Con el actual gobierno existen las mismas prácticas corporativas: Bouzas Ortiz
Proponen frente común para democratizar sindicatos
CAROLINA GOMEZ MENA
La falta de democracia en la mayoría de los sindicatos nacionales es el resultado de una "perversión de las relaciones entre éstos y el Estado, situación que no ha variado con el actual gobierno, porque hoy existen las mismas prácticas corporativas", consideró Alfonso Bouzas Ortiz, investigador de la UNAM.
El especialista agregó que Carlos Abascal, titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), "le tiene miedo al cambio", y por eso en lugar de impulsar una reforma sindical opta por "tender puentes con los representantes de los viejos esquemas sindicales priístas".
Entrevistado en el marco del Tercer Encuentro Trinacional de Abogados Democráticos Laboristas, el académico y organizador del foro aseveró que la nula democracia en la mayoría de los gremios es uno de los principales problemas que enfrenta el sindicalismo mexicano. Por ello demandó a la STPS abocarse a modificar esta "dramática realidad".
Ante expertos en sindicalismo de Estados Unidos y Canadá, Bouzas dejó en claro que todos estos cambios parecen difíciles de cristalizar, dado que al frente de la dependencia laboral "se dejó en manos de uno de los empresarios más conservadores".
Para el experto, una posibilidad de superar la antidemocracia en los sindicatos es que a éstos también llegue la "globalización, pues parece que la solución no vendrá desde adentro. La idea será formar un frente común y acudir a la solidaridad internacional".
Justamente una de las líneas de acción que se discuten en el encuentro, que concluye hoy, es "establecer estrategias comunes y solidarias", con el objetivo de propiciar la democratización en los gremios de las tres naciones.
Y es que, a decir de Bouzas, es en cierto modo irónico que aunque la Ley Federal del Trabajo y el marco constitucional son instrumentos "suficientes para que la democracia sindical fuera real, la práctica laboral guarda una distancia inmensa de la norma, porque ésta se violenta".
A consecuencia de lo anterior, subrayó, es que los líderes sindicales "se religen, y en vez de trabajar en favor de sus agremiados tienden a sacar beneficios personales de esos organismos, por eso los trabajadores se han acostumbrado a perder sus sindicatos y su participación colectiva, provocando una cultura de disociación entre éstos y su gremio".
Otro punto que es primordial para acabar con el corporativismo, asentó Bouzas, es regresar los sindicatos a manos de los trabajadores, a sus verdaderos dueños, en especial lo que se refiere a su fiscalización, porque "son ellos los que deben establecer mecanismos de auditorías, los cuales nunca deben ser delegados al Estado o a la iniciativa privada, porque ello sería perverso".