DOMINGO Ť 18 Ť NOVIEMBRE Ť 2001

Ť Bárbara Jacobs

El peligro de recordar

Pensaba en el concepto de Tomar posesión de algo, y su relación con el plagio. Era necesario distinguir entre hurtos. Por ejemplo, si leo un ensayo, digamos, de la ensayista M.F.K. Fisher en una revista y, luego, cito en un trabajo mío el ensayo de Fisher, pero no doy la ficha de la revista, Ƒqué delito cometo? O un poema, podría ser, de Archibald MacLeish, que leo en una antología bilingüe, inglés/español, y ni siquiera reparo en la traducción. O, por último, una cita de Max Frisch entre los extractos de Diario de un escritor, en una antología de diarios.

Dice Frisch: ''Cada vez con más frecuencia me asaltan recuerdos que me horrorizan. Por lo general, estos recuerdos no son horrendos en sí mismos, sino nimiedades que uno no relataría en la cocina, o si va de pasajero en un coche. Lo que me horroriza es, más bien, el descubrimiento de que he estado ocultándome a mí mismo mi propia vida''.

La cosa se complica cuando se registra toda la verdad. Llevo días pensando en que debo hacerme tiempo para leer a Frisch y a Archibald MacLeish, que no tienen, por otra parte, que yo sepa, nada en común. Sin embargo, hoy se fusionaron en estas páginas, y con M.F.K. Fisher, por órdenes cosmológicas. No los buscaba en el momento en que los encontré. Pero este no es el tema.

Logré concentrarme en el del Diario. He estado reflexionando sobre qué hacer con mis diarios. Hoy por hoy me parece menos cuesta arriba quemarlos que leerlos. Frisch quemó buena parte de los suyos; no se arrepintió, pero se sintió vacío. A veces yo agradecería sentirme vacía. Posesionarse de una persona a través de su diario es una experiencia extraña. Llegas a creer que los recuerdos que registró en su diario son tuyos. De pronto, bajo la ducha, recuerdas el día de pesca en el Mar del Norte cuando no pescaste -ƑNo pescaste? ƑTú? Tú nunca has estado en el Mar del Norte. Recordar un recuerdo ajeno es plagio. Un escritor es un plagiario, entonces, por naturaleza. Toma posesión de la vida de sus personajes. Se mete en sus zapatos, para lo cual ha de ajustar su pie al zapato, no al revés.

Lo que observa Frisch es terrible en sí mismo. Sentir que ha estado ocultándose a sí mismo su propia vida, y que han sido recuerdos sin importancia, que lo asaltan de pronto, pero cada vez con más frecuencia, los responsables de haberle revelado que, al haberlos tenido olvidados, quedaba claro que se había estado ocultando su propia vida. ƑQué significa esto? Para empezar, si se refiere a los recuerdos como horrorizantes, y al efecto que ejercen sobre él como horrendo, no está hablando de cosas agradables. Y aun cuando se refiera a esos recuerdos como nimiedades, al definir que no los relataría en la cocina, o si va de pasajero en un coche, implica que, pequeñeces o no, oírlas repugnarían a quien cocinara; y, poca cosa o no, oírlas orillarían a producir un accidente de tráfico a quien condujera el coche. ƑQué puede ser tan horrendo en la vida de Frisch, suizo, novelista y dramaturgo, nacido en 1911? Aquí y allá, desconcertante, Frisch.

ƑHa tomado posesión de su vida quien de pronto, a través de recuerdos horrendos que le vienen a la memoria, se da cuenta de que se ha ocultado a sí mismo su propia vida? La toma de posesión de la vida de un hombre ordinario, versus la de un autor y, ésta, versus la de un autor dramático. Montar, más que una escena, una ceremonia; investirse, más que de un papel, o de algún símbolo, de un espejo de mano real. Alzar la mano con el espejo a la altura de tu cara, y verte en él. O escribir un diario, y escribir en él la verdad.