JUEVES Ť 1Ɔ Ť NOVIEMBRE Ť 2001
ASTILLERO
Julio Hernández López
SE DEBEN DAR PRISA quienes quieran hacerle saber sus cuitas al presidente Fox: sólo dos de cada tres días del presente mes estará en casa. El resto del tiempo lo pasará de viaje por el extranjero, enseñándole a las naciones del mundo, desde Nueva York, cómo lograr la paz que él no logra ni siquiera en San Salvador Atenco; aconsejando a los peruanos para que su nación no sea destrozada por autoritarismos y frivolidades como las de Fujimori y Alan García, por ejemplo, y enseñando a los argentinos a mencionar correctamente el nombre de sus principales literatos.
AYER, POR LO PRONTO, los senadores aprobaron el viaje número 13 del Presidente. Sobraron las críticas, sobre todo del priísmo, que llegó al punto de pedir que quedara constancia de su insólita, enfática e inútil recomendación de que en esta nueva salida al extranjero "se eviten las fallas, improvisaciones y errores que en viajes anteriores han expuesto al país y a la institución presidencial a desgastes innecesarios". De cualquier manera, a la hora de votar, sólo el tabasqueño Oscar Cantón Zetina votó contra la petición de permiso viajero.
PRISA DEBEN DARSE, por ejemplo, los miembros del gabinetazo para tratar de aparentar que hay concordia o cuando menos unidad de propósitos entre ellos. Allí está el caso increíble del canciller que acusa de "cuentachiles" a quienes, según eso desde Los Pinos y la Secretaría de Hacienda, pretenden reducir el presupuesto de Relaciones Exteriores y, así, cerrar embajadas y consulados. Carlos Flores Alcocer, miembro de la familia política guanajuatense feliz, ha dicho desde su oficina de coordinador de planeación del gobierno federal que no hay tal, que cada secretaría pone y quita en su presupuesto lo que considera pertinente, sobre todo a partir de que el 2002 será un año de gastos austeros. O, para dar otro ejemplo increíble de presunta falta de coordinación, el del subsecretario de Seguridad Pública que dio a conocer un plan antiterrorista que supuestamente no conocía ni aprobaba su propio jefe, Alejandro Gertz.
PLEITOS A TODA velocidad entre los integrantes del gabinetazo, que el Presidente pretende solucionar a paso de tortuga. Sólo pone cara de enojado y emite algo parecido a los regaños. Pero si en algún lado saben que las palabras presidenciales se las lleva el viento es en el citado gabinete, en el que un día reciben una instrucción en un sentido y, a la mañana siguiente, otra contraria. Por lo pronto, el Presidente ha dicho que los nombramientos de funcionarios no se dieron por amiguismos o complicidades. Y, para los desesperados, los ansiosos, los que se comen las uñas, ha dicho que "no hay cambio posible de la noche a la mañana", aunque, reconoció, "seis años sí que son suficientes para poner a México en la ruta correcta, para poner a México al día". Esta columna, reconocidamente afectada de sus capacidades intelectuales, no ha atinado a precisar si el Presidente se refería a esos seis años como parte del periodo para el que fue electo, o está pensando en el lapso que le correspondería al Partido Vamos Martha. Si don Vicente pensaba en sí mismo, esta sección con servicio de alarma y despertador se permite decirle que ya va bastante tarde.
OTROS A LOS QUE urge ser escuchados y atendidos aunque sea en la pista de despegue del avión presidencial es a los ejidatarios de las inmediaciones de Texcoco que se han pintado la cara de guerra para advertir que no dejarán que los echen de sus tierras para construir allí el nuevo aeropuerto internacional "profesor Carlos Hank y licenciado Roberto Madrazo Pintado". Ayer trataron de llegar a Los Pinos y, como en los tiempos de siempre, como en las épocas del presidencialismo sordo y mudo, los manifestantes fueron obstruidos por granaderos.
A MARCHA FORZADA, por lo demás, debieron organizarse los militares de la base de Santa Gertrudis, en Delicias, Chihuahua, para recibir la visita de su jefe máximo, el Presidente de la República. No estaba tal gira en el programa oficial de actividades que, por otro lado, contemplaba la presentación del plan nacional de energía que, con altas dosis de palabrería que en los hechos es contradicha, promete soberanía en el manejo de nuestros recursos básicos. No está entre las facultades extrasensoriales de esta columna la de la adivinación, de tal manera que es imposible decir qué mensaje político podría desprenderse de la combinación de esos dos factores: energía y fuerzas armadas, petróleo y soldados, el hecho es que, para tristeza efímera de Bush y sus paisanos, ayer se leyeron algunos papeles oficiales en los que se dice que México se manejará bien chido en asuntos del petróleo y la electricidad, cuidando el interés patrio por encima de todas las cosas. Luego, el preciso se fue a tierras chihuahuenses a ver una exhibición de vuelos militares. Otros militares y otros vuelos, mientras tanto, juran y perjuran que con planes de energía o sin ellos, el gobierno mexicano está comprometido a darles el combustible necesario para su consumo doméstico y, desde luego, para la empresa guerrera antiterrorista en la que están metidos.
ASI ES QUE, ya lo saben todos: aprovechen el tiempo que el presidente Fox ha decidido pasar en México. Este mes estará dos de cada tres días en casa (y a ver qué sorpresas nos ofrece ya andando de gira artística: unas botas vaqueras de foca para el frío neoyorquino, un trajecito japonés para estrenar en Perú o alguna recitación escolar de su autor favorito vivo, José Luis Borgues.)
ASTILLAS: LOS PATOS LE TIRAN a los cerisolas: el secretario de Comunicaciones y Transportes no quiso decir ni cua ayer a los reporteros, cuando le preguntaban sobre el aeropuerto de Texcoco. Huyó como las aves que no han decidido convivir con los aviones... El gobernador de Tlaxcala, Alfonso Sánchez Anaya, se la ha pasado en un continuo pleito con la mayoría de los habitantes de su entidad. Sus últimas reyertas son con diputados locales de PRI, PAN y PT que no lo pelan y que acusan a sus funcionarios de cometer con gran frecuencia irregularidades administrativas, sobre todo para beneficiar a su grupo político disfrazado de PRD... Alfredo Anaya Gudiño habló ayer ante representantes de la PGR sobre el presunto atentado que sufrió semanas atrás. Para su infortunio, no podrá deshacer plenamente las sospechas que sobre el suceso hay, pues, entre otras cosas, la procuraduría estatal permitió que la camioneta Suburban que usaba el día del incidente fuera devuelta a sus dueños, quienes, muy hacendosos, la enviaron de inmediato a un taller de hojalatería y reparaciones. De esa manera, šlástima, Margarito!, no se podrá contar con esa invaluable prueba del delito... ƑQué tal con la unidad antiterrorista estadunidense especializada en asuntos migratorios?
Ť Fax: 55 45 04 73 Ť [email protected]