DOMINGO Ť 18 Ť NOVIEMBRE Ť 2001

Ť Wolfensohn pidió a naciones ricas duplicar la ayuda pero no se concretó en un plan

Pese al llamado en favor de países pobres, el G-20 no hizo compromiso

Ť Deberían ser ''modestas y limitadas a algunos casos'' las necesidades suplementarias de aligerar el débito en el programa para los altamente endeudados, coincidieron FMI-BM

AFP

Ottawa, 18 de noviembre. Los ministros de Finanzas y jefes de bancos centrales del grupo de países industrializados y en desarrollo que forman el G-20 multiplicaron en su reunión las declaraciones a favor de las naciones pobres, pero no adoptaron ninguna iniciativa. Sólo el ministro de Finanzas canadiense, Paul Martin, que preside el bloque, evocó una ''suspensión'' de la deuda de los países más pobres, pero no ofreció detalles sobre la misma.

El presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn, llamó por su parte a duplicar la ayuda de los países ricos a los más pobres, actualmente de unos 50 mil millones de dólares por año. Sin embargo, en la declaración final de la reunión del G-20 no figura ningún compromiso concreto.

Hay que pensar en iniciativas de ''suspensión de la deuda para los economy_ottawa_s17p1países emergentes que tienen dificultades luego de los atentados del 11 de septiembre. Hay que reconocer que los países pobres tienen problemas para pagar su deuda y que habrá que tenerlo en cuenta'', afirmó Paul Martin.

Interrogado por Afp, subrayó que estas iniciativas de suspensión de la deuda formarían parte de la Iniciativa de Países Pobres Altamente Endeudados (HIPC, por sus siglas en inglés) del FMI y del Banco Mundial.

Pero, según la declaración común de Horst Koehler, director general del FMI, y de James Wolfensohn, en la reunión del Comité Monetario y Financiero Internacional (CFMI) realizada este sábado, ''las necesidades suplementarias de aligeramiento de la deuda en el marco del programa HIPC deberían ser modestas y limitadas a algunos casos''.

El FMI acaba de recibir nuevos fondos de varios de sus países miembros, fundamentalmente Japón y Francia. Esto debería permitirle aumentar el monto de su programa para la reducción de la pobreza y para impulsar el crecimiento en 4 mil 100 millones de dólares. Entre mil 500 y 2 mil millones podrían ser utilizados el año próximo por países en desarrollo en dificultades por la desaceleración de la economía mundial.economy_ottawa_s17p2

Está lejos de los 50 mil millones evocados por Wolfensohn y por el ministro de Finanzas británico, Gordon Brown, que preside actualmente el CFMI, la instancia dirigente del FMI.

El FMI y el Banco Mundial también llamaron el sábado a los países donantes a aumentar su ayuda directa para el desarrollo. El objetivo de las Naciones Unidas (ONU) en la materia es verlos consagrar al menos 0.7 por ciento de su producto nacional bruto (PNB) anual a este efecto, pero el promedio para el G-7 es actualmente de 0.22 por ciento, variando desde 0.1 por ciento para Estados Unidos a 0.33 para Francia.

Presente en Ottawa, la organización no gubernamental Oxfam afirmó que solamente 2 por ciento de la ayuda internacional al desarrollo se dirige a la educación, mientras 15 mil millones de dólares suplementarios por año serían suficientes para aportar a cada niño de los países en desarrollo una educación básica.

Según Oxfam, la diferencia entre 0.22 por ciento del PNB de ayuda directa al desarrollo otorgado actualmente por los países ricos y 0.7 por ciento deseado por la ONU representa 107 mil millones de dólares por año.

Duplicar la ayuda representaría un aumento de 20 mil millones de dólares para Estados Unidos, de 10 mil millones para Japón, de 4 mil millones para Alemania, de 3 mil millones para Gran Bretaña y 2 mil 700 millones para Francia, afirmó Oxfam.

Miles de activistas en calles de Ottawa

Ottawa, 17 de noviembre. Entre 2 mil y 5 mil manifestantes de grupos antiglobalización salieron este sábado a las calles de Ottawa y se produjeron escaramuzas con la policía.

''Al menos 14 militantes fueron arrestados'', señalaron las autoridades, aunque no hubo heridos en los choques ocurridos durante las deliberaciones del Grupo de los 20, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

Cientos de manifestantes desafiaron a las fuerzas policiacas desplegadas ante el Centro de Conferencias donde transcurrieron las reuniones. El enfrentamiento duró varias horas, salpicado por algunos intercambios de proyectiles, y en medio de un frío glacial.

Un puñado de manifestantes derribó las barreras metálicas que delimitan el cordón de seguridad y las fuerzas antimotines recurrieron a lanzar chorros de agua contra los inconformes.

Entre los activistas se contaban estudiantes, comunistas ''revolucionarios'', ecologistas, sindicalistas, anarquistas e incluso pacifistas llegados de Canadá y Estados Unidos. Denunciaban desde los efectos nocivos de la apertura indiscriminada de los mercados hasta la ocupación israelí en los territorios palestinos.

Decididos a ''hacer caer el G-20, el FMI y el BM'' y con carteles que rezaban: ''Wall Street, Auschwitz!'' y ''la ganancia es el enemigo'', se pasearon delante del cordón de seguridad policial que bloqueaba la entrada al Centro de Conferencias.

La policía dijo que en un recorrido matinal por lugares cercanos a la sede de la cumbre se encontraron evidencias de planes para hacer cocteles molotov. Según la misma fuente, los raros desbordes que marcaron el desfile de este sábado, que reunió a unas 500 personas, provocaron cinco heridos leves del lado de los manifestantes.

La tensión se incrementó entre los manifestantes que cantaban consignas y exhibían lienzos anticapitalistas y los policías armados con palos y escudos, cuando éstos detuvieron a los activistas en un puente carretero y hurgaron en sus pertenencias.

AFP, DPA, REUTERS