Martes 22 de enero de
2002 |
Salud ¿México 68? n Antonio Cruz López |
¿Por qué México
68 no se olvida?, me preguntaron en octubre mis amigos
Rafa y Ponciano, obligándome a hurgar en el pasado,
olvidando tintero y pluma pero esta semana que un
diputado local de triste apellido rasguñó curul,
reviví ayeres. En todos los tiempos y todos los pueblos,
la injusticia predomina en la estructura social; los
pocos que tienen mucho y los muchos que tienen poco, con
esta diferencia se redactan las páginas de la historia.
Decía Immanuel Kant: "la voluntad humana nunca es
realmente libre y los espíritus novedosos son
inconscientemente la fuerza irresistible de la
historia". En el 68, el gobierno estaba comprometido en realizar los jueces olímpicos en octubre; un país pobre, de inestable economía, endeudado, con política social corrompida, antidemocrático, efectuando gastos onerosos, arrastró a los medios para maquillar las condiciones socioeconómicas, atraer turismo, soslayar injusticia y pobreza a cualquier costo. El 22 de julio los prepos de la Vocacional 5 y la particular Ochoterena se liaron a golpes, cosa nada fuera de lo común, pero en año de olimpiadas mostrar al mundo tales bajezas no era bueno. Granaderos, listos para proteger el evento deportivo, practicaron su accionar; éste y tres días más, golpearon muchachos de las Vocas 2 y 5, empleados y profesores. El día 26 los estudiantes prepatorios mostraron su descontento en la calle. Ocurría a la par otra manifestación, de estudiantes democráticos que celebraban el asalto al cuartel Moncada de Cuba. Así, todas las fuerzas del orden atacaron a manifestantes de ambos bandos, hubo lesionados, muertos y desaparecidos, se allanó las oficinas del partido comunista y las de estudiantes democráticos. La iniciativa privada, el PRI, el MURO anticomunista y los patrones exigían a la fuerza pública acallar las conjuras comunistas extranjeras profesionales. El 2 de julio, había 300 detenidos, incontables muertos y desaparecidos. La UNAM y el IPN integraron comités de lucha, protestaron masivamente pidiendo libertad de estudiantes apresados, destitución de jefes de policía, desaparición de granaderos, derogación del artículo "disolución social" y diálogo público. La noche del 29 de julio para amanecer 30, policías atacaron y estudiantes se defendieron con éxito, poniendo en aprietos a la fuerza pública. El ejército fue llamado a tomar instalaciones estudiantiles, destruyendo y matando. La prensa extranjera presente vio a Díaz Ordaz, Echeverría, Corona del Rosal y ejército vejar, golpear, herir, matar, encarcelar a estudiantes, hombres, mujeres y niños. La revista Proceso se encargó de reseñar los detalles del evento de Tlaltelolco. Fue así como el nerviosismo de la autocracia hecha gobierno sofocó una reyerta de adolescentes, permitió ver la fuerza moral de un pueblo a la par de la fuerza brutal del gobierno, su intolerancia, el gorilismo oculto en el ejército y la mancha social que no se borra y no se olvida. ¿Este recuento de un triste pasaje social deja aprendizaje? Claro que sí, no debemos olvidar, repito, que en toda sociedad coexisten los muchos que nada tienen y los pocos que lo tienen todo apoyados por las fuerzas del orden y castrenses que los validan. ¡Ojo, gobierno neoliberal foxista! Ustedes gobiernan un pueblo insalubre, ignorante y pobre que les protesta, como EZLN, EPR, ambulantes, cafetaleros, cañeros, piñeros, texcocanos o 400 pueblos, y lo hace cada vez de manera más intolerante, ante presidentes municipales, diputados, gobernadores o gobierno federal; ellos son la estopa, ustedes el fuego. ¿Cuánto tiempo falta para reunir al detonador de otro México 68 que no se olvida? |