MARTES Ť 11 Ť DICIEMBRE Ť 2001

Ť Singular toma de protesta a 5 mil presidentes seccionales... con acarreo

Quema el PRI mexiquense a dinosaurio que representa las viejas prácticas de ese partido

ISRAEL DAVILA CORRESPONSAL

Toluca, Mex., 10 de diciembre. El priísmo mexiquense trató de conjurar sus viejos vicios quemando la representación de un dinosaurio.

En tan sólo 20 segundos -tiempo en que se consumió un enorme muñeco con pegotes, en los que se había escrito sustantivos como corrupción, simulación y prepotencia-, los priístas quisieron "desaparecer" los 72 años en que esas prácticas a buena parte de ellos les dieron resultado.

La quema del dinosaurio, encabezada por el dirigente del Partido Revolucionario Institucional en la entidad, Francisco Maldonado Ruiz, fue la ceremonia de catarsis con la que los priístas mexiquenses concluyeron el proceso de selección de más de cinco mil presidentes de comités seccionales, que inició a principios de noviembre y se caracterizó por la desorganización e inconformidades.

En primera fila, eso sí, los ex presidentes del partido: Sixto Noguez, Mario Ruiz de Chávez, Arturo Legorreta... septuagenarios militantes que, quizá con la esperanza de inyectarse nuevas energías, participaban en la quema sin siquiera darse por aludidos.

"Ahora quemamos las prácticas viciadas que defraudaron la confianza de la gente y debilitaron nuestro partido: amiguismo, dedazo, compadrazgo, corrupción, impunidad, imposiciones, autoritarismo y simulación", para dar paso a "nuevas prácticas de democracia", espetaba eufórico Israel Flores, joven presidente del comité seccional mil 628 de Ecatepec, municipio donde las pugnas por los seccionales causaron dificultades a los operadores políticos de la entidad.

No es un acto de simulación, asegura dirigente tricolor

A pesar de que el dirigente estatal priísta Francisco Maldonado aseguraba que no se trataba de un acto más de simulación, los escenarios eran los mismos, con la novedad de que por vez primera el PRI hacia un patético intento por burlarse de sí mismo.

Decenas de acarreados ayudaron a llenar la Plaza de la Unidad en la sede estatal priísta.

Ellos se ocupaban de aplaudir, casi como un reflejo, ante el novedoso y crítico discurso de Israel Flores: "Regresamos a nuestro origen para enfrentar la demagogia amarilla... no inventamos soluciones sacadas de la manga ni usamos botas de charol, somos entrones y luchones".

ƑQuién unió al país con calles, puentes y caminos? ƑQuién creo Conasupo, Liconsa y Progresa? La respuesta correcta en el innovador acertijo no era "Carlos Salinas de Gortari". La contestación era simple y llanamente: "el PRI".

"ƑQuiénes somos fuerza? El PRI, el PRI, el PRI," gritaban a una voz los acarreados y los nuevos elegidos.

Pero la prensa, el famoso círculo rojo, se mostraba escéptica, y al menos en cinco ocasiones durante la posterior entrevista, los reporteros preguntaron al dirigente Maldonado Ruíz si no se trataba de un acto de simulación más. La respuesta era obvia, como era también la incredulidad, aunque el interrogado aseguraba que quemar al dinosaurio era "quemar también las viejas prácticas".

El juramento priísta fue pronunciado: "No le fallen a quienes los eligieron, no se fallen a sí mismos, unidos cumplanle a la gente y a su partido, unidos cumplanle a su estado. En el PRI mexiquense sólo habrá cabida para cumplidores".

Quedaba claro que los nuevos tiempos ya no son para protestas, sino para juramentos: "Ƒjuran hacerlo? De sus hijos, del PRI y de su estado, unidos recogerán los frutos".

Los acarreados, a recoger sus cosas y regresar a sus hogares

Y mientras los nuevos dirigentes esperan recoger los frutos prometidos, los acarreados se limitaban a recoger sus pertenencias, su torta, su refresco y su manzana, y a regresar a sus hogares.

Claro, con la esperanza de que esta vez, ya sin el dinosaurio de por medio, las promesas alguna vez serán cumplidas.