Se reabrió la iglesia de El Limar; estuvo
cerrada 7 años por diferencias intracomunitarias
En Tila se dio un paso hacia la paz: Arizmendi
El obispo de San Cristóbal y Salazar aceptan
que aún hay obstáculos para la tranquilidad
JOSE ANTONIO ROMAN ENVIADO
Tila, Chis., 14 de febrero. En la ceremonia de
reapertura del templo católico de esta comunidad, que permaneció
cerrado siete años por conflictos político-religiosos entre
las feligresías priístas y pro zapatistas, el obispo de la
diócesis de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi,
señaló que si bien este acto es un paso importante en el
proceso de paz y reconciliación en la zona, sería ''ingenuo
pensar que todo está resuelto; somos realistas: hay muchas cosas
pendientes, persisten muchas divisiones y el camino todavía es cuesta
arriba''.
Ante cientos de indígenas católicos y el
gobernador de la entidad, Pablo Salazar Mendiguchía, el prelado
sostuvo que ni la parroquia ni los sacerdotes de esta zona ?ubicada al
norte del estado? ni su diócesis han alentado o alientan el uso
de las armas.
Entre 1995 y 1997 hubo por diferencias intracomunitarias
poco más de 200 muertes entre los grupos rivales Abú Axú
y Paz y Justicia, predominantes en la región norte; el primero pro
zapatista y el segundo vinculado al PRI, pero ambos profesantes del catolicismo.
El gobernador Salazar, en acto previo a la celebración
religiosa, llamó a todos los pobladores de Tila a tomar con entusiasmo
la etapa de la paz y el desarrollo en el municipio, pero advirtió
que la reconciliación pasa necesariamente por el camino de la justicia.
Se comprometió a que los actos de violencia y atropellos no quedarán
en la impunidad.
Arizmendi, por su parte, también se refirió
a este punto. Dijo que "la autoridad civil tiene que hacer justicia, no
se puede prescindir ella; quien hizo un daño tiene que repararlo.
La justicia no está peleada con la reconciliación, es parte
de ella misma. No podemos olvidar las cosas que aún están
pendientes. No más enfrentamientos ni venganzas por propia mano".
Podrían caer paramilitares
Por la noche, corrió fuerte la especie entre círculos
gubernamentales que este viernes serían aprehendidos varios integrantes
de grupos paramilitares, como prueba de que el proceso de reconciliación
en las comunidades del estado pasa por la aplicación de la justicia
y no por el de la impunidad.
El obispo de San Cristóbal de las Casas insistió
en que la diócesis nunca alentó el uso de las armas, y que
si alguien optó por ese camino no es responsabilidad de ella. "Si
alguien nos calumnió de ello, que Dios los perdone, pero que sepa
con toda seguridad que no es ese el camino que promueve y sigue la Iglesia".
Expresó su profundo deseo que este acuerdo al
que llegaron los grupos católicos en conflicto no sea superficial
o pasajero, que no sólo se haya hecho publicidad, sino que sirva
efectivamente para fortalecer el camino del diálogo y la reconciliación.
Aseguró también que la diócesis "no está casada"
con ningún partido político, pues en ella caben todas las
tendencias, priístas, perredistas y petistas.
El 27 de enero, también en esta comunidad, los
representantes de las partes en conflicto, entre ellos el Kichan Kichañob
?simpatizantes del EZLN?, suscribieron un acuerdo de paz y reconciliación,
en el cual se establecía la reapertura oficial del templo. Entre
los acuerdos destacan el respetar el ejercicio de la libre manifestación
de ideas, asociación política y religiosa, así como
la participación de todas las expresiones políticas y organizaciones
sociales en los procesos electorales y en la toma de decisiones mediante
consulta popular, sin obstáculo alguno.
Durante la ceremonia de este jueves, poco antes de oficiar
la misa en el templo recién abierto, el obispo Arizmendi recordó
que el quinto mandamiento, no matarás, "es válido para todos:
para católicos y evangélicos, para perredistas y priístas,
para el EZLN y para quienes son contrarios a ellos, para una organización
y para otra".
Señaló que los acuerdos alcanzados por esta
comunidad tan dañada por las divisiones y los enfrentamientos sirvan
de ejemplo para muchas otras, que sepan que es posible vivir en paz dentro
de las legítimas diferencias políticas o religiosas.
Sin embargo, aclaró que tampoco se descartan riesgos
y peligros que todavía subsisten. "No podemos ingenuamente pensar
que ya todo se resolvió en Chiapas, que ya todo se resolvió
en la zona baja de Tila, que ya todo está resuelto en la zona norte;
las divisiones existen y todavía quedan muchas cosas pendientes
que deben resolverse".
El acto de reapertura del templo de San Mateo El Limar
se inició poco después de las 10 horas con una procesión
en la comunidad, la cual fue encabezada por el párroco Heriberto
Cruz Vera. Una hora después, cuando llegaron por helicóptero
el gobernador y el obispo, el templo fue insuficiente para los cientos
de indígenas choles de la región.
Poco antes de la llegada de Arizmendi y Salazar Mendiguchía,
el sacerdote Cruz Vera señaló, en el interior del templo,
que su reapertura ''no es la paz de la zona norte. Falta mucho trabajo
para que esta zona se pacifique. Aquí no se está firmando
la paz, pero tenemos esperanza. Lo grande ?dijo? empieza por lo pequeño".
En entrevista posterior, al término del acto, el
gobernador Salazar señaló que en Chiapas están urgidos
de un gran acuerdo de paz y también de acuerdos comunitarios, como
el que dio paso a la reapertura del templo católico largamente cerrado
por los conflictos existentes. Dijo que acuerdos como este se impulsan
en los municipios de Chenalhó, Nicolás Ruiz, Venustiano Carranza
y Monte Sinaí, en Cintalapa.