Ť El país compra 1% de la producción, dice Comisión Ambiental de América del Norte
La introducción del maíz transgénico amenaza la biodiversidad de México y EU, sostiene estudio
Ť La contaminación de grano en Oaxaca y Puebla, debido a importaciones de BT, indica
ANGELICA ENCISO L.
La rápida introducción del maíz transgénico BT ha sido determinante para la reducción del uso de insecticidas, tiene implicaciones inciertas para la salud y representa amenazas para la biodiversidad tanto en México como en Estados Unidos, sostiene un estudio de la Comisión de Cooperación Ambiental de América del Norte (CCAAN).
El maíz BT -resistente a plagas- elaborado en Estados Unidos ha sido rechazado en algunos mercados de exportación, pero no en México. Las ventas dan cuenta de que a este país llega alrededor de 1 por ciento de la producción disponible de maíz transgénico, indica el análisis elaborado por investigadores del Global Development and Environment Institute Tufts University Medford.
De acuerdo con información del subsecretario de Agricultura, Víctor Manuel Villalobos, un tercio de las importaciones anuales de maíz -en promedio 5 millones de toneladas- corresponden a grano transgénico. Estados Unidos cultiva la planta transgénica en unas 8 millones de hectáreas.
El texto asegura que este tipo de transgénico es caro y parece rentable "sólo en los peores años y en las peores zonas infestadas de gusano barrenador, en particular en áreas demasiado dependientes de la irrigación donde dicho gusano crece".
El documento denominado Efectos ambientales de los cambios en el comercio de maíz entre Estados Unidos y México bajo el TLCAN señala que la "contaminación" de maíz convencional que se encontró en la sierra de Oaxaca y en Puebla es consecuencia de las recientes importaciones mexicanas de maíz BT proveniente de Estados Unidos, cuya producción en ese país todavía está permitida, pero en México no.
Desde 1994 las exportaciones maiceras de Estados Unidos a México se incrementaron casi 2 millones de toneladas anuales, lo cual representó 1 por ciento de la producción estadunidense y 10 por ciento del consumo mexicano, que en total es de casi 24 millones de toneladas al año.
Este grano comprado por México para consumo animal, accidentalmente pudo haberse mezclado con las variedades locales. Si los genes del BT son benéficos para la sobrevivencia de las plantas, esto sólo ocurriría si se diera una natural selección de los campesinos, pero esta situación se podría extender rápidamente y desplazarse en las razas de maíz indígenas.
Este potencial mecanismo de "literal contaminación genética" es un aviso sobre las implicaciones que el maíz BT puede tener para el consumo y sobre la incertidumbre que aún rodea a esta nueva tecnología.
Agrega que aunque menos dramático, pero también serio, es el otro mecanismo por el que se puede dar la pérdida de diversidad genética: las presiones de mercado para reducir la extensión del cultivo tradicional, remplazándolo por otros tipos de grano y el uso de modernos métodos de producción.
Indica que la diversidad genética se preserva en la práctica por los estilos tradicionales de cultivo en los estados del sur. "Las fuerzas del mercado no redujeron la diversidad genética al disminuir la producción en los estados tradicionales después de 1994; de hecho, el producto en estados sureños clave siguió creciendo pese a la drástica reducción en los estados más modernos del norte".
Sin embargo, abunda, los rendimientos continuaron creciendo en todo el país. "Si estas ganancias en rendimiento fueron producto de mayor uso de variedades de semilla mejorada, existe el peligro de que la diversidad genética se esté perdiendo a ritmo constante a causa de la modernización de la producción."