JUEVES Ť Ť NOVIEMBRE Ť 2001

MEXICO S.A.

Carlos Fernández-Vega

SI LA GUERRA SANTA QUE encabeza el ayatola George W. Bush no resulta suficiente como para poner en duda el futuro inmediato del planeta no hay de qué preocuparse, porque ayer los globalifílicos bancos Mundial e Interamericano de Desarrollo decidieron sazonar con pimienta negra el ya de por sí delicado ambiente que vive la humanidad.

TRES SEMANAS DESPUÉS del inicio formal de la guerra, el osado Osama no aparece, el talibán no cae, el ayatola Bush pierde popularidad ante la carencia de resultados concretos -más allá de asesinar civiles y destrozar las instalaciones de la Cruz Roja en Afganistán- y la sociedad estadunidense se encuentra inmersa en un ataque de histeria colectiva ante la inseguridad que le provoca, a estas alturas, vivir en el país más seguro del mundo.

MIENTRAS LOS GÜEROS se dedican a gil_herrera_senadopracticar su especialidad, los mortales del resto del planeta sufren en carne propia -con o sin regateos- las consecuencias de los ataques terroristas en Nueva York y Washington. En este sentido, la advertencia del Banco Mundial no puede ser más que alentadora: "Las economías globales muestran síntomas de enfilarse hacia una recesión, panorama que se agravó tras los atentados en Estados Unidos del 11 de septiembre pasado. Si bien el impacto económico de los atentados en Estados Unidos es impreciso por ahora, desataron fuerzas impredecibles que han elevado el riesgo de una caída global. El panorama a corto plazo para las naciones pobres es sombrío, debido a la desaceleración económica que se produjo en Estados Unidos, Europa y Japón. Se prevé que el crecimiento de los países en desarrollo disminuirá a 2.9 por ciento en 2001 (contra 5.5 registrado en 2000), con un severo perjuicio en América Latina, el este de Asia y el sur del Sahara africano. Si los países industriales comienzan a recuperarse a mediados de 2002, el crecimiento de las naciones en desarrollo podría llegar a 3.7 por ciento ese año, aunque existen fuertes posibilidades de que eso no ocurra''.

DE ACUERDO CON EL BANCO Mundial, ''los ataques contra Estados Unidos agregaron un peso enorme a la agobiada economía mundial, lo cual es riesgoso porque es la primera vez desde 1982 que Estados Unidos, Europa y Japón han entrado juntos en una fase descendente''. Además, el impacto de dichos atentados agravó el deterioro en el crecimiento del comercio, que experimentó una de las desaceleraciones más graves de los últimos tiempos al reportar un avance de sólo uno por ciento, contra 13 por ciento de 2000.

LOS PAISES EN DESARROLLO enfrentan una caída de 10 puntos porcentuales en el crecimiento de la demanda de sus exportaciones, lo cual menoscaba gravemente su crecimiento. Por ello, recomendó impulsar una ''nueva arquitectura comercial'' (una nueva ronda de negociaciones en la OMC), la cual implicaría ''reformular el sistema de comercio mundial y reducir barreras comerciales''. De ponerse en práctica esa propuesta, según los cálculos del organismo, los ''efectos positivos'' para las naciones pobres -que nunca llevan prisa- se observarían a partir del año 2015, siempre y cuando, desde luego, las cosas salgan bien.

POR SU PARTE, EL VATICINIO del Banco Interamericano de Desarrollo divulgado por su presidente, Enrique Iglesias, no resulta menos dramático que el divulgado por el Banco Mundial, toda vez que tácitamente reconoce la posibilidad de que en el primer decenio del siglo XXI se repita la trágica experiencia que vivieron las naciones de la región en los años 80 (''la década perdida'') cuando el comportamiento de sus economías en todo el periodo fue negativo.

EL PRESIDENTE DE ESA organización subrayó que América Latina y el Caribe ''enfrentan las consecuencias económicas de los ataques terroristas en su peor coyuntura quizás en décadas. Esta es una de las coyunturas más difíciles que ha tenido la región quizás en varios decenios; los peligros vienen por el lado de la descentralización financiera, la recesión y el desempleo, y lo que agravaría las cosas sería que tuviéramos una involución frente a los avances importantes de los últimos años. El primer impacto de los ataques fue sufrido por la industria turística en el Caribe, en Centroamérica y en países sudamericanos''. Por lo anterior, en 2001 la región no crecerá, si bien le va, más allá de uno por ciento, contra 4.5 por ciento un año antes.

DE ACUERDO CON EL BID, las naciones de América Latina y el Caribe han registrado un descenso en el flujo de remesas de los trabajadores migrantes, el incremento -10 por ciento- en el costo de las exportaciones por razones de ''seguridad y precio del capital'' y una caída de 26 por ciento (excluido el petróleo) en el precio de las materias primas que exportan, por lo cual la región está dejando de percibir entre 60 mil y 70 mil millones de dólares. Además, los mercados de capitales se encarecieron ''de forma extraordinaria'': en 1997 la región pagaba 2.6 por ciento de sobretasa en relación con los bonos del Tesoro de Estados Unidos; en 2001 ese sobre precio está por encima de 10 por ciento, y en países como Argentina mucho más arriba de esa proporción. ''La corriente hacia los países que venían usando los mercados de capital se ha venido reduciendo sensiblemente. En 1997 y principios de 1998, entraron 100 mil millones de dólares. Hoy en día la cifra previa a marzo de 2001 bajó a 50 mil millones. La inversión en cartera prácticamente desapareció: eran 50 mil millones y ahora estamos casi en cero. La inversión extranjera, generalmente más resistente a los impactos a corto plazo, ha sufrido una reducción significativa de 72 mil millones de dólares en septiembre de 1998 y 1999 a un nivel actual de 57 mil millones''.

SIN LUGAR A DUDAS, todo lo anterior reforzaría la sólida tesis de que no es tiempo de regatearle apoyos a los guerreros del norte. ƑO sí?

Las rebanadas del pastel:


ADIVINANZA: JUNTO CON el presidente Fox y un grupo de secretarios de Estado firmó el decreto expropiatorio, hizo público un análisis del sector, ofreció una conferencia de prensa sobre el tema, cuantificó el volumen de recursos públicos que se destinarían al ''rescate'' y calificó de ''ordeñadores'' a los empresarios expropiados, pero no tiene la menor idea de por qué se tomó esa decisión. ƑQuién es? šBrujos!: Francisco Gil Díaz, desde luego. De acuerdo con un despacho de Notimex, el funcionario ''reconoció que desconoce los criterios técnicos mediante los cuales se expropiaron 27 ingenios azucareros en busca de su rescate. Ante una comisión de senadores que le exigió explicar el método por el cual soportaría la expropiación, señaló que no participamos en esa decisión por lo que no sabemos el cómo o el por qué fueron escogidos esos ingenios''.

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