Robert Fisk

Todo en calma en el

"CENTRO MUNDIAL DEL TERROR"

Sheikh Abad hill, Sur de Libano. En el "centro mundial del terror", granjeros libaneses empujan sus arados en los campos, golpeando suavemente con varas los cuellos de sus caballos. En Líbano, que supuestamente está siendo inundado por la Guardia Revolucionaria Iraní que se derrama desde Teherán, la Orquesta Sinfónica Nacional del país ha estado interpretando a Brahms, Tchaikovsky y Saint-Saëns. Y aquí en el sur, en la frontera con Israel, donde se supone que 8 mil nuevos misiles han llegado para ser entregados a Hezbollah, las mujeres están secando al sol hojas de tabaco.

El "centro mundial del terror" es un producto de la imaginación del primer ministro israelí, Ariel Sharon, quien esta noche (miércoles) volaba hacia Washington, donde recibiría una cálida bienvenida del presidente Bush. Las inexistentes Guardias Revolucionarias y los igualmente ficticios 8 mil misiles -que durante el fin de semana aumentaron a 10 mil y luego, misteriosamente, volvieron a ser sólo 8 mil- son invención de Shimon Peres, el ministro del Exterior israelí.

En realidad, no ha habido un guardia revolucionario iraní en Líbano desde 1984; los datos del señor Peres tienen sólo 15 años de retraso. En cuanto a los misiles, a Hezbollah le gustaría mucho saber dónde están.

Entonces, Ƒporqué se le están atribuyendo estas cosas a Líbano? No es que los israelíes no se crean sus propios mitos. Aquí en Sheikh Abad Hill, la alambrada que marca la línea azul de Naciones Unidas que limita la frontera libanesa-israelí, en realidad divide en dos una antigua tumba que, según dicen, es la última morada de un imán o de un rabino, dependiendo del lado de la frontera en la que uno se encuentre. Pero un poco más allá, los israelíes están construyendo un impresionante búnker de concreto negro y lleno de nidos para ametralladora. Se trata de un gigantesco emplazamiento de 21 metros de alto cubierto con mantas de camuflaje y torres de comunicación.

Técnicos israelíes están instalando antenas en los mástiles y la fachada del búnker, mientras soldados supervisan otra construcción a lo largo de la barda de la frontera. Los muchachos de Naciones Unidas le dicen a estas edificaciones Los cañones de Navarone, y es evidente por qué.

ƑPara qué se construye todo esto? Dos hombres desarmados de Hezbollah -uno de ellos con uniforme de camuflaje, botas militares y un maltratado radio receptor en el bolsillo; el otro, con una vieja chaqueta y acuclillado contra la brisa- me responden encogiendo los hombros. Están sentados sobre la tierra, a tres metros de la alambrada observando, confundidos, la construcción de este mastodonte. Están casi tan confundidos como el primer ministro libanés, Rafiq Hariri, quien ha expresado su enojo ante declaraciones estadunidenses de que la red Al Qaeda, de Osama Bin Laden, planea establecer una base de operaciones en el valle libanés de Bekaa, y de que el líder yemení de Al Qaeda ha hecho una visita secreta a Sidón.

Se trata de una campaña de desprestigio, sostiene. "Regularmente encontramos referencias a supuestos nexos entre Líbano y el terrorismo en periódicos israelíes y estadunidenses", dijo Hariri el pasado lunes ante el Parlamento. "En una ocasión leímos sobre campamentos de terroristas en Bekaa, y otras veces hablan de negociaciones de Al Qaeda para trasladar la organización a Líbano. Estas son acusaciones maliciosas y mentiras puras".

Mucho bien hicieron estas palabras. Pero aún así, los israelíes aseguran que Irán, o Bin Laden, o Siria, están convirtiendo a Líbano en un "centro de terror" o -como dijo nuevamente Peres- en "un barril de pólvora".

La realidad es muy distinta. La frontera no ha estado tan tranquila en 25 años, con excepción de un reciente y breve ataque sobre las granjas de Cheeba, territorio de campos abandonado que pertenece a Líbano pero que ha sido ocupado por Israel desde 1967. La ONU dice que el destino de este territorio debe acordarse en una conferencia de paz, y mientras tanto, ha decidido colocarlo del lado israelí de la línea azul.

