Teresa del Conde

Sobre la declaratoria de las obras de Varo

Esta misma sección, mediante nota de Anasella Acosta y Angel Vargas publicada el 27, informó sobre la declaratoria de monumento artísitico de 38 obras de Remedios Varo, que se encuentran en comodato desde octubre del año pasado en el Museo de Arte Moderno, publicada en la edición del 26 del Diario Oficial de la Federación. Como se recuerda, la sobrina de la pintora, Beatriz Varo, con la asesoría de un abogado de apellido Toussaint, fue considerada heredera y albacea de la sucesión de la pintora por parte de un juzgado.

Contra lo que dije en la entrevista telefónica que me fue hecha el mismo día 26, no fue Ignacio Toscano, actualmente ex director del INBA, el principal actor en la declaratoria del Diario Oficial. De allí que me rectifique ahora a través de esta nota. Según Alexandra Varsoviano de Gruen, a la Dirección Jurídica del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA) y a la propia presidenta del organismo, Sara Bermúdez, se les debe la moción, en la que también tomó parte activa mi sucesor en la dirección del Museo de Arte Moderno (MAM): Luis Martín Lozano.

En forma atípica, pero a mi juicio por demás atinada, no es la totalidad de la obra de la pintora la que está sujeta ahora a la condición de monumento artístico. Sólo las 38 obras en comodato lo están. Aunque eso no anula todavía la pretensión de Beatriz Varo, sí constituye un paso decisivo para la solución de un asunto que ha amargado al matrimonio Gruen-Varsoviano desde el pronunciamiento de la sentencia, su posterior revocación y la nueva apelación.

Varios somos testigos de la manera como Walter Gruen se hizo de la colección ahora en el MAM. El no heredó de Remedios absolutamente nada, aunque conservó un dibujo que ella le regaló. Todo lo fue adquiriendo, paso a paso, a lo largo del tiempo, en tanto que la pintura Naturaleza muerta resucitando, óleo postrero de la pintora fallecida en 1963, fue entregado al hermano de la occisa junto con otros enseres de ornato, precisamente cuando Beatriz Varo contrajo matrimonio. Ella asegura que quisiera tener siquiera un cuadro de Remedios, "no para subastarlo", sino por afecto a ella; desea conservarlo "de corazón". La cosa es que hizo subastar en Sotheby's (y a pesar de los pesares estaba en todo su derecho de hacerlo) la mencionada Naturaleza muerta resucitando, que es una especie de testamento espiritual de la pintora y una manifestación probablemente inconsciente de su creencia en la continua resurección de su pintura. Dados los altísimo precios alcanzados por los pocos cuadros que todavía circularon en subastas durante la década de los noventa, Walter Gruen no pudo ya hacerse de esta pieza, pero la colección depositada en el MAM felizmente contiene el espléndido dibujo preparatorio para la misma, así como el dibujo preparatorio para La huida, que está entre las obras de mayor formato que la pintora realizara y que pertenece (por donación de Gruen) a las colecciones del MAM desde 1994.

Todas las exposiciones de Remedios Varo han atraído un público numerosísimo, al que habría que estudiar a través de análisis como los que se hacen, por ejemplo, en Curare. La pintora apela a todos los gustos: al de los científicos, al de los neófitos, al de los músicos, al de los historiadores, al de los connaisseurs, al de los niños. Estos últimos no necesitan ser "persuadidos" de acercarse a las pinturas de Remedios; lo hacen naturalmente.

Hace un par de días ví la película Harry Potter. Al percibir las agrupaciones de niños aprendices de magos, ataviados con los severos uniformes, saliendo en grupo de las construcciones románicas almenadas, me pregunté si acaso el director Columbus o sus asesores artísticos, entre todos los efectos escenográficos, arsenal icónico, imágenes digitales a las que que tuvieron acceso, no habrían dado también con Remedios Varo. No es difícil que así haya sucedido, aunque no estoy hablando de glosas sino del sentido general de ciertas escenas.