JUEVES Ť 29 Ť NOVIEMBRE Ť 2001

CIUDAD PERDIDA

Miguel Angel Velázquez

EN ALGUN momento de este día, una parte del Partido Revolucionario Institucional demandará el concurso de la diputada Beatriz Paredes en las próximas elecciones internas para alcanzar la presidencia de ese instituto político.

Y SERA hoy mismo o a la brevedad posible cuando Beatriz decida, con un sí rotundo, entrar a esta especie de guerra fraterna en la que el que pierda quedará irremediablemente fuera del juego del poder, con todo lo que ello significa.

AUNQUE PAREDES Rangel había vislumbrado la posibilidad de ir a la contienda, muchas voces le advirtieron que en el combate por la dirigencia nacional del PRI el muerto no revive, es decir, para el perdedor no habrá perdón ni gracia.

EL PANORAMA no parece ser el más favorable para Paredes, o para cualquiera que se suponga lo suficientemente fuerte como para enfrentarse a Roberto Madrazo, el ganador real del ultimo intento priísta por cambiar el destino de ese partido.

PARA EL grupo madracista, quien intente disputar este triunfo a su líder deberá sufrir las consecuencias, y por ello nadie en el PRI tuvo el valor de hacerle frente. Hasta hoy ningún militante de esa organización política se pretendió contrario al ex gobernador tabasqueño, quien ya se sentía el presidente priísta más fuerte que se hubiera dado desde los tiempos de Jesús Reyes Heroles o tal vez desde hace 70 años.

ESTO PORQUE de alguna u otra manera, quien ocupaba el cargo era nada más un empleado del Presidente de la República, ya que éste manejaba al PRI a su antojo. Hay quien asegura que el dirigente nacional del tricolor estaba en el organigrama del poder, ya que después de cualquier secretaría de Estado seguía ese nivel.

EN LA situación actual, quienquiera que resulte electo presidente del PRI tendrá todo el poder del partido y no recibirá, cuando menos en teoría, ninguna orden o línea del Presidente de la República. La diferencia, dicen los analistas del PRI, es del cielo a la tierra.

DOMINADOS, AMEDRENTADOS o convencidos, muchos militantes de esta vieja organización política se fueron arrimando al cobijo de los madracistas, como les dictaba la vieja costumbre y como les aconsejaba el instinto de sobrevivencia.

PERO DE pronto los gobernadores de Colima, estado de México e Hidalgo, entre otros, prácticamente exigieron a Paredes ir por el máximo puesto de ese partido, aun a riesgo de perderlo todo.

DE INMEDIATO la ex gobernadora de Tlaxcala empezó a recibir apoyos, algunos abiertos, otros disimulados, pero todos alentando la posibilidad. Por fin la legisladora decidió entrar a la carrera y, pierda o gane, por el momento, dicen sus seguidores, ya no hay quien la pare.

ASI PUES, pase lo que pase, hoy se inició una guerra un tanto desigual -Madrazo cuenta con dineros y apoyos económicos desmedidos- que antes de que termine el primer trimestre de 2002 tendrá un parte de heridos, muertos y discapacitados como nunca antes se había visto en el PRI, que también desde ahora anuncia su escisión.

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