Federico Ibarra, compositor
''La ópera es el vehículo ideal para
reunir a las artes''
''Los premios que he recibido en mi carrera siempre han sido un estímulo y un reconocimiento a la labor que desarrollo. Nunca los he buscado como un fin, ya que eso conllevaría precisamente el fin de mi actividad''
ANGEL VARGAS
Hacer confluir la música con otras expresiones artísticas ha sido una de los principales preocupaciones creativas en la trayectoria del compositor y pianista Federico Ibarra Groth, reconocido con el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2001 en el campo de Bellas Artes.
''Por eso -explica- me he ayudado de poesía, literatura o teatro para la creación de algunas de mis partituras, así como también de la pintura, escultura o danza para el mismo propósito."
Sin embargo, aclara que en ninguna de esas disciplinas ha encontrado el grado de satisfacción que le brinda la ópera, a la cual valora como ''un vehículo ideal para esta reunión de las artes" y en cuyo ámbito ha desarrollado un amplio trabajo que a la fecha lo ubica -según algunos críticos- como el autor mexicano contemporáneo más relevante del género. Entre otras, es autor de las óperas El pequeño príncipe, Madre Juana, Despertar de un sueño y Alicia, restrenada el pasado diciembre en el Teatro de Bellas Artes.
Pero la trascendencia de Federico Ibarra para la música clásica nacional no se limita sólo a la vertiente operística, pues su producción incluye también obras de todo género: ballet, sonatas para piano, violín y chelo; cantatas, canciones, todo tipo de combinaciones instrumentales y vocales, sinfonías, música para teatro y cine, y conciertos, entre ellos uno para piano, otro para chelo y uno más para violín.
Entre los reconocimientos y galardones que ha recibido, se encuentran los premios Universidad Nacional y Silvestre Revueltas, así como la Medalla Mozart. Además es profesor emérito de la Escuela Nacional de Música de la Universidad Nacional Autónoma de México y miembro de la Academia de Artes y del Sistema Nacional de Creadores.
Nacido en la ciudad de México en julio de 1946, Federico Ibarra señala en entrevista que recibe el Premio Nacional de Ciencias y Artes como ''un estímulo y reconocimiento a la labor que desarrollo" y, entre otros temas, se define partidario del trabajo más que de buscar ser considerado entre los grandes compositores mexicanos.
-¿Qué elementos destacaría usted como distintivos de su pensamiento musical?
-Un elemento distintivo en mi obra es quizá la utilización de la voz a lo largo de casi toda mi producción: cantatas, óperas, oratorios, piezas corales y ciclos de canciones; son obras que han surgido en mi catálogo a través del tiempo.
''La voz la encuentro como el instrumento perfecto; no solamente es capaz de producir sonidos, sino también nos comunica pensamientos e ideas definidos a través de un texto. Por supuesto no la totalidad de mi producción está escrita para voz, ya que he ampliado mi catálogo con obras orquestales, conciertos, ballets, sonatas para piano y piezas de música de cámara.''
-¿Por qué varios de sus trabajos tienen como punto de partida algún texto literario?
-Muchos años atrás he tenido la idea de una interacción de las artes en la obra propia. Por eso me he ayudado de poesía, literatura o teatro para la creación de algunas de mis partituras, así como también de la pintura, escultura o danza para el mismo propósito. Al fin encontré un vehículo ideal para esta reunión de las artes: la ópera.
-¿Cuál es el concepto de ópera que le interesa desarrollar en sus partituras?
-La ópera, como la conocí en mis años juveniles en México, adolecía de grandes defectos: cantantes demasiado obesos para obtener la verosimilitud de personajes de héroes o heroínas, puestas en escena carentes de imaginación teatral, predominio total de las óperas italianas dentro del repertorio habitual, el idioma español relegado de los escenarios, etcétera.
''Al decidir componer ópera, me hice cargo de todas esas fallas y me embarqué en la realización de óperas que rescataran el idioma español -que pudiese ser comprensible junto a la música-, renovar el aspecto eminentemente teatral que hacen de la ópera un espectáculo, y buscar soluciones diferentes a las que la ópera italiana nos había acostumbrado como recetas inamovibles y de probado éxito.
-¿Qué relación guarda con el binomio tradición-modernidad?
-En éste ámbito, mi música se ha movido en diferentes direcciones. Aunque fui parte de un movimiento musical de los años sesenta y setenta conocido como vanguardismo, demostré con mis partituras no estar obsesivamente encadenado a él, sino a encontrar las mejores soluciones para lo que mi imaginación pedía y poder regresar a una música menos compleja o experimental, sin traicionar mi pensamiento.
-¿Cuáles son, a su juicio, los compositores más importantes y representativos del siglo XX?
-Sin lugar a dudas, dos de los compositores que considero importantísimos en la segunda mitad del siglo XX -porque abarcar todo un siglo me parece imposible- son Giörgy Ligeti y Witold Lutoslawsky.
-¿Cómo se ubica usted entre los compositores mexicanos, en cuanto a generación o estilo?
-La música en México ha tenido cambios muy importantes en el siglo pasado: la primera mitad estuvo dominada por el nacionalismo; a principios de los años sesenta intentó ponerse al día en las técnicas más modernas para, curiosamente, en los años noventa regresar a una nueva visión del nacionalismo.
''Mi generación intentó ponerse al día y evadir un nacionalismo envejecido y decrépito para dar como resultado personalidades totalmente diferentes como lo pueden ser Mario Lavista, Julio Estrada o yo mismo en un ámbito donde las nuevas generaciones tendrán su propia respuesta al tiempo que les toque vivir."
-¿Le preocupa ser considerado entre los grandes compositores mexicanos? ¿Cree que el Premio Nacional de Ciencias y Artes incluye ese reconocimiento?
-Como artista, estoy más preocupado por crear, por llevar a término las obras que he creado, por enseñar lo mejor posible a los estudiantes de composición, que por ser considerado un gran autor. El tiempo y la historia darán marcos de referencia mucho más precisos para ubicar nuestra importancia.
''Los premios que he recibido en mi carrera siempre han sido un estímulo y un reconocimiento a la labor que desarrollo. Nunca los he buscado como un fin, ya que eso conllevaría precisamente el fin de mi actividad."
-¿Qué proyecto desarrolla en España y en qué obra trabaja actualmente?
-En España curso el doctorado en musicología, ya que me interesa seguir aprendiendo y en contacto con las novedades que surjan en el campo de la composición. Y en cuanto a mi obra, hay proyectos para estrenar mi tercera sinfonía y estoy trabajando en la composición de mi sexta sonata para piano.