JUEVES Ť Ť NOVIEMBRE Ť 2001

Ť Concluyó la campaña presidencial en Nicaragua

Podrían ser invalidados comicios del domingo, advierte Enrique Bolaños

AFP Y DPA

Managua, 31 de octubre. La campaña electoral en Nicaragua concluyó este miércoles con in-cidentes entre partidarios del ex mandatario Daniel Ortega, candidato presidencial del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), y del empresario Enrique Bo-laños, del oficialista Partido Liberal Constitucionalista, tras los actos de cierre de campaña de ambos aspirantes.
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Unos 200 liberales constitucionalistas y sandinistas se enfrentaron con piedras y palos en la ciudad de Masaya, ubicada a 30 kilómetros de esta capital, lo que obligó a la policía a intervenir.

Poco antes Bolaños había advertido que las elecciones del próximo domingo po-drían derivar en la invalidación de resultados en cientos de mesas.

También el gobierno de Estados Unidos advirtió que existe el riesgo de que se desaten episodios de violencia en Nicaragua, y recomendó a sus ciudadanos que viven en el país centroamericano manejarse con cuidado en estos días y evitar verse mezclados en política local.

Durante el cierre de la campaña proselitista en Masaya, Bolaños responsabilizó de eventuales hechos de violencia al FSLN.

"Andan por ahí rumores de que el adversario, porque ya se siente perdido, va a im-pugnar muchísimas juntas receptoras. Esto podría invalidar los resultados de cientos de juntas, que saben que nos favorecen", dijo el aspirante presidencial.

El empresario prometió que si gana la presidencia "vamos a luchar junto a Estados Unidos para combatir el terrorismo", y sostuvo que "nosotros no tendremos relación con grupos o países terroristas".

Estados Unidos acusó al FSLN de haber mantenido durante la revolución sandinista (1979-1990) relación con presuntos grupos extremistas de diversos países

"Si mi adversario llegara al poder, que gracias a Dios no va a llegar, se cerraría la ayuda internacional para Nicaragua, se terminarían las inversiones, se dificultarían las exportaciones y el comercio, las remesas", advirtió Bolaños, quien está técnicamente empatado en la intención de voto con Ortega, según encuestas divulgadas hoy.

Horas antes, a pocos kilómetros de Masaya, Ortega realizó su cierre de campaña. Ante miles de personas congregadas en Nindirí, llamó a votar el domingo "por la paz, el amor y la reconciliación".

El FSLN encabeza una coalición de fuerzas de izquierda, centro y centroderecha. Durante el gobierno sandinista se registró una violenta guerra contra los rebeldes de la contra, financiados por Washington.

"Para mí no fue fácil cambiar el mensaje de confrontacion, pero la vida me enseñó que no podemos sacar adelante a Nicaragua si seguimos amenazando. Tenemos que perdonarnos, reconciliarnos y trabajar para sacar al país de la pobreza", dijo Ortega.

Algunos de sus seguidores ondeaban banderas de Estados Unidos, en señal de amistad con ese país, cuyo gobierno manifestó públicamente en estos días sus reservas ante una eventual victoria sandinista.

Ambos actos pusieron fin a casi tres meses de una campaña marcada por virulentos ataques verbales, acusaciones mu-tuas de detrucción de propaganda política y de supuestos planes de fraude electoral.

La tensión llevó al Departamento de Estado a divulgar un comunicado de la embajada estadunidense en Managua, que señaló: "La población está polarizada detrás de sus respectivos candidatos. Hay un potencia de violencia relacionada a la elección".

Las autoridades electorales dispusieron a partir de mañana tres días de veda, a fin de que el pueblo espere en calma los comicios del domingo, mientras el gobierno advirtió que está dispuesto a imponer el estado de emergencia en caso de disturbios.

Por su lado, el presidente Arnoldo Alemán arremetió contra los sandinistas al afirmar que "una vez que pierda, Ortega estará acabado (...) vendrá una lucha intestina en el sandinismo, se desmembrará y se fortalecerá el Partido Liberal".

Y ante versiones de prensa que hablan de conversaciones secretas con Ortega para promover un nuevo pacto entre liberales y sandinistas en caso de un empate en las elecciones, dijo que "no se puede fundir el fuego con el agua. Yo soy el agua y ellos son el infierno".