Watkins declaró ante el Congreso que
desde agosto previó la crisis de la energética
Lay fue engañado sobre las finanzas de Enron,
aseguró la subdirectora general
Acusó a los ex presidentes Skilling y
Fastow, y a las firmas de auditoría Andersen y de abogados Vison
y Elkins de haber ocultado la situación real de la compañía
con sede en Texas
REUTERS Y DPA
Washington, 14 de febrero. La subdirectora general
de Enron, Sherron Watkins, declaró hoy ante el Congreso que en agosto
expresó su temor sobre la inminente crisis financiera del gigante
de la energía, y aseguró que el ex presidente de la compañía,
Kenneth Lay, fue engañado por otros ejecutivos, uno de los cuales
quería despedirla.
Watkins dijo que se reunió en agosto con Lay para
informarle sobre los problemas de la compañía, y acusó
al ex presidente ejecutivo, Jeffrey Skilling; al entonces presidente de
Finanzas, Andrew Fastow, y a las firmas de auditoría Andersen y
de abogados Vinson y Elkins, de haberlo engañado sobre la situación
financiera.
"Yo
creo que el señor Skilling y el señor Fastow, junto con dos
firmas muy respetadas, engañaron al señor Lay y al directorio",
declaró Watkins a la subcomisión de Energía y Comercio
de la Cámara de Representantes. "Es mi humilde opinión que
él no entendía la gravedad de la situación".
Un informe del directorio de Enron sobre dudosas transacciones
de la empresa y prácticas cuestionables de contabilidad responsabiliza
a Lay por no supervisar las sociedades creadas y manejadas por el ex presidente
financiero de la firma, Andrew Fastow.
Esas filiales están en el centro del rápido
deterioro financiero de la compañía que culminó con
la mayor declaración de bancarrota en la historia de Estados Unidos.
Watkins le escribió a Lay una carta anónima
a mediados de agosto que terminó diciendo: "Me pone increíblemente
nerviosa que vayamos a resultar involucrados en una ola de escándalos
de contabilidad". El día 22, Watkins se reunió con Lay y
envió cinco memorandos que incluían su preocupación
debido a la pérdida de 700 millones de dólares en las sociedades
conocidas como Raptor.
"El señor Lay me aseguró que estudiaría
mis preocupaciones", dijo Watkins, quien agregó que solicitó
una transferencia de trabajo porque no se sentía cómoda laborando
con Fastow.
"Como contadora, consideraba que una empresa no puede
en ningún caso usar sus acciones para generar una ganancia o para
disimular una pérdida en sus declaraciones de resultados", sostuvo
la ejecutiva.
Algunos colegas le dijeron que cuando Fastow se enteró
de la carta anónima, se puso furioso.
"Quería hacer que me despidieran. Quería
confiscar mi computadora", testificó Watkins ante la comisión
del Congreso.
Argumentó también que se sentía incómoda
ante la idea de confrontar a Skilling con Fastow sobre las irregularidades
que se comprobaron en el manejo de la firma. "Pensaba que, si lo hacía,
perdería mi empleo", añadió.
Watkins dijo que es difícil creer que Skilling
desconocía las transacciones manejadas por Fastow que involucraban
a las sociedades.
Skilling declaró ante la comisión de la
Cámara de Representantes la semana pasada que él no sabía
nada de los arreglos financieros diseñados para esconder los pasivos
y para inflar las utilidades de Enron, cuando renunció el 14 de
agosto, alegando razones familiares.
"Es mi opinión que él podía prever
estos problemas y que quería estar lo más lejos posible de
ellos", dijo Watkins.
El abogado de Skilling, Bruce Hiler, afirmó que
ninguno de los comentarios de Watkins se encuentra basado en los hechos.
"Todo lo que la señora Watkins dijo sobre mi cliente está
basado en comentarios, rumores, o su opinión."
Los legisladores elogiaron la valentía de Watkins
por advertir sobre la manipulación en los libros contables.
El representante republicano James Greenwood, quien preside
la subcomisión legislativa de energía y supervisión
e investigaciones, apuntó que "la señora Watkins no es la
que lanzó la señal de alerta, en el sentido convencional".
"Ella era, y es, una empleada fiel a la compañía
que trató, valiente y tristemente en vano, de hacer que las personas
encargadas enfrentaran los hechos", añadió.
El también representante Billy Tauzin elogió
a Watkins por intentar llamar la atención sobre las irregularidades
enla empresa.
"Pero esto no fue suficiente para corregir la situación,
de hecho algunas medidas estaban encaminadas a esconder el asunto aún
más", dijo Tauzin en alusión a las recomendaciones que Watkins
hizo a Lay para paliar la crisis que se gestaba en Enron.
La ejecutiva recomendó a Lay que dijera que confió
erróneamente en otros ejecutivos y que obtuvo asesoría errada
de Andersen y Vinson y Elkins.
Para recuperar la confianza de los inversores, Watkins
sugirió a Lay que fuera sincero en cuanto a su participación,
o algo más importante, "su carencia de participación" en
los problemas que llevaron a la empresa.
Ganancias infladas
A principios de octubre, un mes antes de la declaración
de quiebra, Enron replanteó sus ganancias y dijo que desde 1997
las había inflado en 600 millones de dólares.
Kenneth Lay, objeto de fuertes críticas cuando
rehusó testificar ante una comisión del Senado el martes,
se libró el jueves de mayores recriminaciones.
Su testimonio ante la comisión de Servicios Financieros
de la Cámara de Representantes fue cancelado debido a que Lay invocaría
de nuevo el derecho que le otorga la quinta enmienda de la Constitución
para no incriminarse.
En tanto, Richard Causey y Richard Buy, ex jefe de contabilidad
y ex responsable de gestión de riesgo, fueron despedidos por el
consejo de administración de Enron. Los ceses tienen relación
con los resultados de un informe interno del consorcio encabezado por el
decano en derecho, William Powers, quien manifestó estar dispuesto
a presentarse ante el Congreso si su testimonio es requerido por los legisladores.
Powers anunció su renuncia al frente de esa investigación
después de tres meses en el puesto.