REPORTAJE
Mujeres y niños, los más dañados por un padecimiento evitable
Afecta el tracoma a uno de cada diez tzeltales de los Altos de Chiapas
ELIO HENRIQUEZ CORRESPONSAL
Víctimas de una enfermedad fácilmente curable en sus inicios, alrededor de 14 mil indígenas tzeltales corren el peligro de quedar ciegos, pero el gobierno de Albores ocultó el hecho para buscar la certificación de la Organización Panamericana de la Salud (OPS)
San Cristobal de las Casas, Chis., 20 de nviembre. Héctor Ochoa, investigador de El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), sostiene que en el área que comparten los municipios de Oxchuc, Tenejapa, Cancuc, Chanal y Huixtán, en los que se localiza la zona endémica, el tracoma sigue siendo un "problema grave, desde el punto epidemiológico".
Afirma que en esa área ?que se ubica en los Altos de Chiapas, entre San Cristóbal y Ocosingo, cuyos habitantes son totalmente indígenas tzeltales? entre 10 y 12 por ciento de los aproximadamente 130 mil habitantes padece tracoma en alguna de sus cinco fases, principalmente niños y mujeres.
"Las tasas de prevalencia son inaceptablemente altas",
afirma, porque "no existe un adecuado servicio en términos de cobertura
de accesibilidad y calidad para atender a los pacientes o prevenir nuevos
casos por parte de las instituciones de salud en la región", por
lo que sería importante "hacer un programa de detección masiva
en todas sus formas a partir de los recursos con que ya se cuenta".
El tracoma es una enfermedad infecciosa producida por
una bacteria intracelular llamada clamidia tracomatis, que provoca
conjuntivitis, inflamación en los ojos. Puede prevenirse y en sus
inicios curarse con sólo lavarse con agua y jabón. La peor
etapa es la triquiasis, cuando las pestañas afectan la córnea
y producen la ceguera. Después de esta fase ni con cirugía
se recupera la vista.
Generalmente la enfermedad se inicia en la infancia y por la facilidad de contagio se transmite con relativa rapidez, principalmente entre la madre y sus hijos pequeños. Puede curarse con medicamentos y, en etapas más avanzadas, con cirugía.
Según la organización Médicos Sin Fronteras (MSF), los factores que contribuyen a la prevalencia del tracoma en Chiapas son la escasa información acerca del origen de la enfermedad y sus medios de transmisión, el aislamiento de las comunidades y la lejanía de los servicios médicos y sociales, la marginación general de los indígenas, el aislamiento de las mujeres en los parajes, el limitado abasto y acceso al agua estacional, la deforestación y la falta de coordinación de las actividades institucionales para la resolución de "esta crisis".
Asegura que a pesar de la gravedad del problema, Humberto Córdova Cordero, quien se desempeñó como secretario de Salud durante el mandato del gobernador Roberto Albores Guillén, negó la existencia del tracoma, como estrategia para calificar en la certificación "salud para todos" de la Organización Panamericana de Salud a finales del año 2000.
Desde la década de los sesenta se sabe que en Oxchuc ?al que se llama "la capital del tracoma"? y en los municipios circundantes (Tenejapa, Chanal, Cancuc y Huixtán) miles de indígenas padecen la enfermedad.
Pero, ¿por qué no se ha atacado a fondo el mal?
"Porque la enfermedad no se refleja en cifras de mortalidad y porque el sector afectado es el indígena, el más marginado, al que no se le asignan la importancia ni los recursos que se debería", responde Héctor Ochoa.
Agrega: "Este es el momento de hacer un programa de control que elimine de una vez por todas la enfermedad, lo cual no se
podrá hacer hasta que no se tome una decisión política porque el asunto no sólo es técnico. Deben destinarse los recursos necesarios y tomarse acciones que involucren a todos los trabajadores de salud de la región". El control del tracoma, insiste, "está al alcance de la mano, sólo se necesita voluntad política".
En cuanto a la inversión económica, sostiene que no sería elevada, sobre todo si se toman en cuenta los grandes beneficios que una acción de este tipo traería para miles de indígenas. "Estoy seguro de que se gastaría menos que en el acto en que el presidente Vicente Fox presentó el Programa Nacional de Salud ?precisamente en Oxchuc? en julio pasado, pues sabemos que se desembolsaron cuantiosos recursos para esa ceremonia."
