Ť El régimen de jubilados y pensionados
se ha convertido en una carga para el instituto
Crisis financiera en el IMSS, a corto plazo
Ť Hay un trabajador en retiro por cada cuatro en activo;
en 10 años la cifra se duplicará
ANGELES CRUZ
Cinco décadas de crecimiento sin planeación,
sin cambios y con restricciones presupuestales constantes, así como
un aumento desproporcionado en su nómina mantienen al Instituto
Mexicano del Seguro Social (IMSS) descapitalizado, lo cual en el corto
plazo podría desembocar en una nueva crisis financiera, similar
a la de 1995.
Además, la expectativa inmediata de la institución
es desfavorable a causa de la recesión económica del país.
Un diagnóstico interno del Seguro Social señala que son varios
los factores que "condicionan" su crisis económica, entre ellos
su propio régimen de jubilados y pensionados (RJP).
El estudio indica que el financiamiento a la seguridad
social afecta a las finanzas públicas en general, y que éste
aumentará año tras año. Apunta que la nueva Ley del
IMSS, que entró en vigor en 1997, trajo resultados favorables por
la mejoría en los ingresos y la capacidad de ahorro financiero e
inversión física. También crecieron la afiliación
y los servicios; se consolidó el régimen de pensiones basado
en el sistema de cuentas individuales operadas mediante las Administradoras
de Fondos para el Retiro (Afores).
Además, fue posible disminuir la siniestralidad
por riesgos de trabajo, y aumentar la cobertura del sistema de guarderías
para hijos de trabajadoras, entre otros.
A ello contribuyeron las acciones aplicadas a partir de
ese año, como la reducción de las aportaciones obrero-patronales
sobre la nómina, cuyo principal objetivo fue incentivar la creación
de fuentes de empleo. En contraste, aumentó la contribución
del gobierno federal al IMSS. Con estos recursos se paga, principalmente,
la totalidad de las pensiones y jubilaciones del sistema vigente hasta
1997, en el que se encuentran casi 2 millones de personas.
Sin embargo, las finanzas del IMSS sufren la presión
de su RJP, constituido actualmente por 92 mil 288 personas, pero que en
el transcurso de los próximos 10 años se incrementará
en más del doble, al sumarse 104 mil nuevos jubilados y pensionados.
Debido a que hasta 1997 no se crearon las reservas para
garantizar el pago de los jubilados y pensionados del Seguro Social, al
final de 2001 el pasivo laboral por este concepto ascendió a 227
mil 500 millones de pesos, en tanto las reservas apenas superaron los 18
mil millones.
El diagnóstico institucional asegura que en un
plazo no mayor a 15 años el pago de pensiones y jubilaciones será
del mismo monto que el de los trabajadores activos, por lo que será
difícil mantener su financiamiento, incluso en el corto plazo.
Para dar idea de la magnitud del problema, el texto explica
que con 376 mil trabajadores, el IMSS ha generado por su contrato colectivo
de trabajo un pasivo equivalente a 4.46 por ciento del producto interno
bruto (PIB), mientras que 10 millones de asegurados del apartado A del
artículo 123 constitucional generarán pasivos aproximados
a 26 por ciento del PIB.
Las cifras
Al cierre del 2001, el IMSS contaba con 92 mil 288 jubilados
y pensionados, cuya edad promedio es de 58 años y su ingreso mensual
es de 6.15 veces el salario mínimo. Tal como lo establece el contrato
colectivo de trabajo firmado por la institución con el Sindicato
Nacional de Trabajadores del Seguro Social (SNTSS), los ingresos de los
trabajadores en retiro, las viudas y huérfanos aumentan en las mismas
fechas y proporción que los salarios y prestaciones de los activos.
A lo anterior se suma el hecho de que el sueldo pensionable
se integra hasta por 13 conceptos adicionales al sueldo tabular (ayuda
de renta, sobresueldo a médicos, zona aislada, aguinaldo, ayuda
para libros, riesgo por tránsito vehicular, alto costo de vida,
antigüedad, ayuda de despensa, horario discontinuo, infectocontagiosidad,
compensación por docencia y atención integral continua),
lo que ocasiona que la percepción mensual de jubilados y pensionados
sea siete veces mayor al salario mínimo, aproximadamente.
En tanto, los 376 mil 523 trabajadores activos que existen
actualmente tienen una edad promedio de 39 años, una antigüedad
de 13 años y un nivel de ingreso promedio de seis veces el salario
mínimo. Con relación a las cifras de 1980, el personal activo
aumentó 131.48 por ciento, la edad promedio en aquella época
era de 34 años y la antigüedad de ocho años.
Tan sólo en 2002 la institución espera que
se retiren unos 7 mil empleados, pero además señala que 46
por ciento de sus trabajadores tiene entre 40 y 54 años de edad,
y 43 por ciento está entre 15 y 29 años de servicio. Es decir,
más de 104 mil tendrán derecho a la jubilación o pensión
en los siguientes 10 años.
Por ahora hay un pensionado por cada cuatro trabajadores
en activo. En 2010 esta relación será de 1.92. Aunque el
IMSS tiene la prerrogativa de elegir el sistema financiero para cubrir
el costo del RJP, éste no será suficiente para solventar
los requerimientos económicos de los próximos años,
admite.
El problema existe desde hace varios años, pero
ha pasado "inadvertido" debido a que las reglas de contabilidad general
no contemplan reflejar totalmente el pasivo laboral en los balances generales
ni en el estado de ingreso y gastos del IMSS; sin embargo, de hacerse,
la situación financiera real sería más que evidente
(ver recuadro).
A esta situación ha contribuido el hecho de que
históricamente el Seguro Social ha estado sujeto a variaciones y
restricciones presupuestales. Durante toda la década de los noventa,
afirma el diagnóstico, la institución vivió una situación
crónica de presupuestos evidentemente insuficientes, sobrejercicios
y correcciones costosas. En el periodo 1995-2001 el IMSS tuvo adecuaciones
a su presupuesto superiores a 35 por ciento del gasto en algunos casos.
De una evaluación a los proyectos de Presupuesto
de Egresos de la Federación de esos años sobresale el énfasis
puesto en los insumos y no en las actividades realizadas, además
de que las metas del IMSS eran similares a las de otras dependencias, lo
cual fue un error, señala el análisis, porque el instituto
no es propiamente un proveedor de servicios de salud o un pagador de pensiones,
sino un administrador de la seguridad social.
Producto de esa equivocación, los proyectos presupuestales
no consideraban objetivos de medición de pasivos y de fondeo de
reservas, mediciones de la capacidad de aseguramiento en salud o evaluaciones
de la atención a madres trabajadoras en guarderías, que son
esenciales desde el punto de vista del aseguramiento social.
La reforma a la Ley del IMSS, aprobada por el Congreso
de la Unión en diciembre pasado, tiene entre sus objetivos modificar
esta situación y otorgar a la dependencia las herramientas para
un manejo flexible y ágil. De ahí su nueva atribución
como organismo fiscal autónomo, explica el diagnóstico.
Detalla que uno de los nuevos objetivos institucionales
es lograr un presupuesto por programas evaluados en productos y resultados.
Así, de los 137 mil 725 millones de pesos que tendrá disponibles
en 2002, las estrategias prioritarias serán la administración
en general y los ramos de la seguridad social y sus reservas; el otorgamiento
de las prestaciones económicas; la atención médica
a los derechohabientes; el servicio de guarderías; los servicios
de afiliación y cobranza; las prestaciones sociales, y la infraestructura.
El documento admite, sin embargo, que la reforma legal
no será suficiente para revertir la descapitalización actual
ocasionada por el RJP.