
puntos sólo tocan el ideario de la paz o si así mismo tocan
algunos puntos conflictivos de la vida en la sociedad israelí?
Traubman sólo cree en procesos y no en que las cosas se hagan de
tajo. "Los procesos son largos. Lo que nos interesa es la igualdad
civil entre hombres y mujeres, entre judíos y árabes y entre
todos".
En la actualidad, Mujeres por la paz tiene una campaña que se centra
en la pregunta "¿qué hiciste hoy para terminar con
la ocupación?". Su lucha contra la ocupación es diaria
y pública. Esa es su posición política. "Porque
muchos de nosotros formamos parte de la ocupación sin darnos cuenta
y hay que tomar conciencia de ese hecho y luchar, por ejemplo con algo
que empezó por « el bloqueo por la paz», aunque nosotros
queremos hacerlo más amplio, no comprar productos que los colonos
de los territorios ocupados producen. La intención es hacer un
boicot a sus productos".
¿Qué consignas o qué alternativas
se plantean en el proceso de acercamiento a la denominada igualdad socio-cultural
del hombre y la mujer?
Mientras Israel sea una sociedad militarista, las mujeres seguirán
siendo discriminadas y reprimidas porque la base de la sociedad es una
base de guerreros, una base de los hombres, una sociedad que está
basada en la fuerza. Para la representante de Mujeres por la paz, "las
mujeres no somos parte de eso y vemos que una de las cosas principales,
por eso somos un grupo de mujeres y no un grupo mixto, es la cuestión
de la no militarización del Estado israelí". Ya el
año pasado, desde que comenzó la última intifada,
las mujeres han llevado acciones pacifistas manifiestas. Las primeras
en salir a la calle fueron las mujeres, seguidas por los hombres. Sin
embargo, las mujeres que hoy confluyen en la Coalición de Mujeres
por una Paz Justa, fueron las primeras en manifestarse y lo han seguido
haciendo. Desde los primeros días hasta la fecha. Ejemplo de ello
es que Mujeres por la paz están organizando una manifestación
para el 28 de diciembre en Jerusalén en donde se dan cita dos hechos
a conmemorar, por un lado, el comienzo de la primera intifada y, por el
otro, la aparición de Mujeres de Negro.
Nosotras vemos la relación entre todo tipo de represión.
Desde la represión social, la represión nacional, la represión
del hombre en contra de la mujer. Las consignas siguen siendo: "La
ocupación nos mata a todos" y "¿Has elegido por
la vida?".
En los encuentros entre mujeres israelíes y palestinas ¿qué
puntos de discusión hubo?
El punto central de discusión fue el problema de los refugiados.
Las mujeres palestinas exigían que Mujeres por la paz se comprometiera
a conseguir el regreso de los refugiados al lugar de donde salieron, sin
embargo, lo único real que el grupo podía hacer era pedir
al Estado de Israel su deber de reconocer su directa responsabilidad en
la formación del problema palestino y que debía de llegar
a una solución según los acuerdos de Naciones Unidas. La
imposibilidad del compromiso por parte de estas mujeres israelíes
conllevó a la ruptura del diálogo con las palestinas. La
representante de esta agrupación israelí considera que "más
que una cuestión política, fue un proceso de desigualdad,
pues es un hecho que Bat Shalom no es un grupo para las palestinas sino
que somos ciudadanas israelíes que pretendemos cambiar a la sociedad
israelí y por ello, nuestros intereses son distintos a los de las
mujeres palestinas. De alguna manera, nuestra situación es privilegiada
en todo casoij Cuando yo llego a una reunión lo hago de manera
tranquila, mientras, las mujeres palestinas han tenido que atravesar varias
barreras militares y enfrentarse a esa situación de ocupación.
Estamos hablando de un diálogo que ya no es igual". Sin duda
existe una cuestión solidaria que es la que se debe trabajar. Hay
puntos en los que se puede coincidir y otros en que no. Habrá que
trabajar en los que sí.
¿Qué puede significar ser mujer en
una sociedad en guerra?
Significa que cada vez la sociedad se vuelve más violenta y quien
sufre ello, somos las mujeres. Sin ir más lejos, este año,
en Israel, han sido asesinadas por sus maridos, 28 mujeres. El año
pasado fueron 20. Lo mismo sucedió durante la guerra del golfo
en que subió la cantidad de asesinatos de mujeres a manos de sus
maridos. La guerra trae la brutalización de la sociedad que se
manifiesta de variadas formas como el tráfico de mujeres que traen
de otros países a Israel. Con ello se puede ver que el valor de
la vida, del ser humano, se reduce a dinero. El precio de una mujer es
de entre tres mil y cinco mil dólares. Eso es todo.
A simple vista, Israel es un país pintado de dos maneras: una,
es la presencia aparente de una democracia parlamentaria occidental y
la otra, es un Estado en el cual no se ha realizado la separación
iglesia-estado. Eso conlleva a una serie de hechos ligados a la vida cotidiana:
desde prohibiciones alimenticias o limitaciones de tránsito en
días específicos, hasta la inexistencia del casamiento laico.
¿Cuál sería, ante esa realidad, un Estado ideal?
Sin lugar a dudas, el Estado ideal sería un Estado diferente al
que existe en la actualidad, que esté separado de la Iglesia y
que contemple la igualdad y libertad para sus ciudadanos, es decir, un
Estado de los ciudadanos. Quizá el hecho de poder viajar o no viajar
es importante pero hay cosas peores, por ejemplo que el vivir, el morir,
el casarte, tiene que ver con la religión y no es solamente que
la religión esté metida dentro del Estado sino que toda
persona está obligada a tomar una posición religiosa entre
el ser cristiana, judía, ortodoxa, musulmana o lo que sea. Es una
obligación. Aunque para las mujeres la situación es mucho
peor ya que todas las religiones nos sitúan en una posición
inferior.
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