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MARTES Ť 11
Ť DICIEMBRE Ť
2001
Ť Desapareció hace 24 años; fue entregada
a una familia con la que creció bajo otra identidad
Aleida Gallangos sobrevivió a la guerra sucia
Ť Sus verdaderos padres fueron asesinados; su hermano
resultó herido y nada se sabe de él
JUAN ANTONIO ZUÑIGA
Aleida Gallangos Vargas, desaparecida política
a la edad de dos años cuatro meses, vive.
Hoy tiene 28 años de edad y hace cuatro meses,
el 13 de septiembre de 2001, una lista de desaparecidos publicada en La
Jornada le dio la clave. Su nombre oficial es Luz Elba Gorostiola Herrera;
con él ha vivido, gracias a él se salvó de ser una
víctima más de la guerra sucia.
El 26 de julio de 1975, tres jóvenes arribaban
al vestíbulo del cine Cuitláhuac, donde se exhibiría
la película Playa Girón. A su llegada, hombres vestidos
de civil iniciaron una balacera. Era una un operativo más
de la policía para capturar a militantes de la Liga Comunista 23
de Septiembre. Carmen Vargas fue detenida. Desde entonces permanece desaparecida.
Carlos
Gorostiola, integrante de aquel comando guerrillero, en funciones de propaganda,
la lleva a la casa de sus padres en San Martín Cuautlalpan.
Detrás de un cartel con la imagen de Ernesto Guevara,
escribió el nombre de la niña, Aleida, como se llamaban la
esposa y la hija del Che. ''A quien venga a reclamarla pregunten
cómo se llama y por qué'', previno Gorostiola a sus familiares.
Entre tanto, ''ustedes cuidarán de ella'', dejó la encomienda
y se fue.
Carlos Gorostiola murió en agosto de 1976. Se sabe
también que en ese mismo año el hermano de Aleida, Lucio
Antonio, fue llevado al hospital del Instituto Mexicano de Asistencia a
la Niñez (IMAN), herido de bala en una pierna. Tenía apenas
tres años de edad y su pista desde entonces se ha perdido. La vida
biológica y social de la niña siguió su curso.
-En realidad yo notaba la diferencia, porque el parecido
no es con mis hermanos y nunca faltaron los comentarios en la escuela.
¿Por qué no te pareces a ellos?, me preguntaban. Un día
un profe me dijo: Tú eres adoptada, ¿verdad? ?recuerda
Aleida, quien habla con un ligero acento norteño.
''Desde niña tú sabes que estás en
un grupo, y como que dices, no pertenezco a este grupo. El trato de mi
mamá, de mis hermanos, de mi hermana era bueno, pero no es normal,
hay una diferenciación. Es un sentimiento, no sé por qué
es; no sé si es cierto aquello de que la sangre llama.
''Ahorita tengo ocho años viviendo en Ciudad Juárez.
Antes estuve ahí, en la casa donde me llevaron, donde siempre viví
hasta los 21 años, en Chalco, en San Martín Cuautlalpan.
''La primaria la hice en Chalco, la secundaria en Tlaltizáhuac,
el Conalep en Ayotla, y después estuve en el Cebetis dos años,
también en Tlalpizáhuac. Y de ahí es donde me voy
a Juárez; trabajé un tiempo, después me metí
a estudiar programación y luego a la universidad. Voy en quinto
semestre de ingeniería industrial''.
-¿Cuándo supiste que tus padres eran integrantes
de la liga?
-Mi tía me lo dijo. Tenía yo 16 años,
no recuerdo exactamente. Después yo le preguntaba a mi papá:
¡dígame qué fue!. Incluso, hace un año y medio
él fue a Ciudad Juárez. Igual, me lo llevé a la casa
y otra vez... ¡Dígame qué fue, un dato por favor, y
me dice: No tengo nada, ni cómo se llaman ni dónde quedaron...
si los mataron, si no los mataron ni nada.
Volver al pasado
''El 13 de septiembre yo hablo con mi mamá. Ella
en realidad nunca me había dicho nada, nunca se abrió conmigo.
Mi papá me ha explicado: 'Si a tí nunca te dijimos nada fue
por no crearte un abismo, de que tú no te sintieras que no eras
parte de la familia'. Bueno, ese día yo hablo con mi mamá
y le pregunto cómo están mi papá, mis hermanos, los
niños, mis sobrinos, y cuando voy a colgar me dice: 'Oye, estamos
viendo en Internet una lista de desaparecidos. Incluso, ya está
en La Jornada'. Y le digo, yo no puedo buscar porque no tengo ningún
dato.
''Hasta ese día me cae el veinte de que
yo estoy como desaparecida, que yo estoy desaparecida para mi familia.
Ella me dice: 'El único dato que tengo es que tú te llamas
Aleida'. Yo estaba en la lista de desaparecidos como Aleida. Me llamo Elba
Gorostiola''.
-¿Recuerdas algo?
-Si a mí me dijeran, ¿te acuerdas de algo,
de alguien, de una balacera?, yo... mis recuerdos ya son en mi casa. Recuerdo
cuando empiezo a hablar, a ir al kinder.
Aleida revierte los papeles y lanza una pregunta: ''¿Qué
pasó con los niños hijos de los guerrilleros de entonces?''.
-¿Qué sientes por tus padres biológicos
en este momento?
-Mucho amor por ellos y una gran admiración.
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