JUEVES Ť Ť NOVIEMBRE Ť 2001

Ť Foro Globalización, terrorismo y guerra, en la Fundación Heberto Castillo

Viraje reaccionario de la política exterior: Gilly

Ť México debe definir si está del lado de la barbarie o de un nuevo orden, dice Villoro

RENATO DAVALOS

En el foro Globalización, terrorismo y guerra, efectuado en la Fundación Heberto Castillo, se analizó la coyuntura internacional y la circunstancia mexicana frente a la guerra en Afganistán. Sobre el particular, Adolfo Gilly dijo que la política exterior en México ha tenido un viraje reaccionario sin precedente en décadas. No se trata de decidir, pero sí de hacerse respetar, expresó.

Para Luis Villoro, México debe definir de qué lado está: si de la barbarie o de un nuevo orden que combata la desigualdad. Consideró que el país parece seguir la opción más fácil, a favor de una alianza militar que combate el terror con más terror. Por su parte, Víctor Flores Olea afirmó que las manifestaciones en contra de la guerra crecen día con día, en una realidad en la que Estados Unidos ha decretado el fin de las soberanías.

Al foro también acudieron John Saxe-Fernández, Miguel Concha y María Teresa Juárez viuda de Castillo.

Los ponentes suscribieron un documento en el que establecen que, frente a la guerra, el gobierno mexicano está obligado a someter todas las acciones violentas a las exigencias del derecho internacional y bajo la competencia de la ONU. También solicitan el cese de los bombardeos en Afganistán y las amenazas bélicas a los demás países de Asia central.

México, añaden, debe impulsar las medidas antiterroristas en la agenda bilateral, sólo desde el marco de la creación de un espacio único, que implica la suscripción del estatuto de la Corte Penal Internacional y la conceptualización del terrorismo como un crimen contra la humanidad.

Gilly cuestionó el hecho de que México justifique y apoye esa guerra. Estados Unidos, dijo, ha emprendido un ataque en contra de una de las naciones más pobres del planeta. La lucha de Bin Laden y del Pentágono, añadió, tiene las mismas justificantes que en todos los conflictos. La guerra fría abrió paso a una ''guerra caliente'' por el control de nuevas zonas de influencia.

La intervención militar estadunidense tiene que ver poco con acciones en contra del terrorismo, pues los objetivos se enfocan al control del techo del continente asiático. Asistimos en Shanghai -estableció- a un nuevo reparto del mundo, mientras el gobierno mexicano subordina su Ejército a Estados Unidos como nunca y ofrece la apertura de recursos y espacios; México va de furgón de cola en una guerra absurda, asentó.

Además, refirió la manipulación informativa en una circunstancia en la que el gobierno mexicano, ''y la televisión bajo su control'', participan en la intoxicación y se hacen cómplices del engaño a la gente. Encuestas que no pasan en la televisión hablan de que en Gran Bretaña 54 por ciento de la población ya quiere el cese de los bombardeos.

Si el gobierno mexicano quiere emprender una lucha contra el terrorismo, que busque a los terroristas que asesinaron a Digna Ochoa, planteó.

Ruptura del orden internacional

A su vez, Luis Villoro expuso que las explicaciones de lo que hoy vemos en el mundo no sólo se encuentren en la humillación a la que han sido sometidos durante muchos años los países islámicos. Buena parte de la explicación, argumentó el escritor, radica en la situación global del orbe marcada por 50 por ciento de la población que sobrevive con dos dólares al día, mientras que los 350 sujetos más ricos del planeta tienen el ingreso de esos 3 mil millones de habitantes. ƑNo es eso acaso un caldo de cultivo para actos desesperados?, preguntó a los asistentes al foro.

Flores Olea, por su parte, se refirió a la ruptura del orden internacional que significa la guerra estadunidense contra Afganistán. Washington ha decretado el fin de las soberanías nacionales, alertó. Pese a ello, se levantan las voces en contra del terrorismo y contra el mismo terrorismo de Estado. Son manifestaciones a favor de un nuevo orden internacional en el que no predomine una sola potencia.

Finalmente, John Saxe-Fernández aludió a los intereses petroleros de Estados Unidos en la zona de conflicto y en México, y remarcó los objetivos que a este respecto tiene la potencia.