Directora General: Carmen Lira Saade

México D.F. Viernes 25 de enero de 2002

Estados

Ť Se encontraban a 65 metros de profundidad; agua, lodo y gas dificultan la labor de rescate

Rescatan los cuerpos de tres de los 13 obreros atrapados en una mina de Coahuila

Ť El propietario del pozo minero lo es también de otro en el que hace 4 meses murieron 12 trabajadores

ANTONIO PEREZ CORRESPONSAL

Muzquiz, Coah., 24 de enero. En medio de la angustia y el llanto de decenas de familiares y habitantes de la región, continuaron los trabajos para rescatar los cuerpos de 10 de los 13 mineros que quedaron atrapados el miércoles al ocurrir un derrumbe en una mina de carbón cuando laboraban a 65 metros de profundidad. El miércoles fueron sacados dos cadáveres y este jueves se logró rescatar uno más.

Personal de corporaciones policiacas, de Protección Civil, bomberos y brigadistas de empresas particulares prosiguieron la labor de rescate de los 10 cuerpos restantes de los 13 mineros que perecieron en el pozo de carbón La Escuela, localizado a cuatro kilómetros al poniente de Minas de Barroterán, en este municipio.

La presencia de agua, lodo y gas grisú dificulta la labor de los rescatistas en el tiro vertical de 65 metros de profundidad y con cuatro cañones (túneles horizontales subterráneos) de 15, 25, 30 y 150 metros de largo, respectivamente. En esos cañones se encontraban los trabajadores cuando a las 13:50 horas del miércoles el desborde de un venero provocó el derrumbe de una parte de la mina, en la que ganaban 40 pesos por tonelada de carbón que extraían.

La tarde del miércoles fueron sacados los cadáveres de los hermanos Magdaleno y Juan Vicente Habitúa Ibarra, cuyo padre, Magdaleno Habitúa Pérez, continúa en la profundidad del pozo. Las autoridades reportaron que este jueves fue rescatado el cuerpo de Agapito Pérez Chapa, de 42 años.

Los demás mineros atrapados son: Javier Carrizales Coronado, Anacleto Navarro, Marcelo Martínez, Estanislao Bustos, Pablo Manjares, Francisco Flores, los hermanos Reynold y José Alfredo y Luis Garza Arias, cuyo padre, Juan Angel Garza Hernández, encargado de la mina, se salvó por encontrarse en la superficie al momento del derrumbe.

De acuerdo con las indagatorias del agente del Ministerio Público, Martín Rafael Pinales, como dueño del pozo de carbón figura el monclovense Carlos Thompson y del predio en que se encuentra César de la Garza Herrera.

Con voz entrecortada y al borde del llanto, Juan Angel Garza Hernández, cuyos tres hijos continúan atrapados, relató que se encontraba a un lado delmuertoa tiro (de apenas 1.5 metros de ancho) cuando escuchó un tronido, al parecer del agua que entraba abruptamente a los cañones, junto con los gritos de los trabajadores.

"Inmediatamente jalé el malacate para subir el bote -una especie de tonel que lo mismo sirve para bajar y subir a los mineros como al carbón- y en él venían los hermanos Magdaleno y Juan Habitúa, ya sin vida. Creo que más que haberse ahogado con el agua, murieron intoxicados a consecuencia del gas grisú cuando yo los sacaba", dijo el viejo minero.

Cerca de ahí, su esposa, Blanca Margarita Arias, era consolada por su hija Flor Isela y otros familiares y amistades. Entre sollozos, la señora no pierde la esperanza de que sus tres hijos estén con vida.

"Tengo esperanza y fe en Dios de que mis hijos estén vivos... deben estar vivos. El día del accidente, antes de ir al trabajo, llegaron a mi casa, donde yo les hacía su lonch; estaban contentos; les di la bendición, como siempre..." y ya no pudo seguir el relato debido al llanto.

Otra madre de familia, María de la Luz Coronado, también se aferra a la esperanza de que su hijo Javier Carrizales, de 31 años, sea rescatado con vida, y desde la tarde del miércoles no se separa de la boca de la mina.

El sacerdote Alejandro Castillo, de la parroquia San José Obrero, de Minas de Barroterán, indicó que toda la población está consternada y llamó a las autoridades a promover más fuentes de empleo y mejores condiciones laborales para los trabajadores. Refirió que los accidentes en las minas son recurrentes, al igual que las tragedias.

En tanto, en Saltillo, el obispado comentó que corría la versión de que en las inmediaciones del pozo de carbón La Escuela se realizaba otra perforación, y que esta obra pudo haber provocado el accidente.

Coahuila, sin delegado del Trabajo

La delegación de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS) se encuentra acéfala desde finales del año pasado, debido a la renuncia de su titular, el priísta Francisco Fuentes Reyna, y hasta ahora no se ha designado al sustituto.

El siniestro en la mina La Escuela ocurre a menos de cuatro meses de la explosión -por una fuga de gas metano- en el pozo La Morita (también propiedad de César de la Garza Herrera), del ejido Santa María, municipio de San Juan de Sabinas, contiguo a esta población, que el 29 de septiembre del año 2001 dejó un saldo de 12 mineros muertos.

Esta tragedia ocurre la víspera de que rememorara la población el 14 aniversario de la explosión en la mina Cuatro y Medio, de Villa Las Esperanzas, de este municipio, que el 25 de enero de 1988 dejó 37 mineros muertos.

Condiciones infrahumanas

Antes de dejar el cargo y tras el accidente del 29 de septiembre anterior, Fuentes Reyna había asegurado que la Secretaría de Trabajo y Previsión Social realizaría una inspección en toda la región carbonífera -ubicada en el centro-norte de Coahuila- para restablecer la seguridad en minas y pozos, así como emprender un programa permanente de inspección y vigilancia, conjuntamente con los empresarios mineros, con la finalidad de evitar nuevas tragedias.

La realidad en la zona es crítica: hay explotación de yacimientos fuera de la normatividad. Ante la falta de fuentes de empleo, los campesinos -incluso menores de edad- se habilitan improvisadamente como mineros y trabajan sin equipo de seguridad, lo que ha sido documentado por los medios de la región.

Tapado el pozo...

En Saltillo, el gobernador Enrique Martínez y Martínez declaró que desde la tarde del miércoles habló con funcionarios de la STPS para realizar una evaluación y determinar qué minas y pozos de carbón están en condiciones de seguir operando y cuáles no.

"(El accidente) nos llena de tristeza e indignación por las condiciones en que se trabaja en esa zona. No es fácil hablar del cierre de minas y pozos fuera de norma, porque significan el sustento y la fuente de empleo de muchas familias, pero hay la voluntad del gobierno federal para realizar una investigación y de nosotros para estar supervisando", expresó.

Apuntó que el gobierno del estado brindará apoyo a los huérfanos y viudas de los mineros muertos, pero destacó que también debe responder el propietario de la mina siniestrada.