JUEVES Ť 15 Ť NOVIEMBRE Ť 2001
Ť Rectores y alumnos rechazan la "uniformidad idiomática y cultural" que pretende Aznar
Marchan millones en España contra la propuesta de ley para las universidades
ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL
Madrid, 14 de noviembre. Al menos tres millones de estudiantes, profesores y rectores participaron en marchas que se celebraron en esta capital y en las principales ciudades de todas las provincias españolas, y se unieron a un paro nacional para protestar contra la nueva Ley Orgánica de Universidades (LOU), que reformará aspectos medulares del sistema educativo español para las próximas décadas.
El presidente del gobierno español, José María Aznar, pretende aprobar, pese a las protestas, una nueva ley educativa para la uniformidad idiomática y cultural, lo que ha despertado recelo en casi todas las comunidades autónomas del Estado español.
Aznar, gracias a la mayoría absoluta parlamentaria que lo apoya, ha anunciado que aprobará "sin duda alguna" la polémica ley en el Congreso este mismo año.
La compleja y diversa estructura de las universidades españolas ha levantado la voz contra la ley educativa que el gobierno ha presentado como eje de su nueva etapa de gestión, para lo que Aznar nombró a Pilar del Castillo, una reconocida socióloga que desde el año 2000 funge como ministra de Educación, Cultura y Deportes.
La ley, lejos de buscar un consenso entre los sectores más sensibles a las reformas, como son los rectores, los profesores, los sindicatos y los alumnos, parte en solitario a un proceso de aprobaciones parlamentarias que desde hace al menos cuatro semanas ha provocado que estudiantes y profesores salgan a la calle a rechazar la normatividad, congregados en una asociación que representa a más de cien agrupaciones.
Hoy mismo, según estimaciones de las organizaciones convocantes, al menos tres millones de personas secundaron la protesta; sólo en Madrid se calcula que 100 mil personas participaron en actos de protesta contra la LOU, y denunciaron frente al Ministerio de Educación lo que llamaron la "nueva imposición de la derecha".
Este movimiento contra la LOU reclama otro tipo de modificaciones a la ley de universidades, pues prácticamente todos están de acuerdo en que la reforma es inevitable. Pero los estudiantes, los profesores y los rectores afirman tener otras prioridades que las que refleja en su propuesta el gobierno de Aznar, que ha dicho que busca sentar las bases de una nueva universidad y una educación pública.
Alumnos, profesores y rectores coinciden en reivindicar tres aspectos: el mantenimiento del carácter público de la educación, la necesidad de mejorar las infraestructuras del entramado educativo y la urgencia de reconocer el carácter "diferencial" de algunas comunidades autónomas, como la catalana y la vasca, que reivindican su bilingüismo.
El movimiento de protesta contra la LOU es, según todos los especialistas consultados por La Jornada, algo "completamente nuevo" en la democracia española, ya que nunca antes se había intentado aprobar una ley que pretendiera la uniformidad cultural y la privatización de las universidades, que pese a las condiciones más adversas ha permitido dotar de educación media superior a toda la población; un suceso inédito en un país que salió hace apenas tres décadas de la dictadura.
"Los estudiantes volvemos a manifestarnos para decir que sabemos muy bien por qué protestamos, porque falta lo fundamental, un plan de financiamiento, y porque estamos en contra del nuevo sistema de acceso a la universidad", explicaron los estudiantes en un comunicado leído hoy ante el Ministerio de Educación.
Según el movimiento contra la LOU el meollo de las protestas es una cuestión primordial de las "democracias emergentes": defender el "derecho a la educación de primer nivel y en igualdad de condiciones" para todas las clases sociales, que según los sindicatos de estudiantes de izquierda, se verá mermado por la nueva ley que parte de la base irreal de creer que "todos tenemos las mismas condiciones familiares para acceder a la educación universitaria y que todos podemos pagar por ella", explicó Luis Miguel Fernández, un manifestante que resultó herido por la carga policial que alteró la protesta de hoy en Madrid y que, pese a todo, fue la concentración más exitosa de un movimiento estudiantil, en un día en el que prácticamente todas las universidades públicas del país permanecieron desiertas y, al mismo tiempo, repletas de pancartas de rechazo a la nueva ley universitaria.
Esta protesta se suma a la que se celebró ayer en Cataluña, donde más de 50 mil jóvenes ocuparon las calles para exigir respeto a sus reivindicaciones, entre las que destacó la cuestión del idioma. La marcha fue disuelta por un operativo policial que entró en acción cuando estudiantes quemaron frente al ayuntamiento de Barcelona una bandera española.
Gobernante contra rectores
La nueva ley de universidades tiene antecedentes polémicos, sobre todo suscitados por el propio Aznar, quien el pasado 19 de septiembre acusó a los rectores de universidades de practicar el "corporativismo rancio" por su frontal oposición a la nueva ley. El gobernante consideró entonces que no era momento de "escuchar monsergas", porque a su juicio su propuesta universitaria es lo que "España necesita". El presidente del gobierno añadió que "no va a ser fácil ni cómodo, pues algunos creen que la educación la han inventado ellos, que es cosa de progres, pero cuanto menos sea cosa de progres, mejor".
Aznar defendió ante las tesis de los presidentes autonómicos la premisa de que "ya no vale pedir más y más, pues los profesores no son animadores infantiles y nosotros necesitamos docentes que enseñen y que no se tengan que dedicar a amenazar, porque las soluciones homogéneas perjudican a los débiles".
Estas duras críticas a los rectores tuvieron respuesta inmediata cuando éstos emitieron un comunicado en el que expresaron que la nueva ley de universidades "no se adapta" a lo que necesita la sociedad en estos momentos, y hace notar que el gobierno pretende aprobar una ley que ha logrado despertar malestar en prácticamente todos los sectores afectados.
Las autoridades universitarias añadieron: "Aznar desconoce radicalmente la universidad española y además la desprecia". Sindicatos y estudiantes anunciaron que si la ley se aprueba, se hará un llamado a la "desobediencia civil".