En el camposanto del Zócalo se presenta hoy Pablo Milanés
Ť Artistas muestran panteones al estilo prehispánico, colonial y contemporáneo
ARTURO CRUZ BARCENAS Y JORGE CABALLERO
La mitad del Zócalo es desde ayer un camposanto. Tres grupos de jóvenes artistas presentan, desde su singular punto de vista, la forma en que los festejos del Día de Muertos han evolucionado desde la época prehispánica, durante la Colonia y en los tiempos que corren. Este será parte del escenario donde hoy cantará Pablo Milanes en un recital llamado En Día de Muertos, organizado por el Instituto de Cultura de la Ciudad de México.
Primero, el maestro Sergio Otero diseñó -para el panteón prehispánico, de unos 300 metros cuadrados- un tzompantli (el concepto lleva a un muro con calacas, pero en este caso no hay tal) para ejemplificar el culto a los muertos. Lo que su imaginación hizo arrojó un ábaco en el que las cuentas son cráneos. El tiempo es colorido, los números de hueso. Los niños que están empezando a contar identificarán el objeto, que esta ocasión es de gran formato.
Otro que también le echó materia craneal fue Nuriván Galván Rodríguez, quien se hará cargo de presentar el camposanto colonial. Diseñó dos panteones: el de los ricos y el de los pobres. Del periodo que trató, señaló que la fiesta de Día de Muertos sufrió importantes modificaciones luego de la llegada de los españoles, al relacionarse las creencias autóctonas con la religión católica. "La muerte es un tema referido a los usos y costumbres de determinado grupo social. En la Colonia había castas; para cada una había diferentes formas de manifestar el respeto a los muertos. No había una, sino muchas. Hay rito o liturgia, y sincretismo".
Añadió que la clase alta, los nobles y los poderosos vivían tratando de cumplir los ritos católicos. Se les enterraba con toda la pompa y se erigían piras muy adornadas y alegóricas. El adorno era de primera importancia y cumplía una función pedagógica, ya que la mayoría del pueblo era analfabeto. Los poderosos se hacían enterrar en los atrios de las iglesias, e incluso dentro de ellas; se hacían construir mausoleos.
Los más modestos (el pueblo) se enterraban en cementerios que no necesariamente estaban dentro de las iglesias, lo cual permitió el ritual pagano como lo conocemos en nuestros días. Todo esto recibió la influencia de los estilos barroco, rococó, churrigueresco y neoclásico.
"Mi área de trabajo es de 40 por 14 metros (500 metros cuadrados). Rememoro las costumbres de cinco siglos, haciendo énfasis en que la clase pudiente vivía en obediencia a la Iglesia católica. El Día de Muertos no es la excepción. Es una manera simple de presentar todo esto. Lo resolví con arquitectura y escenografía, sin fijarme a un estilo determinado."
La tercera parte, el panteón contemporáneo -de unos 400 metros cuadrados- está a cargo del Grupo de Teatro y Multidisciplinario Los Olvidados, AC, chavos que trabajaron una ofrenda dedicada a la época de oro del cine nacional.
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Hoy a las 18 horas, en la mitad de Zócalo que queda libre, se presentará el cubano Pablo Milanés. El cubano dijo: "Es la tercera vez que me presento en el Zócalo en un año; lo más valioso es que me invitaron a una de las celebraciones más importantes para los mexicanos, que me hagan partícipe de esta tradición".
Sobre su repertorio adelantó: "Fundamentalmente voy a presentar canciones de los dos últimos discos y muchas canciones conocidas coreadas por el público". Agregó que los cubanos ven a la muerte "mucho más trágica, con más dolor; no nos acostumbramos a este tipo de celebración que tienen aquí desde tiempos inmemoriales, que se ha convertido en una tradición imperecedera que respeto y quiero. Me parece que tienen mucha razón en celebrar algo inevitable con tanta festividad. Por otro lado es un respeto, un homenaje a los muertos, un recordatorio a los que se han ido y que siempre están con nosotros, es una manera sui géneris de celebrar en el mundo. Indudablemente, es la mejor forma de celebrarlo".
Acerca de sus canciones que hablan de la muerte Milanés apuntó: "Tengo un sentido de la muerte muy especial. La intuyo de otra manera, mucho más trágica. A cualquier ser humano que no tiene esta conciencia de la muerte le tenemos miedo".
El Instituto de Cultura de la Ciudad de México ha organizado un programa que iniciará a las 10 de la mañana, por lo que usted perfectamente puede irse desde temprano y vivir la fiesta de Muertos.