José Cueli
La educación especial
La educación especial es una disciplina constituida formalmente desde hace ya varias décadas. Diversas instituciones (públicas y privadas) cuentan con formaciones que abarcan licenciaturas y maestrías que capacitan profesionistas en las áreas de aprendizaje, lenguaje, audición, sicomotricidad, neurodesarrollo y neurolingüística. Asimismo el avance de las neurociencias en las áreas de diagnóstico clínico, estudios de electroencefalografía e imagenología y tratamiento farmacológico han sido fundamentales también en el manejo y atención de niños con problemas de aprendizaje.
También se deben destacar los progresos en la paidosiquiatría y la sicoterapia y el sicoanálisis de niños y adolescentes. Incluso encontramos en los últimos años mayor apertura en las escuelas en cuanto a la aceptación de niños con requerimientos especiales. Sin embargo, aún hay algunos aspectos pendientes de resolver que obstaculizan el manejo más fluido e integral de estos niños y adolescentes. Una de las dificultades es el desconocimiento o falta de información en los padres de lo que implica un trastorno de aprendizaje. En este punto resulta crucial no sólo brindarles amplia información de la situación que implique aspectos médicos-neurológicos, proceso diagnóstico y alternativas terapéuticas (terapias sicopedagógicas, apoyos farmacológicos en casos necesarios, orientación familiar y escolar y sicoterapia o terapia familiar).
Además de esta información, expresada de la forma más clara, accesible y empática posible, resulta necesario abordar los aspectos emocionales que el diagnóstico moviliza no sólo en los padres y en el niño sino en la dinámica familiar. Cada caso implica un historia particular. No hay un caso ni una familia igual a la otra. Y si bien hay recomendaciones generales para estos trastornos, el manejo de cada uno implica condiciones específicas que obedecen no sólo a la historia particular del desarrollo del trastorno en ese niño, sino a la historia familiar.
Una vez hecho el diagnóstico y concientizados los padres de la problemática, suele aparecer otro escollo que emerge no de la familia sino del lado de los especialistas implicados en el manejo del caso. A este respecto Bellido comenta:
''En la mayoría de los casos el abordaje tiene que ser multi e interdisciplinario y se requiere una coordinación entre especialistas, familia y escuela. Y es aquí donde se impone una rigurosa jerarquización de prioridades en el tratamiento y sobre todo un trato respetuoso entre colegas.''
Con mucha frecuencia no sólo existe falta de comunicación entre los especialistas sino, peor todavía, una descalificación hacia el trabajo del otro, lo cual no hace sino generar más confusión y en ocasiones más resistencia al tratamiento. Es por eso que enfatizo la necesidad de tener una visión lo más completa posible de las circunstancias particulares del niño y de la familia, y a la luz de esta información jerarquizar no sólo las interconsultas pertinentes sino el tipo de terapia prioritaria en cada caso.
Existen casos en que la afección emocional es severa y se recomienda iniciar con apoyo sicoterapéutico para posteriormente poder ingresar a un apoyo sicopedagógico. En otros casos es preferible iniciar el manejo sicopedagógico formal para organizar las estructuras cognoscitivas, ya que esto posibilita un mejor abordaje sicoterapéutico. En otros casos el manejo farmacológico es una prioridad para lograr mejores condiciones de funcionamiento, bien sea en apoyo sicopedagógico o sicoterapéutico. Existen muchas variantes y el manejo debe ser individualizado.
En algunos casos la sola exploración neurológica establece el diagnóstico y no requiere estudios adicionales de gabinete, que son costosos e intensifican la ansiedad en el niño; en otros, estos estudios son necesarios y se debe apoyar al especialista explicándoles a los padres la necesidad de ellos y mitigando la angustia del niño por las fantasías que se despiertan ante las instrumentaciones.
Por ello el abordaje debe ser altamente personalizado y multidisciplinario. Faltan abordar dos aspectos esenciales, el escolar y el social, pero por su importancia serán tema del siguiente artículo.