Pocos recursos llegan a comunidades donde se extrae material genético: especialistas
Necesario, repartir beneficios de la biotecnología
Semarnat: el conocimiento tradicional y la diversidad cultural se pierden aceleradamente
ANGELICA ENCISO L. ENVIADA
Cancun, QR, 19 de febrero. El mercado mundial combinado de farmacéuticos, agroquímicos y semillas, que se basa en los recursos biológicos, es de alrededor de 400 mil millones de dólares anuales, de los cuales una mínima cantidad ha llegado a las comunidades tradicionales y a los países de donde provino el material genético.
Análisis que se presentaron en la Reunión Ministerial de Países Megadiversos Afines, donde participaron las 12 naciones que poseen la mayor biodiversidad del planeta, coincidieron en la necesidad de ingresar a este mercado con reglas claras, con un reparto de beneficios, claridad en la propiedad intelectual y respeto al conocimiento tradicional.
India sostuvo que la industria farmacéutica se ha beneficiado de la biodiversidad, con el desarrollo de fármacos elaborados a partir de compuestos naturales, mientras que la industria agrícola mejora los cultivos cruzándolos con cultivos silvestres de la misma familia.
Sin embargo, el reparto de los beneficios que se derivan de la biotecnología y la bioprospección -que es la recolección y muestreo de recursos biológicos y genéticos para fines comerciales- no es fácil de aplicarse. Admitió que aunque hay algunos resultados importantes, los descubrimientos son efímeros, el valor disminuye con el uso de otros productos y pasan muchos años antes de que se vean resultados monetarios.
Como resultado de un convenio de bioprospección, en India se obtuvo una planta silvestre que la comunidad kani utilizaba para evitar la fatiga. Se trata de la ayurveda, la cual sirvió como base para elaborar un fármaco denominado Jeevni, el cual se vende comercialmente. El acuerdo entre el grupo y la empresa que desarrolló el producto fue compartir 50 por ciento de la licencia y de las regalías.
El pago de regalías o de las ganancias derivadas de la comercialización de los recursos se ha convertido en el beneficio monetario que más expectativas genera y es el más difícil de conseguir, porque la obtención de algún producto se logra después de un largo proceso de investigación -sólo una de cada 10 mil muestras de la biodiversidad puede tener un valor comerciable- y todo esto se lleva alrededor de 15 años, sostuvo por su parte la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Además, aunque un recurso genético haya añadido valor a un producto final, "es extremadamente difícil determinar con precisión el valor monetario de esa contribución y cuál debe ser el pago justo a los proveedores del recurso. Ello se determinará con base en una negociación entre el proveedor y el usuario, por lo que es necesario fortalecer la capacidad de negociación de los países de origen de los recursos genéticos".
Gran parte de la industria farmacéutica y de sus productos se desarrolla a partir de la información de las comunidades locales e indígenas que conservan, practican y mejoran la biodiversidad. Estas "difícilmente obtienen una retribución justa de la comercialización de los productos, y tampoco obtienen, en la mayoría de los casos, el reconocimiento que se merecen por sus aportaciones", sostuvo la Semarnat.
Advirtió que la protección del conocimiento tradicional debe considerar la importancia que ésta tiene en la medicina curativa, la conservación de la biodiversidad, la producción de alimentos y la agricultura, lo cual tampoco implica su "libre disposición", pues esto anularía la posibilidad de lograr una distribución equitativa de beneficios.
"La importancia de proteger el conocimiento tradicional radica en el hecho de que las formas de vida de los pueblos indígenas del mundo están desapareciendo debido a las transformaciones económicas, sociales, ambientales y legales que están sufriendo como parte de la lucha de los países para alcanzar altos niveles de desarrollo."
A consecuencia de esto, agregó al dependencia, el conocimiento tradicional se está perdiendo aceleradamente, al igual que la diversidad cultural, y con todo ello los posibles beneficios que este conocimiento puede aportar a la humanidad.
Las 12 naciones que asistieron a la reunión -México, Indonesia, Colombia, Ecuador, India, Costa Rica, Perú, Kenia, Venezuela, Brasil, China y Sudáfrica-, frente a este panorama, sostuvieron que es necesario partir de una nueva ética "en la que prevalezca la equidad en las relaciones entre países", además de adoptar actitudes responsables que garanticen la conservación y el aprovechamiento sostenible de la diversidad biológica, tomando en cuenta el principio de precaución.
Además, plantearon que se promoverá la conservación de la diversidad biológica en los países de origen, el desarrollo de proyectos conjuntos de investigación y la elaboración de los inventarios de sus recursos, así como la inversión en el desarrollo y la aplicación de tecnologías en apoyo a la conservación y a las actividades de las comunidades.
También concluyeron que se deberá establecer un fondo con aportaciones voluntarias de los países megadiversos, instituciones financieras y agencias internacionales, fundaciones y la iniciativa privada, para "dar mayor alcance a los proyectos de cooperación".