Independientemente del ataque sobre las granjas, las únicas acciones que ha habido son por aire. Desde que Israel reanudó sus vuelos de reconocimiento sobre Líbano -lo que según la ONU constituye una clara violación al Tratado de la Línea Azul- Hezbollah ha disparado obuses de 57 milímetros desde sus unidades antiaéreas sobre el espacio aéreo de la frontera israelí. Cada vez que se escucha a un aparato susurrar desde los cielos azul pálido y se le ve volar hacia Beirut, Hezbollah dispara sus viejas pistolas sobre Kiryat Shmona.

Tal vez hayan tirado algunas astillas sobre los jardines de un kibbutz, pero en realidad quieren hacer ruido para impresionar. Los obuses de 57 milímetros, disparadas desde una reliquia de Stalingrado, explotan poderosamente. Si los pilotos israelíes quieren hacer temblar las ventanas en Beirut con sus atronadores aviones supersónicos, Hezbollah asume que los ciudadanos israelíes pueden tolerar algunas ruidosas explosiones que vienen desde el cielo.

El general Gabi Askenazi disfrutaba la cena anual del Comando Israelí del Norte cuando se difundieron los primeros reportes de "tres fuertes explosiones" sobre Kiryat Shmona. Algunos niños israelíes fueron enviados a los refugios. Hezbollah fue acusado de romper el acuerdo de la línea azul con sus ataques aéreos -desde luego, ello fue una violación de acuerdos, lo mismo que los vuelos de reconocimiento israelíes- pero nadie resultó herido.

Es un juego peligroso. Si tan sólo una astilla golpea a un israelí, las bombas caerán silbando nuevamente sobre la frontera.

Sin embargo, esto no constituye un "barril de pólvora", mucho menos el "Centro Mundial del Terror". El último informe de prensa señala a Líbano al afirmar que uno de los lugartenientes de Osama apareció en Tiro, ciudad mayoritariamente chiíta-musulmana que no aceptaría en su territorio a ningún simpatizante de Bin Laden.

Un responsble de la seguridad en el sur de Líbano cree que todas estas invenciones están siendo generadas por un sitio privado israelí de la web. "La produce un ex periodista, y cada vez que le dicen que Bin Laden está en Beirut o que hay montones de iraníes paseándose por Bekaa, él lo publica inmediatamente", dijo la fuente. "Entonces, los estadunidenses lo levantan y aparece en las primeras planas de los diarios en Nueva York".

El primer ministro Hariri tiene motivos de preocupación. La deuda libanesa con Estados Unidos asciende a 32 mil millones de dólares, y los estadunidenses no están pidiéndole a ningún organismo que le otorgue un préstamo de salvamento a Beirut. Hezbollah ha vuelto a integrar la lista de "terroristas" de Washington. El embajador estadunidense en Beirut le ha pedido al gobierno de Hariri que envíe a sus soldados a la frontera y desintegre a Hezbollah; que es lo que Israel quiere.

Y ahora funcionarios del gobierno dicen que el presidente Bush está tratando de convencer al rey Abdullah de Jordania de que le ayude a cancelar la cumbre presidencial árabe que se celebrará el mes próximo en Beirut. ƑPorqué dar legitimidad o crédito a un Estado que alberga a "terroristas" de Hezbollah dentro de sus límites territoriales? Sin embargo, dicen, si Líbano acepta desarmar a Hezbollah -otro de los objetivos de Israel- entonces no habrá problema en celebrar la cumbre.

El verdadero peligro es, claro está, que Hezbollah efectivamente esté siendo financiado y armado por Irán -aunque no sea con esos 8 mil misiles imaginarios-. Y dado que Irán fue incluido en el mesiánico discurso de Bush sobre el estado de la Unión como parte del "eje del mal", Líbano teme que por medio de Hezbollah se le convierta en parte de dicho eje. ƑQué pasaría entonces? ƑAtaques aéreos libaneses sobre "campamentos de terroristas" en el valle de Bekaa? ƑO bombardeos aéreos estadunidenses sobre Líbano?

Más allá del búnker de Navarone, la tumba pintada de blanco de Abad y los dos hombres de Hezbollah, los ghaneses que integran las tropas de paz de la ONU toman el sol sentados en sillas de playa y leen periódicos junto a su vehículo blindado. Ha sido otro día apacible en la frontera, y lo único que se escucha es el zumbido del gran generador de la enorme construcción israelí. No hay Bin laden, ni Al Qaeda, ni barriles de pólvora, ni misiles, ni Guardias Revolucionarios iraníes. El Centro Mundial del Terror está hoy en calma.

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Traducción: Gabriela Fonseca