Ť Anuncia Peres cese de destrucción de casas en Palestina

Muere jefe de las brigadas Al Aqsa tras estallar bomba atribuida a Israel

DPA, AFP Y REUTERS

Tulkarem, 14 de enero. Un líder de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa murió este lunes en la ciudad cisjordana de Tulkarem al detonar una bomba cuya colocación fue atribuida a Israel por los palestinos. En represalia, el grupo armado disparó contra militares israelíes, uno de los cuales murió y otro resultó herido.

Fuerzas de seguridad palestinas afirmaron que el jefe de Al Aqsa en Tulkarem, Mohammed Raed al Karmi, murió por una bomba plantada en las afueras de su casa donde se hallaba oculto, luego de recibir una llamada de alguien que le pidió que saliera.

La dirección palestina imputó en un comunicado a Israel el asesinato del jefe de las brigadas, un grupo armado cercano a Fatah, el movimiento del presidente palestino Yasser Arafat, y acusó al gobierno israelí de atizar la tensión reinante. "La dirección israelí ha reanudado su política de asesinatos que va a amenazar la seguridad, la estabilidad y la calma que reinaba en la región durante las últimas semanas", afirmó.

En represalia, militantes de las Brigada de los Mártires de Al Aqsa mataron a un militar israelí e hirieron a otro en un ataque contra un retén, cerca de Nablus, Cisjordania. El grupo afirmó que fue para vengar la muerte de su líder y la destrucción de casas palestinas en Rafah, en la franja de Gaza, en jueves anterior, y de este día en el barrio de Issawia, en el este de Jerusalén.

De la misma manera, el grupo armado anunció el final de la tregua que proclamó el 1 de enero en respuesta al llamado que hizo el presidente Arafat el 16 de diciembre para poner fin a las operaciones armadas contra Israel.

Por la noche, militantes de las brigadas distribuyeron panfletos en Ramallah, Cisjordania, durante una manifestación de apoyo a Arafat en los que aseguran a "Sharon, a su gobierno y a su pueblo que con el asesinato de Raed al Karmi, han abierto las puertas del infierno".

Por lo pronto, el ejército israelí destruyó varias casas de palestinos en el barrio árabe de Issawia, con el argumento de que fueron construidas de forma ilegal. Pero más tarde, el canciller Shimon Peres anunció el cese de estas acciones tras las críticas tanto dentro como fuera de Israel.

La medida, dijo, tiene que ver con la imagen negativa que ha tenido esa acción en la opinión pública, tanto nacional como extranjera. "Hemos aprendido la lección y hemos llegado a la conclusión de que de que la destrucción de casas es más perjudicial que útil para Israel en el plano de la seguridad", añadió el jefe de la diplomacia israelí.

En El Cairo, el presidente de Egipto, Hosni Mubarak acusó a Israel de estar "encendiendo la mecha de la violencia", en relación a la demolición de viviendas palestinas, y afirmó que no habrá paz ni estabilidad en Medio Oriente mientras Tel Aviv siga negando sus derechos a los palestinos.

También Estados Unidos criticó nuevamente la destrucción de casas, pero al mismo tiempo expresó su exasperación con Arafat por su actitud respecto al incidente del carguero Karine A, que fue interceptado la semana pasada en el mar Rojo con 50 toneladas de armas para la Autoridad Nacional Palestina (ANP).

El portavoz del Departamento de Estado, Richard Boucher, afirmó que el líder palestino no puede eludir responsabilidad por las acciones de altos funcionarios palestinos, por lo que debe tomar medidas inmediatas contra los que organizaron esta operación.

Por esto, Israel boicoteó hasta nueva orden las reuniones sobre seguridad que mantiene con la ANP, mientras esta no detenga a Fuad Chubaki, responsable financiero de las fuerzas de seguridad palestinas, acusado de organizar el contrabando de armas.

Mientras, el presidente sirio, Bachar el Assad, pidió durante una conversación telefónica a su homólogo estadunidense, George W. Bush, que Washington haga diferencia entre lucha antiterrorista y venganza. Esto en relación a las diferencias que existen entre ambos países con respecto al conflicto entre israelíes y palestinos.

En otro asunto en Medio Oriente, el gobierno de Jordania renunció este lunes y el primer ministro Ali Abu al-Ragheb formó un nuevo gabinete a pedido del rey Abdullah, a fin de promover el crecimiento económico y mejorar las condiciones de vida antes de las elecciones parlamentarias previstas para septiembre próximo.