Ť El diyéi alemán estuvo en México para hacer la banda sonora de La mano del zurdo

La unión de los jóvenes, esencia de la música electrónica: Paul van Dyk

Ť No se trata de ser un montadisco, el verdadero valor es dejar algo en los escuchas, dice a La Jornada

JUAN JOSE OLIVARES

El diyéi alemán Paul van Dyk, uno de los más populares y reconocidos en todo el mundo por sus creaciones, mezclas y producciones tecno y trance, opina: "La mayoría de la gente que gira alrededor de la música electrónica no tiene interés o ya lo ha perdido sobre la real esencia de ésta, sobre la verdadera causa: la unión de todos los jóvenes a través de un lenguaje universal: el musical".

Paul van Dyk estuvo en México porque es el autor de la banda sonora de la ópera prima del director mexicano Carlos Salces, La mano del zurdo, producida por Altavista Films, próxima a estrenarse. A la fecha, ningún proyecto de cine mexicano había sido musicalizado por un artista de talla internacional.

En entrevista con La Jornada, realizada en los estudios Churubusco, asevera tajante: "No creo que esta música tenga una conexión con el uso de drogas. En conciertos de rock o hip hop los jóvenes usan drogas, es normal, y a tal vez en los raves o en clubes algunos fumen o beban, o se metan alguna sustancia, pero no se puede generalizar. La esencia de esto es la unión de los jóvenes por medio de la música".

Van Dyk afirma: "Mis canciones han estado en algunas cintas, pero esta es la primera vez que hago algo complejo, algo ex profeso para una película. Cuando usualmente voy a un estudio es para hacer música que sale de mi memoria; son fotografías que emergen de mi mente, pero esta vez, las imágenes ya estaban y había que iluminarlas con sonido para que fueran a la par de lo que la película quiere decir".

Pero las imágenes para Van Dyk, electo en 1999 como el mejor "hacedor de música" electrónica en el mundo por las revistas DJ y Muzik (dos de las más importantes publicaciones de este género en el orbe), están presentes siempre que está tras las tornamesas, "cuando estoy mezclando, o produciendo una pieza".

Reflexiona: "Aunque no comprendo lo que los personajes del largometraje dicen, pero hay una sensación de intensidad que me permite guiarme. Veo las escenas e imagino la fuerza y profundidad de la música que debe ir. Lo que hace esto más interesante, es que no entiendo el español y la inserción la hago por medio de la sensibilidad, de lo que imagino. Básicamente veo la cara de los actores y sonorizo sus expresiones".

Paul van Dyk se introdujo en la música electrónica luego de remezclar piezas de gente como Sven Väth (padre del trance), New Order, Inspiral Carpets, entre otros. Tiene más de 20 discos (como Visions of Shiva, Love simulation, 45 RPM, Out there and back, The politics of dancing) entre singles y álbumes completos, y ha recorrido los más importantes clubes del mundo.

Nació en 1971 en Eisenhuettenstadt, ubicado en la entonces Alemania del Este, dominada por el régimen comunista. Las restricciones propias de ese sistema político no permitían crear una cultura alrededor de la música y todo lo que conocía era gracias a estaciones de radio que venían del otro lado del muro. Sería la música de New Order y The Smiths la que le impulsaría a sembrar emociones a través del sonido.

Incursionó como diyéi en 1988; el legendario club berlinés Tresor lo recibió a principios de los noventa y poco después comenzó a crear sus propias composiciones. Al lado de su colega Cosmic Baby tomó parte en Visions of Shiva y lanzó su producción Perfect day, con la que adelantó el éxito. En 1993 su remix Love simulation se convirtió en el sencillo del año en Europa.

Después grabó 45 RPM y comenzó a tocar con frecuencia en el club de E-Werk, poco antes de su desaparición, al lado de monstruos del género como Nick Warren, BT, Dave Seaman y Sasha. Clubes de Londres, Tel Aviv, México, Nueva York, Singapur y, por supuesto, Berlín se han sacudido con su música.

Pese a las diferencias que hay entre todos los géneros musicales, desde trance, tecno, minimal tecno, house, progressive, drum and bass, down tempo, trip hop, este music maker, como dice llamarse más que el apelativo de diyéi, "al final hay una intersección que se llama pasión por crear música electrónica", pero ahora "los diyéis nos hemos vuelto flojos sobre los aspectos que son parte medular de esta música, porque antes de converetirse en música para bailar era un movimiento político-cultural, en el cual crecieron cuestiones de arte, de moda... es un movimiento de características globales de la juventud.

"Por ejemplo, en México -comenta van Dyk- muchas personas se acercaron a mí porque me escucharon tocar y desde entonces hacen música electrónica; esa es la conexión que se debe tener en todas partes: la alimentación de unos con otros. Hice lo mismo en Corea, donde recientemente toqué, y donde la gente se conectó."

Hacer sentir bien a la gente, lo importante

No obstante ser considerado rock star, para Paul van Dyk lo más importante es hacer sentir bien a la gente. "Es algo complejo. Es obvio que al ser un hacedor de música vas a estar en los reflectores y que de alguna manera inlfuyes en los demás con lo que haces, pero creo que eso de ser un ente cosmopolita que vaya de un lado a otro, de Miami a Berlín, la verdad me da un poco de miedo. Yo realmente lo único que adoro es hacer música, ese es mi compromiso. Mi objetivo es que la gente baile y se sienta feliz con lo que hago. La onda no es sólo ser un montadisco que haga bailar y busque ser reconocido; el verdadero valor está en hacer cosas que dejen algo en tus escuchas".

Sobre nuevos planes, el alemán, quien afirma que su mayor inspiración "es la vida misma", comentó que en febrero entrará al estudio para la grabación de un nuevo álbum sobre secuelas "del sonido electronic dance music de Nueva York".

Van Dyk considera que toda música electrónica debe estar en constante evolución. "Hay mucha gente que verdaderamente hace cosas muy interesantes, como combinar instrumentos entre sí, hasta con cuestiones latinas que se han agregado a estos ritmos sintetizados; todo enriquece."