Encontramos a Ana un sábado durante la reunión de padres de jóvenes gay. Ana tiene una personalidad que desborda entusiasmo y alegría, un aura que invita a acercarse a ella. Tras la sesión de padres tuvimos la oportunidad de conversar con ella.

"Tengo 40 años y dos hijos, uno de diecisiete, que es gay, y otro de nueve. Hace dos años mi hermana me habló acerca de la homosexualidad de Tony. Al principio pensé que era una broma. Dos días después me di cuenta que era cierto; sentí mucha culpa y sufrimiento. Pensaba que porque pasaba mucho tiempo conmigo, había tomado mi ejemplo. Su padre, afortunadamente, lo tomó con tranquilidad. Fui a una escuela para padres y no me sacaron de dudas, aunque me ayudaron a llevar una mejor relación con él. Cuando cumplió 16 años me enteré. Primero hablé con él, y me contestó: 'Pues sí, sí soy y qué.' No puede ser --respondí angustiada. 'Pues sí soy y no voy a cambiar, ¿qué piensas hacer?'

"Recurrí a psicólogos, neurólogos y nadie me sacó de la duda. Un día mi esposo vio Diálogos en Confianza, por Canal 11 y tomó el teléfono de IMESEX; ahí vi al psicólogo Enrique Ortiz Betancourt, asesor del grupo de padres de jóvenes gays, y me dijo, 'tu hijo es homosexual y no hay vuelta de hoja, puedes seguir consultando gente, pero quien te diga que tu hijo va a cambiar, te está engañando y explotando, y no va a cambiar'. Pregunté si inyectando hormonas se podía cambiar la orientación, pero él respondió, 'lo único que lograrías es incrementar la actividad sexual, pero su preferencia sexual no va a cambiar'. Después me invitó al grupo. Yo me sentía culpable, pero fui por curiosidad. Sin embargo tuve un proceso rápido. Desde que entré al grupo me he liberado de toda culpa, me siento feliz, pues me he dado cuenta de que mi hijo es maravilloso; me ama, no tiene vicios, y me platica lo que hace con los amigos. Me encanta tener esa comunicación con mi hijo, que ya quisieran muchos padres de jóvenes heteros. Él también asiste al grupo de jóvenes. Aquí les enseñan a relacionarse positivamente entre sí, sin necesidad de antros o de bares. Hay actividades deportivas y además los enseñan a defenderse legalmente para no ser agredidos por su preferencia sexual.

"Yo invito a los padres y madres con hijos gays a que asistan al grupo pues ahora ya somos muchos los que venimos y los vamos a ayudar y apoyar, para que puedan superar este periodo por el que todos pasamos. Hemos aceptado a nuestros hijos como personas normales dentro de su preferencia sexual, para que tanto nuestros hijos como nosotros seamos felices, sin sufrir por causa de su orientación.

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