DOMINGO Ť 18 Ť NOVIEMBRE Ť 2001
Ť Reciben ayuda pública 6 millones de cubanos damnificados por el paso de Michelle
Confirma Castro la negociación con EU para comprar alimentos, medicinas y materias primas
Ť Posible, que se realice la primera operación comercial entre ambos países en 40 años, dice
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 17 de noviembre. Fidel Castro confirmó hoy que está en marcha una negociación sin precedente entre Cuba y Estados Unidos para que en forma excepcional y por una sola vez la isla compre al contado en ese país alimentos, medicinas y materias primas, que podrían ser transportadas en barcos estadunidenses o de un tercer país.
"No recuerdo el día exacto en que llegó la última mercancía (de Estados Unidos)", dijo en un discurso de cuatro horas y media que comenzó en la noche del viernes y terminó en la madrugada del sábado.
"Es posible que por primera vez en 40 años o un poco más" haya otra operación comercial entre los dos países, agregó.
"Desde luego la posición nuestra es que el bloqueo debe cesar -subrayó Castro-. Si usted no puede vender Ƒcon qué puede comprar? Pero, a mi juicio, es positivo que este hecho haya ocurrido. Con honradez debo decirlo... con paciencia esperaremos que los obstáculos que existen se vayan reduciendo, y que un día el bloqueo (económico de Estados Unidos) desaparezca, porque ya es prácticamente insostenible".
Castro reveló que contactos entre Washington y La Habana en los últimos días sirvieron para esclarecer que, bajo las rígidas leyes del bloqueo, una petición cubana de que sus propias naves trajeran la mercancía tenía el riesgo de que al llegar a puerto estadunidense los buques fueran so-metidos a procedimientos judiciales.
"Explicaron que lo más difícil era el en-vío de los barcos", dijo el mandatario, en referencia a las autoridades estadunidenses. Cuba reconoció que "la dificultad era objetiva" y en cambio "propusimos que se buscase la mercancía en barcos de terceros países, sin excluir buques estadunidenses".
"Eso pareció ser el único obstáculo que quedaba y están prosiguiendo los demás trámites", añadió Castro, quien habló en la sesión de clausura del Encuentro Hemisférico de Lucha contra el ALCA (Area de Libre Comercio de las Américas), un foro que reunió durante cuatro días a cientos de activistas de la región opositores al proyecto que negocian los gobiernos de toda la región, excepto Cuba.
Mesura y tono conciliador
El discurso del presidente Castro estuvo matizado por giros de acentuada mesura y tonos conciliatorios. Aunque respaldó las conclusiones del encuentro, omitió referirse directamente al proceso del ALCA y a los gobiernos participantes.
Evitó hablar del exilio cubano en Miami, sede del anticastrismo radical, y anunció que su gobierno está considerando abolir la pena de muerte, uno de los temas espinosos en las relaciones internacionales de Cuba.
"No dejamos de apreciar el gesto y lo hemos dicho. Lo cortés no quita lo valiente. Nunca andamos con pretextos ni mentiras", dijo Castro sobre la operación con Washington, originada por una oferta de ayuda humanitaria a Cuba, tras el paso del huracán Michelle, hace dos semanas.
"Es útil para el país", subrayó el presidente cubano, porque está destinada a "crear de inmediato nuevas reservas".
La operación se realiza al amparo de ex-cepciones previstas en 1992 y 2000 en el enjambre legal que regula el bloqueo estadunidense. Cuba rechazó la ayuda ofrecida por Estados Unidos, pero replicó con una propuesta que detonó el proceso en curso y marcó un viraje en la posición de La Habana, que hasta ahora mantenía un firme rechazo a emplear esas rendijas legales para no comprar "ni un grano" a Estados Unidos, a menos que se anulara el bloqueo por completo.
En declaraciones de prensa el viernes, en la Organización de Naciones Unidas, el canciller cubano, Felipe Pérez Roque, dijo que su país presentó al gobierno estadunidense una lista de productos que integrarían la compra excepcional y entró en contacto con 15 empresas agrícolas y farmacéuticas para explorar la operación.
Castro informó que a consecuencia del huracán Michelle hay unos 6 millones de personas que están recibiendo ayuda pública, más de 100 mil casas resultaron afectadas y de ellas más de 10 mil quedaron totalmente destruidas.
Dijo que el auxilio surgió de inmediato gracias a la reserva: "Siempre tenemos reserva de alimentos, de otros productos, de material de construcción".
En contraste con el escenario, una reunión de radical oposición al ALCA y a la política estadunidense hacia el hemisferio, Castro imprimió notables gestos de moderación a su discurso.
Habló de las virulentas objeciones del exilio cubano a las excepciones al bloqueo, pero dijo: "No es un tema del cual quiera hablar en este momento. No es necesario. Incluso, a mi juicio, no sería conveniente".
Después aludió a una reciente visita del canciller belga, Louis Michel, que sirvió como preámbulo para que Cuba y la Unión Europea reanuden el diálogo político dentro de dos semanas.
Recordó que el bloque comunitario aún rechaza normalizar su relación económica con la isla, por objeciones relativas a los derechos humanos.
Castro no mencionó que una de esas objeciones es la persistencia de la pena de muerte, pero dijo a continuación: "Tenemos otras ideas que nos permitirán un día, y por nuestra propia decisión, abolir la pena capital. Y no por tener más amigos o me-nos amigos, sino porque queremos conocer a los seres humanos".
El mandatario cubano invocó el torbellino de enfrentamientos que tuvo su gobierno en la primavera pasada, después de que la Comisión de Derechos Humanos de Na-ciones Unidas aprobó una resolución de condena a la isla, y entre los choques diplomáticos surgidos alrededor de ese episodio, Castro recordó que llamó "lamebotas del imperialismo yanqui" al presidente argentino Fernando de la Rúa.
Dijo que había sido una descortesía y que había ofrecido disculpas. Parecía otro puente conciliatorio de Castro, pero resultó al re-vés. "Espero que me perdonen", agregó. "No digo que estoy arrepentido, porque ya le expresé que nunca he dicho mentiras".
La reunión contra el ALCA, a la que asistieron unos 800 activistas de 248 organizaciones del hemisferio, concluyó con un re-sumen de los debates, llamado Consenso de La Habana, que convoca a incrementar las movilizaciones sociales contra la expansión del neoliberalismo en la región.
El encuentro se distanció claramente del terrorismo, al condenarlo y lamentar los ataques de septiembre en Estados Unidos, y al mismo tiempo repudió el ataque estadunidenses contra Afganistán.
Acordó también elaborar una agenda continental de integración social, fortalecer las campañas contra el ALCA y prevé movilizaciones en torno a los próximos en-cuentros gubernamentales que darán seguimiento al proyecto, una reunión ministerial en Quito (noviembre de 2002) y la tercera cumbre de jefes de Estado y de gobierno (Buenos Aires, abril de 2003).
El Plan de Acción del Encuentro llama a la participación activa para preparar el Segundo Foro Social Mundial de Porto Alegre, que se celebrará en enero próximo, y a la organización de un segundo Encuentro Hemisférico de Lucha contra el ALCA.