041n1mun
MARTES Ť 11
Ť DICIEMBRE Ť
2001
Ť Dependen del Pentágono y el Departamento de
Estado para obtener imágenes
Los noticiarios televisivos de EU transmiten "desde
casa" la nueva guerra en Afganistán
Ť Preocupa más el rating que la difusión
de notas informativas, estiman analistas de medios
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington y Nueva York,10 de diciembre. Cada noche
Peter Jennings, el veterano locutor del noticiero nacional de la cadena
televisiva ABC, presenta a uno de sus reporteros, quien da las últimas
noticias sobre la guerra en Afganistán, pero frecuentemente el reportero
no se encuentra en ese país centroasiático, sino al lado
del locutor en el estudio o en las oficinas de prensa en el Pentágono.
Los
principales periódicos de este país ofrecen un enorme volumen
de información sobre la "nueva guerra", mucha proveniente de Afganistán,
pero en televisión ?el medio a través del cual la mayoría
de la gente se entera de las noticias?, la cobertura de la nota internacional
ha disminuido drásticamente en los últimos 10 años,
y aun en esta coyuntura donde la noticias de la guerra al otro lado del
mundo ocupan el primer lugar, muchos de los corresponsales que salen en
pantalla transmiten su imagen e información desde Washington
Según analistas, antes del actual conflicto, menos
de dos minutos en promedio de los noticieros nacionales de televisión
de media hora se dedicaban a las noticias internacionales, parte de una
decisión empresarial de reducir los presupuestos de los informativos,
en particular por el alto costo de mantener una amplia presencia periodística
en el mundo.
Este reducido espacio ofrecido a la noticia internacional
durante los últimos años, ha resultado en que hay menos reporteros
experimentados que puedan cubrir la nota internacional, y los noticieros
han tenido que depender del Departamento de Estado, el Pentágono
y otros funcionarios en Washington para interpretar los sucesos mundiales.
Durante la guerra actual estas decisiones han beneficiado
los esfuerzos del Pentágono para "controlar" las noticias. Por ejemplo,
los militares han dificultado el acceso de los medios a sus tropas en Afganistán,
y han ofrecido videos para uso de los reporteros en Washington, invitando
así a que la nota sobre la guerra se cubra desde Estados Unidos
y no desde el campo de batalla.
Claro que todos los noticieros nacionales niegan haber
aceptado cualquier límite o control de sus reportajes, y algunos
sí han enviado corresponsales a Afganistán y la región.
Aunque ahora los principales informativos cuentan con camarógrafos
y algunos enviados en la región, una buena parte de la cobertura
del conflicto allá sigue haciéndose desde Estados Unidos.
Jennings no está solo en su dependencia de reporteros
en Washington para informar sobre lo que ocurre en Afganistán. De
hecho, ABC News ha sido criticado por ofrecer demasiado sobre los terroristas
y no comportarse más "patrióticamente", como lo hacen los
locutores de otros noticieros (algunos conservadores han señalado
que Jennings es de origen canadiense).
Pero el patriotismo no es el asunto central. El problema,
según Ken Auletta, el crítico de medios de la revista New
Yorker, es que los noticieros televisivos están guiados por
las preocupaciones de cómo ganar más dinero, y no por cómo
ofrecer las mejores noticias. La cobertura de la nota internacional no
produce altos ratings y, por lo tanto, a lo largo de la última
década, las empresas dueñas de las cadenas han decidido reducir
el espacio dedicado a este rubro. Andrew Tyndall, un analista de medios,
calcula que antes de la guerra actual, cada noticiero nacional de media
hora dedicaba, en promedio, menos de dos minutos a las notas internacionales.
Tyndall informó a Auletta que el número de minutos en promedio
dedicado a la nota en el exterior disminuyó casi a la mitad en los
últimos 10 años.
Como prueba de esta tendencia, Auletta señala que
antes de comenzar la guerra en Afganistán, ABC News contaba sólo
con ocho corresponsales de tiempo completo encargados de cubrir el mundo
fuera de Estados Unidos, y cinco de éstos trabajaban en Londres
(los otros tres estaban en Hong Kong, Jerusalén y Nairobi). CBS
News también contaba con ocho corresponsales internacionales, uno
de ellos aparentemente con una energía fenomenal, ya que estaba
encargado de cubrir todo el continente asiático.
Un segundo problema, según varios analistas entrevistados
por La Jornada, es que los noticieros televisivos están dedicando
cada día menos tiempo a las noticias. El informativo nacional más
popular, NBC Nightly News, con Tom Brokaw, se ganó el apodo
del "Nightly Hemorroid News" ("Las noticias hemorroides") por dedicar
más espacio a asuntos de salud que a la noticia.
Los demás noticieros no se han quedado atrás
en esta tendencia a ofrecer "noticias útiles" en vez de "nota dura".
Ahora, un amplio espacio de cada noticiero nacional incluye reportajes
de métodos para suprimir los ronquidos, el viagra y otros milagros
médicos, o lo último sobre drogas recetadas.
En gran medida, este tipo de "noticias" son resultado
de las decisiones de los ejecutivos de buscar cómo detener la hemorragia
de televidentes que cada día sintonizan más noticieros locales,
que ofrecen pronósticos del clima local, la nota deportiva e información
local. Claro, éstos ofrecen menos noticias de los complejos sucesos
en Afganistán y otras partes del mundo.
Por supuesto, hay excepciones. CNN mantiene 30 oficinas
en el extranjero, y dos de los periódicos principales de este país,
The New York Times y The Washington Post, mantienen más
de 20 oficinas en el mundo. Pero aun entre los rotativos la atención
y espacio dedicado a la nota internacional ha disminuido.
Auletta cita un sondeo de 1992 que encontró que
sólo 25 de los 100 periódicos más importantes del
país contaban con por lo menos un corresponsal en el exterior.
Esta tendencia se ha incrementado durante los últimos
20 años, desde que las cadenas nacionales de televisión han
enfrentado una creciente competencia con la televisión de paga,
y, al mismo tiempo, que los ejecutivos encargados de noticieros han tenido
que sujetarse a las prioridades de los ejecutivos empresariales, más
preocupados en generar ganancias que en ofrecer noticias.
Estos ejecutivos tienen sondeos de televidentes que pueden
mantenerlos informados, minuto a minuto, sobre cuántos están
sintonizando un canal particular de televisión. Un veterano corresponsal
recordó cómo hace poco un ejecutivo de televisión
le comentó que el número de televidentes se reduce cada vez
que hay un enfoque sobre un asunto internacional en NBC. "Su lección
era que si la gente no lo quiere ver, no lo pondremos", dijo al New
Yorker.
Estos ejecutivos ya están "ansiosos" por los ratings
actuales y alegan a favor de reducir la cobertura de la guerra en Afganistán,
informó Auletta. Y aunque algunos en estos medios tienen la esperanza
de que el tiempo y los recursos dedicados a la nota internacional se incrementarán
en esta coyuntura, otros analistas señalan que la tendencia de limitar
el espacio informativo sobre lo que ocurre fuera de Estados Unidos continuará.
|