Directora General: Carmen Lira Saade

México D.F. Sábado 26 de enero de 2002

Cultura

Jenaro Villamil

Bourdieu, a contrafuego

Como el último título de su más reciente compilación de ensayos, Pierre Bourdieu representa un pensamiento vivo, a contrafuego de los grandes dogmas no sólo de la sociología y la política, sino del socialismo obtuso, de lo que él llamó ''el racismo intelectual" de estos tiempos y el ''azote neoliberal". Prácticamente, no hubo tópico reciente o preocupación intelectual contemporánea que no fueran abordados por el autor de Las reglas del arte, La dominación masculina, Razones prácticas, Meditaciones pascalianas y Sobre la televisión. Y sus últimas reflexiones, Contrafuegos, constituyen quizá el manifiesto más rico contra la globalización unilateral o ''americanización simbólica", como la caracteriza, y en defensa del trabajo intelectual que, por cierto, ha adquirido nueva resonancia en México a raíz de la discusión sobre la exención de los derechos de autor.

En su ensayo ''La cultura está en peligro", leído en el Foro Internacional sobre Literatura, de Seúl, en septiembre de 2000, Bourdieu planteó claramente el proceso de uniformización de los productos culturales a través de la creación de grandes consorcios mediáticos y culturales y describió así a los llamados ''productos ómnibus" de la cultura globalizada:

''La competencia, en lugar de diversificar, homogeiniza, ya que la búsqueda del máximo público lleva a los productores a buscar productos ómnibus, que valen para públicos de todos los medios y de todos los países, por ser poco diferenciados y diferenciadores, películas hollywoodenses, telenovelas, seriales televisivos, soapoperas, series policiacas, música comercial, teatro de revista o de Broadway, best-sellers directamente producidos para el mercado mundial, revistas para todos los públicos...

''Lo que está en juego -subrayó- es la perpetuación de una producción cultural que no esté orientada hacia fines exclusivamente comerciales y que no esté sometida a los veredictos de los que dominan la producción mediática de masas, sobre todo a través del poder que ejercen sobre los grandes medios de difusión."

Después de observar las consecuencias que acarrean las asociaciones de periódicos prestigiosos con televisiones comerciales, grandes consorcios telefónicos y empresas de entretenimiento y del espectáculo, Bourdieu plantea que vivimos en un ''esnobismo paradójico":

''En efecto, es la primera vez en la historia que se imponen como chics los productos más cepas de una cultura popular (de una sociedad económica y políticamente dominante); los adolescentes de todos los países que llevan baggy pants, pantalones anchos cuyos fondillos caen a media pierna, sin duda ignoran que la moda en el vestir que ellos creen a la vez ultrachic y ultramoderna se originó en las cárceles de Estados Unidos, šal igual que esa manía por los tatuajes! Es decir, que la ''civilización" del jean, de la Coca-Cola y del Mac Donald's tiene no sólo el poder económico sino también el poder simbólico que se ejerce a través de la seducción a la que contribuyen sus propias víctimas" (Bourdieu, Contrafuegos II, Ed. Anagrama, p. 87).

Preocupado, como Michael Foucault y otros grandes pensadores europeos de su generación, por las formas de dominación y la creación de imaginarios y de códigos simbólicos en el neoliberalismo, Bourdieu publicó en 1997 Sobre la televisión, uno de los ensayos más agudos y ricos de la nueva ''opresión simbólica" de nuestros tiempos: la dominación mediática. Conocedor también del ejercicio periodístico -fue director de la revista Liber-, Bourdieu subrayó que la televisión ha impuesto no sólo su propia agenda informativa a la prensa escrita, sino también sus valores y su forma unilateral y homogénea de ver a la sociedad.

Y no sólo advirtió y analizó, como otros autores que se convirtieron en su contrapunto o en sus interlocutores (Giovanni Sartori, Ignacio Ramonet o Umberto Eco), el alto riesgo de la ''intrusión mediática" en el periodismo y la vida intelectual, sino también en la política. Para Bourdieu, la televisión se ha convertido en una nueva forma de dominación de enorme trascendencia y sin ningún contrapeso.

Gobernantes de nuestro país como Vicente Fox o Andrés Manuel López Obrador no harían mal en repasar esta tesis que Bourdieu expuso ampliamente en Sobre la televisión y en Contrafuegos:

A través de los medios de comunicación, ''puede surgir una forma perversa de democracia directa que hace desaparecer la distancia respecto a la urgencia, a la presión de las pasiones colectivas, no necesariamente democráticas, que normalmente está garantizada por la lógica relativamente autónoma del campo político. Se ve cómo se reconstituye la lógica de la venganza contra la que toda lógica jurídica, e incluso política, se ha constituido" (Bourdieu, Sobre la televisión, p. 92).