Martes 26 de febrero de
2002 |
Marcos a la
medida Química, I love you n Marcos Winocur |
Es cierto que el
permanganato trifásico de sodio 2, 3 se transforma en
permanganato trifásico de sodio dos que tres. Después
de los resultados obtenidos por el doctor Chicato, nada
queda por agregar. Salvo, me atrevería a sostener, que
el óxido maléfico se desdobla en "oxi" y en
"do", perdiendo desde luego el acento que va a
reforzar la glucosa. Durante muchos años estas
propuestas fueron objeto de rechazo, escarnio y burla
pues los experimentos estuvieron a cargo de franceses
para quienes "óxido" es "oxyde", es
decir, va sin acento y entonces no había manera de
reforzar la glucosa. Cuando los experimentos pasaron a
manos del doctor Venancio Pérez González de la Concha y
Media, todo cambió. De cualquier modo, las citadas substancias se diría que muertas están, pero no, andan de parranda, es decir, químicamente activas desde la trinchera molecular. Y en ello consiste su movimiento, la dirección que éste toma y, si se quiere, su finalidad misma: alumbrar la vida, tendencia imparable que surge al corazón del reino inorgánico, proclamando como Oscar Wilde: "todo puedo resistir menos la tentación." Está lo inorgánico de pie frente a lo orgánico, que lo contradice y que a la vez es su tentación, y en determinado momento, desgarrado por esta esquizofrenia, grita a los cuatro vientos: -¿TonÕs qué, mi reyna orgánica, cuándo sales por el pan? En este punto los últimos, los últimos ¿qué? los últimos lipidocarbohidratos mutan en los primeros, los primeros ¿qué? los primeros jabones de tocador ¿dónde hay una toalla? ya lo dice la Biblia: los últimos serán los primeros o el arte de colarse en la fila del pan. O de las tortillas. O del cine. O del Banco. O donde sea. |