Lunes en la Ciencia, 31 de diciembre del 2001
Verdades y mentiras de las empresas exportadoras en México El PIB expropiado Gustavo Viniegra González Se dice que somos la décima economía más grande del mundo. Que nuestro PIB per cápita sobrepasó a Brasil y nuestras exportaciones crecieron de 20 mil millones de dólares en 1990 hasta 200 mil millones en 2000. Pero también, que 60 por ciento de la población vive en la pobreza y nuestro desarrollo en ciencia y tecnología es tan atrasado que no podemos competir con Brasil, Corea o Portugal. Estas discrepancias merecen una explicación. Hace unos días escuché de uno de mis hijos, que es economista, una propuesta audaz e interesante: las cuentas nacionales están distorsionadas y gran parte del PIB en realidad pertenece a EU. La idea es que la mayor parte de la industria de manufactura es de ensamble o maquila y, según datos del secretario de Economía, el valor retenido en México es inferior a 20 por ciento del valor exportado. Si restamos de las exportaciones la porción no integrada a nuestra economía, probablemente nuestro PIB efectivo sea menor a 350 mil millones de dólares. El resultado sería que al crecer la economía con un PIB artificialmente inflado, en realidad el ingreso per cápita efectivo decreció durante la última década. Esto explicaría el aumento de la pobreza a pesar de haber aumentado el volumen del comercio exterior. Con esta visión se puede concluir que será muy difícil mejorar el PIB per cápita por el aumento de la maquila no integrada a nuestra economía. Por lo tanto, convendría más aumentar la integración nacional de la industria local en vez de competir con productos terminados en el mercado mundial. Esto definiría metas concretas, porque esa industria está compuesta por cuatro áreas emergentes: textil, electrónica, automotriz y farmacéutica. Por ejemplo: en la revista Newsweek de septiembre preguntan si México será el próximo competidor de la industria textil, siguiendo el ejemplo de la empresa española Zara, la cual derrotó a sus competidoras internacionales. Este ejemplo podría extenderse a otros campos como la elaboración de programas de cómputo, lo cual ya está sucediendo con la creación de la empresa Ximian por Miguel de Icaza, quien desde Boston tiene clientes de la talla de Amazon, Hewlett-Packard y el Gobierno del DF. A su vez, la empresa Softek, dirigida por Blanca Treviño, con oficinas en América y Europa, es la empresa de programación más grande de América Latina. O en la producción de materias primas para automóviles, tal como lo hace Héctor Escobar, con su empresa de Chicago que vale 180 millones de dólares y ahora pretende introducirse en el mercado automotriz mexicano. O las empresas Probiomed y López Silanes, las cuales están penetrando el mercado de productos biotecnológicos (eritropoyetina, interferón y anticuerpos monoclonales) usando tecnología desarrollada en México. Durante los últimos 20 años el gobierno ha subsidiado a grupos inefectivos, como los bancos, las empresas constructoras y ahora las azucareras. Lo hizo con el lema: "la mejor planeación es la no planeación". ƑNo habrá llegado el tiempo de una planeación con grupos efectivos? Los ejemplos anteriores indican que hay jóvenes talentosos creando empresas de punta con excelentes resultados. Esta alternativa, fresca y rejuvenecedora, podría ser la vanguardia de nuevas empresas que mexicanizaran el PIB con tecnología propia. Los proveedores extranjeros de nuestra industria de maquila son principalmente asiáticos y están apoyados por sus gobiernos con créditos blandos y bajas tasas de interés. ƑHasta cuándo nuestros dirigentes se quitarán la venda de los ojos? ƑCuándo iniciaremos el despegue de nuestra propia industria integrada? ƑHasta cuándo la estrategia financiera nacional seguirá siendo el obstáculo del fomento industrial? Los señores Francisco Gil y Luis Ernesto Derbez, secretarios de Hacienda y Crédito Público y de Economía, respectivamente, tienen la palabra. El autor es profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa |