MIERCOLES Ť 21 Ť NOVIEMBRE Ť 2001

Ť Bush está "en la misma longitud de onda" de Blair, dice vocero de la Casa Blanca

Gran Bretaña no enviará más tropas a Afganistán "sin un entendimiento claro con EU"

Ť Versiones sobre presunto desacuerdo entre ambos gobiernos en torno a la coalición militar

AFP, DPA Y REUTERS

Londres, 20 de noviembre. Gran Bretaña no enviará más tropas suplementarias a Afganistán "sin el acuerdo de Estados Unidos y un entendimiento claro" sobre su papel en el seno de la coalición militar, afirmó hoy el ministro británico de Relaciones Exteriores, Jack Straw.

Las declaraciones de Straw se conocieron luego que Londres y Washington desmintieron rumores de desacuerdos entre el primer ministro británico, Tony Blair, y el presidente estadunidense, George W. Bush, sobre el papel de las tropas aliadas en Afganistán, pues según fuentes de la prensa británica, a Estados Unidos le preocuparía más la captura de Osama Bin Laden que la estabilización del país centroasiático a largo plazo.

Blair y Bush conversaron anoche por teléfono sobre la situación en Afganistán, afirmó un portavoz del primer ministro británico. "Si alguien hubiese escuchado esa conversación, se habría dado cuenta de que nada sostiene las informaciones según las cuales los dos países tienen opiniones divergentes" sobre el tema, añadió el portavoz en rueda de prensa.

Según las fuentes diplomáticas británicas cercanas al Ministerio de Defensa, citadas por los periódicos The Times y The Independent, la Casa Blanca está más interesada en perseguir a Bin Laden, sospechoso de haber ordenado los atentados del pasado 11 de septiembre, y en la caída del régimen talibán, que en establecer una fuerza militar encargada de asegurar y controlar la llegada de la ayuda humanitaria a los afganos.

"Queda mucho por hacer"

Tanto Blair como Bush "reconocieron que, a pesar de los progresos, queda mucho por hacer en el terreno militar", prosiguió el portavoz de Downing Street, precisando que los dos dirigentes analizaron la situación humanitaria.

En Washington, el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, también desmintió los rumores de desacuerdo: "El presidente está en la misma longitud de onda que el primer ministro británico Blair y se apoyan mutuamente", declaró.

Gran Bretaña enfrenta además, según la prensa, la oposición de la Alianza del Norte al despliegue de sus soldados en Afganistán. Esa fuerza manifestó su enojo porque no fue informada del despliegue, el pasado viernes, de cien miembros de una unidad británica de elite en Bagram.

El ministro Straw reconoció hoy que la situación en Afganistán "no deja de cambiar". "Debemos continuar estudiando el tipo de fuerzas que podrían convenir y quién debe enviarlas".

"Tiene toda la apariencia de ser una situación terriblemente difícil y compleja, sin respuestas fáciles (...) las probabilidades de que todo esto se disuelva en una especie de ciénaga, con combates entre facciones, sigue siendo elevada", sostuvo, al comentar la situación, el analista Charles Heyman, editor de Jane's World Army.

En Alemania, por otro lado, el primer ministro británico justificó hoy la campaña militar estadunidense, al hablar ante el congreso del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) en la ciudad de Nuremberg.

El líder laborista argumentó que Europa está igualmente amenazada que Estados Unidos por el terrorismo, y por ello saludó la participación de Alemania en la guerra, al sostener que Berlín no puede jugar el papel que le corresponde en el mundo si no asume cabalmente sus responsabilidades.

El SPD dio hoy un espaldarazo a la nueva política militar del canciller federal Gerhard Schroeder: los 500 delegados aprobaron por abrumadora mayoría la participación de tropas alemanas en la guerra de Afganistán, la primera que tendrá lugar fuera de Europa después de la Segunda Guerra Mundial.

Previamente, Schroeder, quien fue reelegido líder del partido, había advertido sobre el riesgo de "dejarnos caer en un antinorteamericanismo superficial y por momentos sencillamente gratuito".

El canciller federal ha tenido fuertes choques con el ala de izquierda de suafghan_boy_78u partido, y con sectores del aliado gubernamental, Los Verdes, pero logró que los delegados cerraran filas en torno a su política. El mandatario obtuvo la semana pasada por un estrecho margen el voto de confianza del Parlamento para enviar soldados a Afganistán, pero 15 diputados del SPD no dieron el sí hasta después de manifestar su preocupación por esta medida, mientras cuatro miembros de Los Verdes votaron en contra del envío.

España dijo ayer que abogará en la XI Cumbre Iberoamericana de Lima por una rotunda condena al terrorismo internacional, luego de haber planteado el año pasado una condena a ETA que generó una polémica con Cuba, cuyo gobierno consideró que debía condenarse todo tipo de terrorismo. Se espera "la aportación regional a todos los esfuerzos que se hacen para erradicar el terrorismo en el mundo", dijo el presidente del gobierno español, José María Aznar, al referirse a la cumbre del 23 y 24 de noviembre.

Preparan reconstrucción

En Washington, por otro lado, el secretario de Estado estadunidense, Colin Powell, inauguró el primer encuentro preparatorio para coordinar la reconstrucción de Afganistán que, indicó, tiene que comenzar rápidamente en los territorios en los cuales los talibanes ya fueron derrotados.

En la conferencia, los representantes de los siete países más industrializados (G-7) y de otras diez naciones así como instituciones, discutieron la coordinación y el coste de la reconstrucción en Afganistán.

"Tenemos una enorme obligación de no dejar al pueblo afgano abandonado, de no irnos como lo hicimos en el pasado", dijo Powell en la apertura de la reunión, copresidida por Estados Unidos y Japón.

El enviado especial japonés para la ayuda a Afganistán, Sadako Ogata, hizo eco del pedido de Powell de apoyar sostenidamente al pueblo afgano. "No podemos permitir la existencia continua de países fracasados o desamparados que pueden convertirse en semilleros del terrorismo", añadió.

A su vez, el secretario estadunidense del Tesoro, Paul O'Neill, recordó que en Afganistán "uno de cada seis niños mueren antes de su primer cumpleaños, dos tercios de la población es analfabeta y sólo un 13 por ciento tiene acceso al agua".

Powell subrayó además que la discusión, que duró un día, no era una "conferencia de países donantes", y pidió a los delegados que formen un comité directivo para "ayudar a focalizar sus esfuerzos a nivel político", y que luego pongan en marcha otro panel para supervisar la implementación de la asistencia.

Algunos de los países e instituciones que participaron en la conferencia son Inglaterra, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Arabia Saudita, Turquía, la Unión Europea, la Organización de la Conferencia Islámica, el Banco Mundial, el Banco de Desarrollo Asiático y el Banco de Desarrollo Islámico.

Por lo pronto, se anunció que Japón acogerá en enero una reunión ministerial sobre la reconstrucción de Afganistán, después de que se cumplan una serie de reuniones preliminares.

Según datos divulgados ayer por la ONU, se necesitarían unos 6 mil 500 millones de dólares para llevar a cabo un plan de reconstrucción de cinco años. Pero el lunes, la Unión Europea condicionó su ayuda para la reconstrucción afgana a "un comportamiento responsable" de las futuras autoridades de Kabul en el respeto a los derecho humanos.