MIERCOLES Ť 21 Ť NOVIEMBRE Ť 2001

Ť Desde 1979 se incorporó al dominio público de la Federación, dice Cacho Pérez

La casa de Leona Vicario no podría ser museo de la mujer porque está asignada al INBA

Ť El recinto de Brasil 37, Centro Histórico, fue solicitado para crear esa institución

Ť Rafael Tovar, titular del instituto en 1991, propuso instalar allí el área de literatura

RENATO RAVELO

La casa de Leona Vicario, que la Federación Mexicana de Universitarias solicitó para sede del museo de la mujer, está en custodia del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) desde el 13 de junio de 1979, luego de que el gobierno federal se la comprara a la familia Campillo Sáinz, por lo que no procedería la asignación del inmueble que sirviera como domicilio de la Santa Inquisición.

Dicha federación solicitó recientemente, de manera pública (La Jornada, 14/11/01) el inmueble para crear un museo en el que se registre ''la historia comparada de la mujer en México y el mundo desde la época prehispánica hasta la actualidad'', según declaró Patricia Galeana, presidenta fundadora de esa instancia.

Galeana argumentó que ya en 1993 se había solicitado, cuando se contaba con el apoyo de José Angel Pescador -quien relevó por un breve periodo a Ernesto Zedillo al frente de la Secretaría de Educación Pública-, ese inmueble: ''Hace un mes hablamos con un funcionario de apellido Ortiz Lanz y solicitamos al secretario Reyes Tamez la ocupación de ese espacio'', explicó la historiadora.

Por ser la actual sede del área de literatura del INBA se consultó a las autoridades del instituto a través de la oficina de prensa, a cargo de Patricia Pineda. No se pudo ubicar al funcionario y se remitió a un documento del departamento jurídico. Se supo, por otra parte, que la Federación Mexicana de Universitarias solicitó audiencia con Sara Bermúdez, titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, quien regresa en estos días de la inauguración de una muestra de Diego Rivera en Colombia.

Luis Norberto Cacho Pérez, director de Asuntos Jurídicos del Instituto Nacional de Bellas Artes, explica:

''Es un inmueble de propiedad federal que está dado en destino al Instituto Nacional de Bellas Artes para que lo use como Centro Nacional de Información y Promoción de la Literatura.''

Desde el 13 de junio de 1979, aclara el funcionario, ''se publicó en el Diario Oficial el 'decreto por el que se incorpora al dominio público de la Federación el inmueble marcado con el número 37 de las calles de República de Brasil, en México, DF, y se destina con las obras y objetos artísticos que forman parte del mismo, al Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, a fin de que lo utilice en la instalación de un museo''.

De acuerdo con una investigación de Bertha González Cosío, el decreto en realidad salió publicado el 11 de abril de 1980: ''El Centro Cultural Santo Domingo abrió sus puertas con el objeto de dar a conocer los bienes y obras de arte y su relación con la evolución histórica de la Plaza de Santo Domingo, entre el periodo colonial y nuestros días, y para presentar exposiciones nacionales e internacionales''.

A principios de 1991, cuando era titular del INBA, Rafael Tovar y de Teresa ''propuso fundar en este sitio el Centro Nacional de Información y Promoción de la Literatura'', movimiento político que fue clave para congraciarse con el grupo de los escritores. Antes de esa decisión, que cristalizó dos años después, cuando terminaron las obras de remodelación, la parte de literatura del INBA sesionaba en oficinas de la Torre Latinoamericana.

Breve historia

El edificio, se registra en Los sepulcros de Santo Domingo y Cocheras: una casa en el Centro Histórico de la Ciudad de México fue probablemente una de las primeras construcciones que hizo un indígena del Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco, o al menos así lo pensó Francisco de la Maza por el trazo que observó.

La primeras noticias son de 1526, cuando la familia Guerrero lo cede a los dominicos. Dos décadas después llega ahí la Santa Inquisición, pero el inmueble era ya propiedad de Juan Velázquez de Salazar, quien pretende venderlo en 30 mil pesos. Los inquisidores no pueden comprarlo hasta 1576 y lo hacen por 50 mil pesos.

Todavía Fernando VII, en 1814, ordenó perseguir desde ese recinto ''los delitos de herejía, traición al rey y la lectura de libros prohibidos'', pero en 1823, ya consumada la independencia, se le da el edificio a Leona Vicario y Andrés Quintana Roo, cuando la casa estaba valuada en 16 mil pesos.

El primer inquilino de la pareja (en ese entonces se habitaba la parte de arriba del inmueble y se rentaba la parte inferior) fue Antonio López de Santa Anna, célebre en aquel momento por haber encabezado el Plan de Casamata, que derribó a Iturbide. Se decía entonces que era novio de María Luisa, la sobrina de Leona Vicario. Abandonado durante mucho tiempo, el inmuebele finalmente pasó a propiedad de la nación el 8 de noviembre de 1978, luego de un desembolso del equivalente a un millón de dólares: 20 millones de pesos.