Dibujo de copalero mixteca  de barro cocido (terracota),  encontrado en Tenayuca, Mex.

Se ponen brazas en el fondo  del copalero Sobre las brazas se coloca el copal El calor disuelve la resina del copal; al contacto con las brazas se convierte en humo perfumado Las perforaciones dejan pasar aire útil para la conbustión En esta pieza las patas son huecas y funcionan como sonaja

En náhuatl, copalero =  Poposhcontle o Tlapopuchuilztli

Ofrenda de aromas

Bernardino de Sahagún, uno de los cronistas de la época de contacto,  anota "Hay una resina en esta tierra que es ni más ni menos que incienso..."  Francisco Hernández, en 1576 describe las propiedades medicinales y los usos de trece diferentes copales; al referirse a estas resinas dice "...y de un olor tan grato si se echa en el fuego, que fue costumbre rendir culto a los dioses con este aroma o sahumerio..."

En la epoca colonial el Mizquixochicopali se exportó a Europa, en donde se le llamo Ánime copal; ahí se utilizó en farmacia y perfumería, igual que otros llevados de oriente

El sahumar o quemar copal, tiene el significado de elevar hacia dios o al cielo este agradable perfume; en lo terrenal crea un ambiente místico. Seguramente estas son las razones por las cuales está presente en diversas ceremonias.

La resina de los dioses

El copal se obtiene de secreciones naturales o como resultado de la incisión intencional en la corteza del árbol. En la actualidad se vende a granel o embalado en cartuchos de totomoxtle o en hojas de plátano. En la Huasteca, se expende en pequeños panes bellamente empacados también en hojas.

Los copales que se encuentran en el mercado provienen de cerca de 30 especies diferentes de árboles y arbustos que producen esta goma o resina.