Evaluación de la CRE para un informe de Cepal
La expansión de la industria eléctrica no puede seguir con base en Pidiregas
JUAN ANTONIO ZUÑIGA E ISRAEL RODRIGUEZ
De acuerdo con una evaluación de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), ''México no puede seguir enfrentando los retos del crecimiento de la industria eléctrica a través de Pidiregas'', porque aun cuando este esquema de financiamiento ha permitido hacer frente a las necesidades inmediatas de inversión, ''no garantiza las mejores condiciones para el Estado a mediano y largo plazos''.
La utilización de este esquema para financiar obras de infraestructura, a través de la contratación de deuda por empresas privadas que finalmente avala en el gobierno federal, ''es un paliativo pero no una solución permanente al problema de la expansión de la industria eléctrica'', señala la CRE en el informe Retos y posibles soluciones para el sector energético mexicano, elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Este informe, en el que la Cepal acota que ''la crítica al uso de Pidiregas en la industria petrolera es nula en informes y documentos oficiales del dominio público'', indica que en el caso del sector eléctrico las autoridades de la CRE -presidida por Dionisio Pérez Jácome Friscione- consideran que el empleo de este esquema ''asigna los riesgos al Estado y no al sector privado'', que ''los Pidiregas compiten con el gasto social'', desestabilizan los equilibrios macroeconómicos, ''socavan la viabilidad financiera de las empresas'' y ''reducen la capacidad de endeudamiento del Estado''.
Según las autoridades mexicanas, precisa la Cepal, ''los esquemas financieros mediante los cuales participa actualmente el sector privado no representan una verdadera inversión de capital por parte del sector privado, ya que el Estado asume los riesgos de inversión'', y afirma que ''el capital privado ha fluido gracias a las garantías gubernamentales''.
Los Pidiregas compiten con el gasto social, consideran, porque ''en un presupuesto de ingresos fijos, el incremento en gasto de un sector necesariamente reduce el de otros. Por ello -cita la Cepal- el gobierno federal enfrenta una disyuntiva: o aplica recursos para ampliar la infraestructura del sector eléctrico, o los utiliza para cubrir prioridades sociales donde la participación del sector público es verdaderamente indispensable''.
Además, apuntan, ''los compromisos de pago asociados a ese esquema (de financiamiento) generan presiones de corto plazo sobre el gasto y, por lo tanto, sobre el tamaño del déficit público. De ahí que la economía mexicana enfrente un dilema: reducir el esquema en gasto corriente para compensar los pagos Pidiregas, o permitir un déficit del gasto público con lo que ello implica en materia inflacionaria y endeudamiento''.
Sobre los límites a los que puede llegar el uso de Pidiregas, que en el caso de la Comisión Federal de Electricidad incorpora más de 3 mil 100 millones de dólares en su pasivo, el informe de la Cepal, en el cual incorpora la opinión de la Comisión Reguladora de Energía, sostiene: ''Dicho esquema no puede utilizarse de forma indefinida, pues la deuda crecería exponencialmente hasta llegar a un punto insostenible para las entidades, ya que la relación pasivo capital en los estados financieros (de las empresas privadas) no soportaría el nivel de endeudamiento''.
Por lo que se refiere a la reducción de la capacidad de endeudamiento del Estado por el empleo de este esquema de financiamiento, las autoridades mexicanas disciernen, según la Cepal, que ''aunque la mayor parte del monto de los Pidiregas se contabiliza como deuda contingente, los mercados internacionales de capital lo consideran un riesgo, sobre todo tomando en cuenta la abultada deuda del gobierno federal''.
En este punto, el informe de la Cepal acota ''que el continuo aumento de las obligaciones Pidiregas, que en la actualidad equivalen a 80 por ciento de la (nueva) deuda pública externa, todavía no afecta verdaderamente la nota crediticia del país, la cual se encuentra en continuo aumento''.