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ASTILLERO
Julio Hernández López
LOS DEMONIOS (PARTIDISTAS) ANDAN sueltos: Beto
el botaerarios se queja de la posibilidad de que su adversaria Betty
la corporativa esté siendo financiada de manera oscura, y ésta,
sibilinamente generosa, le perdona a aquél la forma chanchullera
en que fue registrado como candidato, pero deja clara constancia del primer
zarpazo del mapache tropical; Chayo, mientras tanto, agarra sus
chivas y abandona una sesión directiva perredista porque los amachuchos
la mayoritearon a la hora de elegir autoridades electorales internas;
Charlie Medina, el especialista blanquiazul en arreglos en
lo oscurito (y no es electricista) se lanza mientras tanto desde La Meca
llamada León en busca de la quimera de Genaro Borrego, es decir,
la refundación partidista, copeteada en este caso con la idea genial
del senador de la piochita de organizar en el PAN su propio corporativismo
descafeinado.
TODOS
EN BUSCA DE su nieve de limón en estos nevados días en
que caen árboles, anuncios espectaculares y líneas de electricidad
en la capital y en buena parte del país. Nieve quieren, y no las
galletitas saladas llamadas pretzel, con una de las cuales andábase
atragantando el presidente del mundo, George W. Bush, mientras preocupábase
frente a un televisor por las incidencias de un partido de futbol americano
que no se efectuaba en Guantánamo, con adversarios encadenados y
arrodillados. Una galletita talibán que habría generado suspicacias
interminables entre los súbditos planetarios que no creerían
posible una muerte tan simple, urgidos los fabuladores profesionales (como
este tecleador) de historias elaboradas de conjuras que, entre más
fantasiosas fueran, más aceptables podrían parecer. Del cutter
a la galletita salada, el guión de la incredulidad habría
ganado dimensión globalizada.
DUELO DE CREDIBILIDAD, POR ejemplo, sostienen en
Chiapas el ombudsman estatal y el gobernador. La casa del defensor
oficial de los derechos humanos, Pedro Raúl López Hernández
(miembro, como se ve, del selecto club de los apellidos raros e ilustres),
fue atacada la madrugada de ayer con balas, y éste cree que se trata
de un acto más de la campaña de amedrentamiento de que acusa
a Pablo Salazar y sus colaboradores, como César Chávez, el
poderoso coordinador de asesores, y Mariano Herrán, el procurador
general de justicia de la entidad. Según el citado ombudsman,
personeros de Salazar pretendían conocer con anticipación
las recomendaciones que haría en ejercicio de sus funciones para
así autorizarle las que podrían ser presentadas por tener
algún cauce alcanzable de resolución. El gobierno salazarista,
como es natural, niega cualquier responsabilidad en el escandaloso incidente,
y aprovecha para puntualizar lo que a su entender son despropósitos
y exageraciones del citado ombudsman. En el fondo, continúa
el imparable proceso de descomposición de un gobierno especializado
en pelearse con la mayoría de quienes fueron sus aliados. Salazar
no ha estado a la altura de las expectativas que generó frente a
la barbarie y el saqueo de Roberto Albores.
TAMBIEN PIDE CARLOS MEDINA Plascencia que se le
permita dar nieves de limón a quienes le escuchan proponer, entusiasmado,
la reproducción de esquemas de organización como los priístas,
pero asegurando que no serán iguales a estos: "Al PAN -indicó
el candidato a suceder a Luis Felipe Bravo Mena- le interesa la sociedad
en su organización, en su estructura, en su formación, y
en esa vertebración nosotros apostamos, entonces, a apoyar, impulsar,
estimular que las organizaciones sociales, las organizaciones intermedias,
los grupos sociales en las comunidades y colonias, tengan vida propia en
libertad, y de ninguna manera esto podrá confundirse con lo que
tanto criticamos en el pasado, el corporativismo...".
UN EJEMPLO TIPICO DE ese corporativismo es la Federación
de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado, la FSTSE cuyo dirigente
oficial, Joel Ayala, ha expresado apoyo absoluto a Beatriz Paredes (quien,
por cierto, afirma sólo temerle al Coco, valentía
ésta en la que le acompaña Paco Gil, el secretario
de Hacienda, quien ayer instó a no tener miedo a los amparos presentados
contra los arreglos fiscales recientemente aprobados por el Congreso).
Ese respaldo de membrete causó el enojo del arcángel custodio
de los valores morales del priísmo, el impoluto (salvo en el apellido
de malsonancia golpeadora) Roberto Madrazo. Betty, por cierto, ha
revirado con la contundencia heráldica de su adversario a quienes
la acusan de florecer entre oficialismos, acarreos y cargadas: esos términos
ya no son vigentes en el PRI, ha dicho la presidenta de la Real Academia
de la Lengua Priísta, quien, por cierto, en un acto que calificó
"de buena fe", declinó la posibilidad de entablar queja formal porque
Madrazo no cumplió con los requisitos formales para inscribirse
en la contienda, pues le faltaron muchas firmas de respaldo, aunque el
árbitro Villanueva no le aplicó ninguna roqueseñal
sino que, tropezándose entre legalismos y verborrea, dio por buena
la incompleta solicitud tabasqueña de registro.
OTRO PERSONAJE DEL CORPORATIVISMO mexicano, Everardo
Martínez Páez, conocido como El Kitty, fue sentenciado
en San Diego, California, a 30 años de cárcel por asuntos
de narcotráfico. A Everardo cupo el triste honor de ser el primer
mexicano extraditado al país vecino (es decir, a Estados Unidos,
ni modo que a Guatemala) por una decisión de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación (mexicana). Martínez Páez fue
un distinguido colaborador de la empresa de exportaciones e importaciones
que en el norte del país dirigen los hermanos Arellano Félix.
OTRO CORPORATIVISMO EMPRESARIAL, mientras tanto,
le dio ayer un matiz propositivo a su campaña abierta de descalificación
del Congreso. Los líderes de Coparmex y Concamin presentaron un
plan de ocho puntos para que diputados y senadores ya no la rieguen tan
feo a la hora de levantar el dedo. Las tribus, presuntamente proletarias,
o cuando menos populares, del PRD, en tanto, persisten en las fórmulas
de división que tan buen éxito les han dado: la mayoría
numérica de los amalios y los chuchos dejó
fuera a los miembros de la Rosca (Rosario y Cárdenas) de
la integración del consejo que dirigirá la elección
interna. Robles ha insistido en una posición que es como kryptonita
para Jesús Ortega: no tenerle miedo a las urnas. Ya antes, en conciliábulos
en que se buscaba una candidatura de unidad decidida en junta de notables,
Rosario insistió en aceptar esa idea unitaria, pero no como producto
de reuniones privadas, sino de encuestas públicas.
ASI ANDAN LOS UNIVERSOS de los políticos
mexicanos degustadores de nieves de limón.