Urge la dotación de servicios básicos
El investigador asevera que un programa integral para combatir la enfermedad debería incluir la dotación de servicios básicos a las comunidades afectadas, como el agua potable, y una campaña de educación en las escuelas, ya que son los niños y sus madres ?quienes están en contacto mayor tiempo? los más perjudicados, porque la bacteria tiene como hábitat normal las secreciones oculares y nasales y, por las condiciones de pobreza, no hay higiene adecuada.
Desde abril del año pasado, MSF inició un programa en la zona endémica, porque, según su coordinador en Chiapas, Paul Mc Phun, "ninguno de los sectores de salud ha dado respuesta adecuada" al problema.
El programa de cirugías de MSF lo encabeza Gabriel Armando Torres, cuya meta es hacer 300 operaciones al año en centros rurales y hospitales de Oxchuc. Este oftalmólogo dice que el objetivo de la presencia de MSF en la zona es "disminuir el riesgo de ceguera, llamar la atención sobre el problema y tratar de fomentar un programa integral", con la participación de las autoridades respectivas. "No es el propósito erradicar el tracoma", subraya, y comenta que sólo en los últimos 45 días sus promotores han localizado 25 ciegos en la región.
Manifiesta que las autoridades "han dejado de lado el problema, y a pesar de que la existencia de la enfermedad se conoce desde los sesenta, no se ha enfrentado de manera enérgica porque afecta a población indígena, la más marginada". Aclara que "no se trata de un brote epidémico sino de una situación estacionaria, cuya prevención y curación depende de un mínimo de servicios sociales".
MSF sostiene que para eliminar la enfermedad "se requiere de cambios en las políticas de salud federal, estatal y municipales, pues a largo plazo las medicinas y las cirugías no son la solución para el tracoma".
Por separado, el jefe de la jurisdicción sanitaria 2, con sede en San Cristóbal, Armando Servín Martínez, informó que las autoridades de salud de Chiapas diseñan actualmente un programa específico para combatir el tracoma y se espera que a partir de marzo del próximo año se atiendan las 52 microrregiones que conforman el área endémica, donde decenas de nativos han perdido toda esperanza de volver a ver.
Una de esas personas ciegas por el tracoma es la indígena Juana Encinos Méndez. A menudo llora porque quiere ver la montaña, el río, la milpa, la lluvia, pero sus ojos "ya no sirven".
Muchas veces intenta caminar sola, pero en cuanto sale al patio tropieza y cae. "Entonces me dan ganas de morirme", dice esta mujer de 60 años de edad, ciega desde hace 15.
En su casa ubicada en la comunidad de Narajan Seca, municipio de Tenejapa, aunque hasta hace poco pertenecía a Oxchuc, Juana es cuidada como una niña por su tía Paulina Encinos Sántis, quien recuerda que su sobrina "empezó con cheles en los ojos y de repente se fue quedando ciega".
Cuenta que cuando Juana llegó a su casa, hace 22 años, todavía miraba un poco. "Entonces le di una gotas que no sé de qué eran pero no se curó".
La de Juana ha sido una vida "muy dura", pues desde joven quedó huérfana. Se casó cuando ya casi no miraba con un hombre que también había perdido la vista a causa del tracoma, pero al poco tiempo se separaron. Tuvieron una hija que ella ni siquiera conoce, pues desde niña se la llevaron los abuelos maternos al morir el padre.
Con la colaboración de Antonio Méndez Girón, traductor de Héctor Ochoa, es posible saber lo que siente Juana, quien nunca fue a la escuela ni habla español. Es su tía la que responde las preguntas. "Siente mucho ardor en los ojos, le duele la cabeza. Se siente muy triste, llora mucho porque ya no mira. Cuando va a misa le pide a Dios que le regrese sus ojos porque quiere trabajar su milpa otra vez, ver la montaña."
Juana, cuya choza de madera está a unas dos horas en vehículo desde esta ciudad, pide ser curada, pero debido al avanzado estado de su enfermedad, ello no es posible ni con cirugía. Sus posibilidades de volver a mirar prácticamente no existen, como para muchos otros de sus hermanos de raza.