MIERCOLES Ť 21 Ť NOVIEMBRE Ť 2001

Ť Por falta de seguridad cancelan manifestación por calles de Kabul

En asamblea, cientos de mujeres afganas exigen sus derechos, entre ellos, educación y trabajo

Ť Autoriza la Alianza del Norte reabrir puertas de sala cinematográfica

AFP Y REUTERS

Kabul, 20 de noviembre. Unas 200 mujeres afganas, reunidas en asamblea y con la cara descubierta, raclamaron este martes sus derechos, entre ellos recibir educación y trabajar.

La asamblea fue realizada a iniciativa de una ex responsable de la Cruz Roja afgana: Soraya Parlika. "Somos iguales a los hombres y tenemos los mismos derechos que ellos", dijo a las mujeres, quienes acababan de inscribirse en el movimiento Mujeres de todo el país.

Las participantes tenían previsto manifestarse por las calles del barrio número uno, Kabul, hasta la sede de Naciones Unidas, en el centro, pero representantes del Ministerio de Seguridad las disuadieron, según Parlika. "Me explicaron que no podían garantizar la seguridad durante el trayecto por falta de policías", manifestó. Las mujeres que asistieron a la asamblea insistieron en que la educación y el trabajo son los dos derechos que urge recuperar.

En acción, Laura Bush y Cherie Blair
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En este sentido, la esposa del presidente de Estados Unidos, Laura Bush, se ha dado a la tarea de defender los derechos de las mujeres afganas. El primer paso lo dio el sábado pasado, cuando durante el tradicional programa sabatino de su marido afirmó que "la guerra contra el terrorismo es también una batalla por los derechos y la dignidad de las mujeres".

En entrevista con Reuters, Laura Bush indicó que las mujeres afganas "desempeñaron un papel muy importante en el país, antes de los talibanes. El 15 por ciento de la legislatura estaba integrada por mujeres", señaló.

La esposa del primer ministro de Gran Bretaña, Cherie Blair, hizo un llamado el lunes, junto con dos refugiadas afganas, a ayudar a las mujeres de Afganistán a reconquistar sus derechos violados bajo el régimen de los talibanes.

"Las aquí presentes lo demuestran: las mujeres afganas son aún capaces de desmentir su imagen oprimida", declaró Cherie Blair. "Debemos ayudarlas a liberarse de esta imagen y a devolverles la palabra para que puedan crear un Afganistán mejor", subrayó.

Los talibanes, que tomaron el poder en septiembre de 1996, prohibieron a las afganas trabajar, educarse y salir a la calle sin vestir la burka, el atuendo que las cubre de cabeza a pies.

Las afganas, que tampoco podían andar solas en las calles, siguen llevando velo estos días, y sólo unas pocas se han reincoporado al trabajo, sobre todo en organizaciones humanitarias.

Las muestras de libertad

En otra muestra de la Alianza del Norte, integrada por las minorías uzbeka, tadjika y hazare, de que darán más libertades que los talibanes, el cine Bajtar, el más conocido de Kabul, reabrió sus puertas el lunes al público masculino, que privado de películas durante el régimen talibán, durante cinco años, se abarrotó en la sala provocando un caos indescriptible. La policía tuvo que controlar a los que querían entrar al local donde se exhibía la popular cinta Uruj (Ascensión).

Dos hombres fueron arrestados, mientras la función comenzaba a las 10 de la mañana. Aplausos ensordecedores recibieron las primeras imágenes de la película. La sala, con sus sillones de madera desgastados, un techo agujereado y una pantalla de tela blanca remendada, exhibió además las cicatrices de un largo abandono. Los 650 asientos fueron ocupados, así como los pasillos.