Ť Cuestionan legisladores la supuesta intromisión del Ejecutivo en favor de Medina Plascencia
El relevo en el CEN ahonda las diferencias entre Fox y panistas
Ť Críticas al trabajo de secretarios de Estado y al ''bloqueo'' que ejerce Alfonso Durazo
JUAN MANUEL VENEGAS
En la reunión que el presidente Vicente Fox Quesada tuvo el pasado 17 de enero con legisladores y dirigentes panistas, en el Club de Industriales, estallaron las diferencias. Alentados -según se entiende en Los Pinos- por Diego Fernández de Cevallos, los senadores y diputados (la mayoría del grupo que respalda la candidatura de Luis Felipe Bravo Mena) se ''lanzaron'' contra el mandatario.
Con razones varias, los panistas marcaron la línea que los distancia del gobierno foxista: el trabajo de los secretarios de Estado, casi todos ''sin conocimiento ni compromiso'' con la doctrina de Acción Nacional; el ''bloqueo'' que hace Alfonso Durazo -secretario particular del mandatario- a sus intentos de interlocución con el Ejecutivo (misma acusación que hacen algunos gobernadores); la no remoción de los delegados estatales que ''siguen manteniendo el esquema priísta'', y la intromisión del propio Fox en el proceso interno partidista, supuestamente a favor de la candidatura de Carlos Medina Plascencia.
La indecisión...
Y es que, en este último caso, entre panistas y foxistas se cruzaron las señales. Todo por la acusada ''indecisión'' de Bravo Mena, quien resulta que ya estaba ''apalabrado'' con Fox para ocupar un cargo en el gabinete, concretamente la Secretaría del Trabajo y Previsión Social.
No estaba en sus planes buscar la relección, y así se lo había hecho saber tanto a Fox Quesada como a Medina Plascencia, quien ya para entonces -finales del año pasado- se apuntaba como firme aspirante a presidir en los próximos tres años el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PAN.
Fernández de Cevallos y Santiago Creel Miranda, sin embargo, entendieron el mensaje como la intención de Fox de abrirle cancha a su paisano, al que ven como un obstáculo para las intenciones futuristas del secretario de Gobernación. Con este escenario, buscaron a Bravo Mena para ''convencerlo'' de la conveniencia de permanecer en la dirigencia del partido blanquiazul. Lo lograron.
En Los Pinos, la lectura de los enterados ''es clara'': la estrategia para trabajar, desde ahora, la eventual candidatura de Creel dentro de tres años, empezó con aquella reunión Fernández de Cevallos, Creel y Bravo Mena.
El cruce de señales y el desconcierto aumentaron en el equipo de Medina Plascencia, porque -como aseguran personas allegadas a su campaña- sí ve en 2005 ''una posibilidad'' y, sin duda, había confiado en que Bravo Mena no entraría a la competencia.
Afuera, en tanto, el hecho de que en la presentación del ex gobernador interino de Guanajuato como aspirante a dirigir el partido albiazul estuvieran connotados integrantes del grupo gobernante foxista, marcó el inicio de la contienda partidista como una redición de las controversias -a veces abiertas, otras encubiertas- entre Fox Quesada y Fernández de Cevallos... a pesar de que el mandatario se ha esmerado -así lo dice y así se los dijo a los panistas aquel jueves 17 de enero- en aclarar que no tiene ''ninguna intención'' de influir en el proceso.
Durazo, los delegados... el malestar
Uno de los propósitos de Fox Quesada es mantener la comunicación con su partido ''en buenos niveles''. Para eso había sido convocado el encuentro del jueves 17 de enero en el Club de Industriales.
Pero en el panismo hay temas pendientes de resolver. Uno, en el que han machacado desde el año pasado -baste recordar la asamblea nacional de marzo de 2001-, es el caso de los delegados estatales de las dependencias federales que, subrayan una y otra vez, representan las viejas formas del priísmo.
Inmovilismo
En la reunión de referencia volvieron a insistir. Y habrían advertido: si no hay cambio desde ahí, en la raíz, de quienes ''operaban'' el aparato del sistema priísta, prevalecerá la idea del inmovilismo. La consolidación del nuevo gobierno, desde la base, seguirá en duda, alertarían.
Otro ''problema'' que echaron en cara al jefe del Ejecutivo federal fue la gestión de su secretario particular, Alfonso Durazo, ex priísta al que acusaron de ''estorbar'' -con su papel de falso mediador- en la relación con Los Pinos. Hay ya un recuento de los temas que ''se han atorado'' en el escritorio del reconvertido sonorense, a quien -desde ahora se anticipa- difícilmente dejarán pasar, si es que confirma sus intenciones de postular su candidatura al gobierno de Sonora para las elecciones del próximo año.
Al presidente Fox -aseguran los que conocen los términos de esa reunión-, por lo menos, le quedó claro que el malestar que provocan las ''actitudes'' de Durazo no sólo afectan su interlocución con los legisladores y dirigentes del Partido Acción Nacional. ''Algunos gobernadores'', también de extracción blanquiazul, se han quejado de lo mismo.
Las diferencias, pues, estallaron. Fox Quesada quedaría en revisar cada uno de los temas...