Faltan recursos fiscales para invertir en infraestructura, afirma Grupo Santander
Pidiregas, apuesta para promover el crecimiento en 2002
ROBERTO GONZALEZ AMADOR
El impulso del gobierno federal a los programas de inversión financiada en la industria energética, conocidos como Pidiregas, constituye una de las principales apuestas para impulsar el crecimiento de la economía este año, en ausencia de recursos fiscales para promover la inversión en infraestructura, consideran analistas financieros.
En los últimos años, el esquema de Programas de Inversión de Impacto Diferido en el Registro del Gasto (Pidiregas), por medio del cual la iniciativa privada financia la construcción de obras de infraestructura eléctrica y petrolera que el gobierno no puede realizar por falta de fondos, ha sido el principal mecanismo de creación de infraestructura en el sector energético.
El Grupo Financiero Santander Mexicano destacó que la desaceleración de la economía se mantendrá al menos durante la primera mitad de este año, pero señaló que "un factor que puede compensar este efecto de manera inicial sería que rápidamente fuesen impulsados los programas de inversión financiada (Pidiregas) por parte del gobierno federal, además de los programas de construcción de vivienda y el gasto destinado a infraestructura".
Sin embargo, señaló que en el caso de los programas de inversión pública en infraestructura la disponibilidad de recursos para llevarlos a cabo estará limitada a la evolución de los ingresos fiscales, dado que si no son los esperados, el gobierno ya ha dejado claro que habrá ajustes en el gasto.
Para este año, el programa económico prevé la contratación de obras a través de Pidiregas por 10 mil millones de dólares. Santander Mexicano consideró que si los programas bajo este esquema son impulsados por el gobierno federal, "las expectativas de la inversión privada pueden cambiar de manera importante y ello propiciar el inicio de la recuperación económica".
De cualquier modo, precisó que para la mayoría de la población todavía se dejará sentir en la primera mitad del año el efecto de la contracción económica, lo que significará que se sigan observando ajustes en el empleo. La pérdida de fuentes de trabajo, sumada a la burbuja de precios en el primer trimestre -provocada principalmente por la eliminación del subsidio a las tarifas eléctricas- "no parecen buenas noticias para los consumidores", añadió.
Un mecanismo agotado
Hacia finales de 2001, la deuda asumida por el gobierno federal a través del esquema de Pidiregas alcanzó 159 mil 800 millones de pesos, que representaron 2.9 por ciento del PIB, según información de Hacienda citada en un análisis de la correduría estadunidense Merrill Lynch.
En ese documento, Merrill Lynch señala que el fuerte incremento en la deuda pública asociada a los Pidiregas comienza a tener fuerte impacto en los gastos fiscales del gobierno.
Los requerimientos del gobierno para financiar la deuda de los Pidiregas se estiman en 85 mil 900 millones de pesos en 2002, cantidad equivalente a 1.54 por ciento del PIB.